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14/2/12

Los trabajos de Asturias



El candidato socialista al Principado, durante la entrevista en la sede de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. | ángel gonzález
Javier Fernández durante la entrevista (Ángel González)


Ayer, lunes 13 de febrero de 2012, publicó 'La Nueva España' una entrevista con Javier Fernández que da un titular de portada.

«Cascos ha sido un test de estrés que Asturias no ha podido soportar»

Vayamos por partes. ¿Qué significa «test de estrés? En principio es un término médico. El estrés es aquella situación en la que un individuo sometido a tensiones variadas o situaciones límites desarrolla un cuadro patológico que incluye dificultades para la concentración, alteraciones del sueño, fatiga, ansiedad... El test de estrés no es más que un cuestionario en el que la persona va respondiendo a preguntas tales como «pérdida de apetito» con diversas opciones que van de 'nada' a mucho o extremadamente'. De este modo, el profesional puede valorar el grado estrés que está somatizando el paciente para determinar la gravedad de su estado y los riesgos que le acechan, que, en el caso más grave pueden consistir en infartos o derrames cerebrales masivos.

Del campo de la medicina ha pasado, por analogía al de la banca, las centrales nucleares y otros campos en los que se somete a una serie de pruebas a los objetos de estudio para ver su capacidad de resistencia y respuesta a una serie de situaciones que van de leves a límite para establecer un protocolo de medidas destinadas a corregir todos los puntos débiles que aprecian en el funcionamiento de la instalación o entidad a fin de garantizar que responda sin grandes daños a las situaciones verosímiles más extremas que pueda afrontar.

Todo lo que ha hecho Cascos en Asturias fue pedir las cuentas, tratar de poner orden y recortar gastos, como primera medida. La reacción del sistema ante algo que parece tan razonable fue una reacción histérica del resto del arco parlamentario, que llegó a aprobar una ley para arrebatar competencias en materia de recortes al ejecutivo y conseguir que todo intento de limitar el gasto fuera aprobado por la cámara.

Javier Fernández debería saber que el Parlamento regional no es Asturias. Ni siquiera se parece a Asturias. Asturias es un territorio habitada por gente trabajadora y honrada, que intenta levantar la economía de su tierra a pesar de los políticos. 

Así pues, el test de estrés no lo ha sufrido Asturias, sino sus instituciones políticas y el titular recoge con prístina claridad la evidencia de que no lo ha superado.

Eso quiere decir que, en contra de lo que postula Javier Fernández, la situación es gravísima. Si nuestro organismo político no es capaz de asimilar la entrada de un nuevo partido y su reacción a un hecho de absoluta normalidad democrática es que todo el establecimiento previo se convierte en anticuerpos que trabajan unidos para expulsarlo, es evidente que todos ellos tienen que irse a su casa; porque no están preparados para servir a Asturias como merece y es su deber.

Por último, una prueba más de que toma la parte más ínfima por el todo, es que Asturias sigue en pie. No se han derrumbado las montañas, ni quebrado las instituciones. La vida sigue en sus ciudades y pueblos con perfecta normalidad y lo máximo que ha ocurrido es que los asturianos hemos ahondado en el convencimiento de que nuestro principal problema, es la casta política.

Asturias superó el test de estrés, diga lo que diga Javier Fernández con absoluto éxito. Quienes no solo no lo superaron, sino que sucumbieron de forma aplastante demostrando que la democracia para ellos es solo una palabra que justifica su cargo son los políticos. Y creo que es algo que tendremos que arreglar pronto los asturianos.

31/1/12

Asturias convocada




Asturias volverá a las urnas para elegir presidente el 25 de marzo
Álvarez-Cascos arropado por su gobierno. (Jesús Díaz para El Comercio)


Era imposible. El 'Pacto de la Zoreda' podía pasar por una leyenda urbana cuando sus protagonistas detentaban el poder y tenían un control pleno del escenario que les permitía representar la ilusión de que estaban enfrentados ante los votantes, mientras se repartían cuotas de poder y prebendas entre bastidores.

Cascos vino a trastornar ese paraje idílico. Se enfrentó con su candidatura a su propio partido; pero también a los poderes fácticos del Principado, nada interesados en una quiebra de los equilibrios alcanzados, perfectos para sus intereses, nefastos para los asturianos, esos siervos de la gleba modernos. 

Le hicieron la vida imposible, impidieron cualquier pacto, unos y otros, aunque ahora, el señor Fernández, lamente el trastorno que supone la cerrazón del PP y se desmarque de ella diciendo que fue insensata, que debieron pactar con Foro los presupuestos. Si esto es así, si quiso evitar este problema, debería aclararnos por qué no medió en el enfrentamiento entre la jaca teledirigida del PP, esa persona de perfil tan perfecto como chigrera, dando el apoyo de su partido a los presupuestos. No se moleste, señor Fernández. Lo entendemos de maravilla los asturianos.

Sumido en un callejón sin salida, nuestro Presidente ha decidido convocarnos. Dice que no ha hecho ningún cálculo electoral, que optó por convocarnos sin un sondeo previo sobre nuestro respaldo, por pura decencia y honestidad.

Confío en que sea un brindis al sol, una de esas mentiras estratégicas de los políticos; porque ese salto al vacío sin red, sería una irresponsabilidad que no nos merecemos. Una campaña electoral es cara, la pagamos todos y nuestra región está exhausta tras tantos años de desgobierno y saqueo inmisericorde. Si esa llamada no tiene seguro, si corremos riesgos de caer en manos de la tabernera o del gris Fernández, que nunca nos sacarán de la postración, aunque les dirigiera el Espíritu Santo en persona; porque de donde no hay no se pude sacar, nos habría llevado al abismo sin remedio.

Sea como sea: un salto sin red o un cálculo basado en perspectivas favorables para los objetivos que persigue el Presidente, lo que me queda es ir a poner velas en la Balesquida para que la Virgen de la Esperanza y la Santina nos ayuden; porque el panorama no puede ser más desolador y nos jugamos todo a una carta. 

21/11/11

La mentira y la impostura, claves en los resultados electorales






El Partido Popular ha obtenido ciento ochenta y seis (186) escaños en las elecciones celebradas en el día de hoy.

Un grupo de analistas explica la victoria arrolladora de los populares como la obtención de una fruta madura que cae en sus manos sin esfuerzo, limitándose a largar cuerda para que el oponente se ahorque solo. Otros lo explican como el resultado de la paciencia y la perseverancia del candidato.

Yo tengo otras explicaciones. Por un lado, a lo largo de estos larguísimos siete años y medio, frente a la mendacidad y la inconsistencia del equipo que gobernaba España, Rajoy, en sus debates parlamentarios se perfiló una y otra vez como un orador brillante que enfrentaba la sensatez y el juicio certero en el análisis de los problemas a la frivolidad del Presidente pertinaz en el hábito de mentirnos a los españoles por sistema.

Los medios afines pudieron disfrazar la realidad durante mucho tiempo, tachar a Rajoy de muchas cosas y destrozar su imagen ante los ciudadanos; pero llegó la hora de la verdad, el momento en el que la crisis económica demostró que todo lo que vaticinara ese hombre gris y poco carismático eran verdades como puños y que las cosas nos habrían ido menos mal si le hubiéramos hecho caso. 


La otra clave de Rajoy fue la presencia femenina. Cospedal, Mato, Sáenz de Santamaría, Barberá... El Presidente feminista nos abochornó con la cuota: De la Vega: una verdulera infumable, incapaz de hilvanar un argumento, despachaba los trámites entre insultos y descalificaciones, sin responder nunca a las cuestiones planteadas. Magdalena, alias Maleni, el horror. Salgado, una mujer sin personalidad que aparenta un mínimo cociente intelectual, aunque viste muy bien y resulta un florero muy decorativo. Pajín y Aído, una vergüenza insufrible  para toda mujer que se respete. 


El PSOE mostraba su desprecio por las mujeres elevando a las más altas instancias ejemplares impresentables, mientras el PP, enemigo de las cuotas,  nos consolaba seleccionando un plantel de profesionales de tal nivel de competencia, que fueron capaces de sortear todas las trampas del PSOE, poner en evidencia a María Teresa y a Alfredo, diseñar campañas sin errores (al contrario que Valenciano, que ha batido todos los récords) y llenarnos de orgullo a todas las mujeres en igual medida que nos abochornaban las ninfas de cuota del PSOE.

Las circunstancias nos llevaron a entender que es mucho más importante la sensatez y la templanza a la hora de elegir al administrador de nuestro país, que la oferta tan sugestiva y engañosa de unos cambios evanescentes, cuando las maniobras de ingeniería social practicadas por nuestro Gobierno demostraron que nos habían destrozado en todos los frentes: económico, social, institucional e internacional.

Nada quedaba en pie en el imaginario colectivo. La divisa del Gobierno había sido la crispación, el enfrentamiento, las políticas excluyentes, la manipulación del pensamiento y la opinión de los ciudadanos. 

Llegó la campaña y Rajoy optó por dirigirse a los ciudadanos trazando las grandes líneas maestras de su programa. Sin demasiado detalle, consciente de que lo que podía encontrarse cuando tomara posesión del cargo podía ser tan grave que transformaría en quimeras imposibles las promesas electorales más razonables y, sobre todo, que ahora no gobernaría con la independencia normal en todo Presidente de Gobierno, sino que tendría que plegarse a las disposiciones de otros dirigentes; porque estamos intervenidos de hecho.

Frente a esa actitud tranquila, centrada en los temas que nos preocupan a los ciudadanos de a pie, Rubalcaba optó por mantener  las claves de bochorno del electorado femenino con la elección de una incompetente irredenta que le destrozó la campaña y consagró una vez más la estrategia de la crispación. 


No nos habló de su programa, de lo que pensaba hacer si era elegido, optó por explicarnos un supuesto plan oculto del PP, sacó a pasear los mostrencos de lo peor de nuestro pasado, ocultó a quien, a fin de cuentas era su último y más relevante mentor, el que le había otorgado las cotas de poder más altas que había conocido hasta que fue llamado por Zapatero, en una maniobra de deslealtad, no por natural en él menos abrumadora, al exhibir la descomposición orgánica del partido que le apoyaba amén de mantener una línea de continuismo con el «pensamiento Alicia» del gobierno en el que fue ministro plenipotenciario, que nos exasperó.

Me consta que muchos fueron hoy a votar ansiosos de darle una tunda antológica al candidato y su partido. La razón era que su campaña, tratando como idiotas a los votantes, sacando a pasear las consignas felipistas del '96: «que viene la derecha, cuidaos de ese riesgo porque van a aniquilar las prestaciones sociales, dejaros en a la intemperie y necesitáis que nosotros sigamos cuidando de vosotros para protegeros», cuando no podíamos tener más pruebas de que en sus manos corríamos peligro de que quedara aniquilado el estado de bienestar fue una bofetada difícil de soportar.

No se nos dio ocasión de patear a Zapatero; pero la campaña de su heredero generó un odio e inquina aún mayor en muchos estamentos sociales, que el que despierta el aún Presidente. El deseo de partirle la cara al candidato de PSOE nubló demasiadas mentes y eso explica el resultado.

Estoy muy contenta de que haya sufrido una derrota tan apoteósica, la que merece, la que hacía falta para enterrar la carrera política de esa figura oscura y truculenta, que, al final, resultó que ni era listo ni sabe administrar los tiempos ni es digno de temor.

Lo lamentable es que esa crispación, ese deseo de partirle la cara que experimentaron los ciudadanos de España de este a oeste y de norte a sur, resultó clave para que, en Asturias, primara la víscera sobre la razón. Era necesario que el electorado se sustrajera de ese deseo, legítimo e impecable, para considerar los problemas que tenemos con el 'Pacto de la Zorera' y votáramos en masa al único que puede dinamitarlo y devolvernos a la normalidad. 

Por desgracia, no ocurrió; pero sería muy saludable para todos que los políticos del Principado analizaran con lupa los resultados. El PSOE cosechó un éxito relativo. No sufrió un descalabro tan clamoroso como en otros sitios, gracias, entre otras cosas, al votante gijonés; pero deberían considerar que tuvieron que esconder a su líder en campaña.

El PP, en términos absolutos, también sufrió un detrimento en beneficio del Foro en la región. Hay un voto de castigo, discreto; pero evidente, a la actitud que mantienen PP y PSOE aliándose para laminar al Foro.

Se equivocarían mucho si hicieran una lectura de resultados considerando que el sentido del voto de los asturianos se centró en la política local. No tengo ninguna duda de que si Foro convocara dentro de un mes elecciones, el descalabro del PP y el PSOE iba a dejar en mantillas el éxito del PP a nivel nacional, esta vez con Foro como verdugo.

18/11/11

Comederos



Pulse para ver el video
Manifestación por el fin de los recortes en la TPA. (Mario Rojas para 'El Comercio')

El coste de la televisión pública del Principado de Asturias (TPA) ascendía a cuarenta millones de euros, en números redondos, anuales. 

Los trabajadores del ente audiovisual ganan muy poco y están muy inquietos con la situación de recortes que aboca al cierre; pero cuando hablas con ellos y hurgas un poco te ofrecen esta información:

El problema de los costes radica, ante todo, en un abanico de productoras. No son los equipos propios de la TPA quienes se encargan de rodar los productos que exhiben, aunque tienen capacidad para ocuparse de la mayoría, sino una serie de empresas que venden a la cadena sus productos. Esas productoras están muy vinculadas a las formaciones políticas principales del Principado, en especial al PSOE (insisto en que transmito lo que me cuenta una persona que trabaja en el medio) y si el coste de la producción, por citar una cifra, es de dos euros, lo vende a diez a la TPA.

No me sorprende. He tenido ocasión de escuchar testimonios sangrantes pidiéndome consejo profesional ante una situación de nepotismo escandalosa. Envíe usted a su hijo a estudiar a un centro privado en el que lo forman en periodismo audiovisual y medios. Costéele un posgrado en un prestigioso centro, pongamos americano, que le da ocasión de trabajar con primeras espadas y adquirir una experiencia extraordinaria. El chico vuelve a Asturias con su santa inocencia, monta una empresa, convencido de que con sus referencias se comerá el mundo y descubrirá que no tiene opción ni  a vender fotografías para folletos; porque el coto está copado y no se le va a dar entrada en el festín, salvo que tenga contactos potentes con quien tiene mando en plaza.

La lista de cotos es interminable. Ese es el problema que enfrenta Cascos. Intenta romper esta dinámica de nepotismo y se encuentra, como es lógico, ante una oposición en la que PSOE, PP, e IU (en menor grado; pero también como parte del reparto de prebendas) ponen patas contra pared frente a una política que amenaza un tejido clientelar muy elaborado.

El Niemeyer, al que espero dedicar una entrada o más, cuando termine de reunir datos, es el último episodio de una trama en la que las instituciones públicas son utilizadas con fines privados para beneficio de unos pocos en el Principado de Asturias.

3/11/11

La violación de la democracia en Asturias


POLÍTICA

Espinosa afirma que PP y Foro tienen "muchos más puntos de coincidencia que de desacuerdo"

No ha querido pronunciarse directamente sobre las declaraciones de Francisco Alvarez-Cascos, en las que advertía de una posible moción de censura apoyada por PSOE y PP tras las elecciones del 20 de noviembre

02.11.11 - 13:19 - 
Espinosa afirma que PP y Foro tienen 'muchos más puntos de coincidencia que de desacuerdo'
Isabel Pérez - Espinosa y Susana López Ares, hoy, en la Junta. :: MARIO ROJAS
Esta es la noticia de hoy en el diario 'El Comercio'. La apariencia es impecable, la realidad la convierte en un insulto a los asturianos.
La mujer de la bufanda roja y negra es la nombrada en las pasadas elecciones por el PP para la presidencia del Principado de Asturias, relegando a Francisco Álvarez-Cascos, para ira de muchos asturianos. Un grupo de asturianos puso en marcha Foro Asturias, Cascos aceptó liderarlo y ganó las elecciones. 
Hasta esa fecha, todo era normal, hasta cierto punto. El PP presentaba siempre a Ovidio Sánchez, una excelente persona, sin duda, que tenía en contra una imagen y una trayectoria profesional que disuadía de votarle para la presidencia, con lo que ganaba siempre el mal menor, Tini Areces y una apariencia de debate parlamentario normal en la Junta General. 
Ganadas las elecciones por Cascos, parecía que lo natural era que el PP se aliara con él en lo mucho que en apariencia tenían en común y se enfrentara a él cuando correspondiera en la fiscalización normal de su labor de gobierno.
Los asturianos dimos por hecho que esto sería así. Hundidos en la miseria económica desde el '73, teníamos claro que había dos momentos bien definidos, el de las elecciones de mayo, en las que se jugaba nuestra prosperidad y las generales, en las que era necesario, no sólo desalojar a esa peligrosa banda de simpáticos gamberrillos que nos han gobernado, sino dotar al nuevo gobierno de una mayoría absoluta para laminar a los nacionalistas en las grandes decisiones de la política nacional. 
La gran sorpresa fue la reacción del PP. Desde el primer momento, en lugar de aliarse con Foro, hizo pinza con el PSOE. Los votos de este partido dieron la presidencia de la Junta al candidato del PP y siguieron manteniendo su alianza sin fisuras en estos cien días del nuevo Gobierno.
Pasó durante ese tiempo lo que esperábamos, lo que perseguíamos votando a Cascos: una limpieza completa de las camarillas y comederos que tragan dinero a espuertas, no producen nada y nos abocan a la crisis económica permanente en que vivimos. 
El hecho más polémico surgió con la Fundación Niemeyer. A toda prisa, al final del mandato de Areces, se aprobaron nuevos estatutos y cambios en la Fundación. Areces quedó como Presidente de honor y parece ser que se nombraron más cargos de los contemplados en los anteriores estatutos.
El nuevo gobierno inspeccionó las cuentas. No parece que hayan existido desviaciones corruptas; pero hay muchas partidas sin soportes contables, una laxitud impropia en la justificación de gastos y algunos otros detalles poco claros para el ciudadano de a pie que no tiene acceso a la documentación; pero que vislumbra oscuros en el momento en que, ante el riesgo de cese de actividades en el Centro, perjudicial para Avilés y de rondón para Asturias, la alcaldesa propusiera, como medida desesperada, derogar los últimos acuerdos y volver a la redacción estatutaria original. 
El acoso al Foro fue tan virulento desde el primer momento, que todos nos quedamos pasmados. No les daban tregua, no aceptaban que lo primero que tenían que hacer era dedicar un tiempo a estudiar las cuentas, ver cómo estaban las cosas y planificar soluciones. PP y PSOE exigían decisiones de gobierno desde el primer momento, contra toda razón, mientras los asturianos observábamos alucinados.
La última machada del tándem se produjo hace poco más de una semana. Cascos empieza a tomar decisiones de gobierno, a aplicar lo que propone el PP en todas las Comunidades en las que gobierna: ajustes, eliminación de gastos superfluos, racionalización de los gastos, eliminación de empresas públicas fantasma que tienen como único objeto colocar cargos, eliminación de organismos innecesarios, etc.
La respuesta del PP a esta política fue una alianza con el PSOE para introducir en la Junta General una proposición de ley (agárrense a la silla) encaminada a obligar al Gobierno a someter a la aprobación de la Junta todas las medidas de supresión de gastos
No han leído mal. No pretenden controlar que se dilapide dinero, sino que se eliminen gastos. El siguiente paso es presentar una moción de censura al Gobierno tras el 20N para desalojar a Foro de la presidencia.
Ante este panorama de flagrante violación de los principios democráticos, a los asturianos no nos queda otra opción que reforzar la posición de Foro con un voto masivo a la formación para dar un toque de atención a las partes contratantes del Pacto de la Zoreda. 
Y dice Isabel Espinosa con cara de cemento que es más lo que les une a Foro de lo que les separa. Su irresponsabilidad y su ánimo de mantener un presunto reparto de prebendas entre ellos y el PSOE, va a obligarnos a muchos asturianos a votar al Foro en perjuicio del PP en las elecciones generales, sólo para defendernos de su villanía
Siento una tristeza infinita al ver que los intereses de una minoría apesebrada, que sólo se ocupa de lo que le conviene, me obliga a cambiar el sentido de mi voto. Me encantaría poder hacer llegar a la cúpula del PP la rabia y la frustración que siento por culpa de la directiva insensata de su partido en esta tierra olvidada; pero no tengo ninguna oportunidad. Solo me queda, con harto dolor de mi corazón, votar a Foro.
Estoy segura de que esta formación, si llega al Congreso, será mucho más leal con el PP de lo que el ala regional de este partido lo es con los asturianos.


26/10/11

Toque a rebato ante una crisis aguda



Yo me acuso de escepticismo. Me alertaron de los riesgos del «Pacto del Duernu» y no lo creí. Era una paranoia de los amantes de encontrar explicaciones peregrinas a hechos que, si entiendes cómo funcionan las cosas, resultan mucho más simples y vulgares.

Empecé a inquietarme con la constitución de la Junta General y no tardé en aceptar, con fe ciega, la existencia del pacto.

Asturias es el Finis Terrae. Un lugar en el que la combinación de una estructura social, una pobreza endémica en los suelos, paliada por unos pocos valles fértiles y una política nefasta, lo condenó a la nada hace mucho tiempo.

El caciquismo, primero de la Iglesia, luego de los próceres y al final de los paniaguados, nos mantiene en el furgón de cola del desarrollo

Quisimos cambiar eso, elegimos a Cascos; porque era una promesa de rigor y pragmatismo. No contamos con la pinza del caciquismo establecido y el «yo acuso» debe ser entonado.

Se está gestando algo gravísimo. El legislativo autonómico, en una flagrante vulneración de los principios de separación de poder, está gestando un vaciado de poderes al ejecutivo de extrema gravedad.

Planea legislar para que el Ejecutivo regional no pueda gobernar sin que todas y cada una de sus decisiones pasen por el escrutinio y la aprobación de la Junta. 

El «pacto del duernu» ha atado y bien atado los pesebres de los poderes fácticos. Areces, en la presidencia de honor del Niemeyer, dispone eventual fuente de ingresos, aunque sea por vías indirectas, según me cuentan (pongan en el apartado «rumores» esta información). Sumamos una red nutrida de empresas en las que están colocados de modo espléndido prebostes de uno y otro bando o personas anónimas; pero que en todo caso, parte de los dineros públicos que captan esas empresas acaban en determinados bolsillos. Dinero aportado por todos nosotros para que una minoría vivan como reyes, mientras el resto, yo misma, hace cuentas para llegar a fin de mes.

Los proyectos de Ley no están encaminados, como sería  deseable, a poner coto a todo gasto decidido por el Ejecutivo, que ponga en peligro nuestra maltrecha economía autonómica; sino a que no pueda hacer recortes sin ser autorizado por la Junta o lo que es lo  mismo, para que los comederos no sufran mermas, aunque eso suponga la ruina de todos los asturianos.

Yo acuso a Javier Fernández y a Pérez Espinosa de traición a los contribuyentes asturianos. Nada puede hacer el ejecutivo para oponerse a esta medida. Los ciudadanos estamos a tres años de sancionar esta vileza en las urnas; pero no me resigno.

Es hora de que los asturianos hagamos saber a nuestros políticos que gobiernan a los hijos de la batalla de Covadonga y no les vamos a tolerar que sigan burlándose de nosotros. Son una panda de inútiles que constituyen una carga que no tenemos por qué soportar y ha llegado el momento de hacer oír nuestra voz.

Hemos de organizarnos con un respeto absoluto a las formas democráticas para hacer que se oiga nuestra voz y poner coto a esta insensatez que se ha apoderado de nuestros políticos.

Necesitamos ahorrar de modo desesperado. Lo siento mucho por Areces de quien fui ardiente defensora y por muchas otras personas; pero no hay dinero, somos pobres, nunca hemos dejado de serlo y las fantasías faraónicas de dirigentes que prescindieron de la realidad y montaron entes que no podemos sostener, no eliminan esa realidad.

Hay que hacer frente al pacto del duernu con firmeza y civismo. No podemos consentir que los intereses de casta nos lleven al abismo. Es hora de que hagamos saber a los políticos que la soberanía reside en el pueblo y ellos son simples criados a nuestro servicio. 


17/10/11

Fernández y Fernández y los otros lópeces




Isidro y 'Cherines'
Mercedes Fernández e Isidro Fernández Rozada (M.R. 'El Comercio')

En estos tiempos procelosos en el que los lópeces aliados con los Pérez de toda la vida nos amargan la vida con pantomimas impresentables, no tiene precio el artículo del genial Faustino F. Álvarez en 'El Comercio', al que pertenece la foto que muestra a Fernández y Fernández en amigable charla, incluso armoniosa imagen, en la que los estilos de ambos políticos se muestran muy conjuntados. Pese a que en el fondo es muy triste, el análisis de la noticia de la designación de los dos vetustos próceres de la política asturiana para liderar las candidaturas al Congreso y al Senado, merece ser leído; porque la risa es un milagro en estos aciagos tiempos y no se debe desperdiciar la ocasión.

El PP se la jugó en Asturias cuando, ignorando el clamor popular (que no significa cercano o militante del PP) designó a la infumable candidata (de cuyo nombre no quiero acordarme) descartando a Álvarez-Cascos. La consecuencia irrelevante es que el PP se dio un batacazo. La relevante que aunque tenemos a Cascos en la presidencia, su mayoría es tan corta que en cualquier momento puede ser derribado por «el pacto del duernu» y eso es malo para Asturias porque significa que seremos condenados a seguir lejos de toda oportunidad de progreso y crecimiento.

Más, si los rumores que corren por los mentideros se confirman en los próximos meses. Yo les cuento y ustedes me dicen si les parece plausible o no. 

Si estuviéramos en un país democrático auténtico, en el caso de que el PSOE perdiera las elecciones se retiraría con honor, dejaría que los otros gobernaran, se aplicarían a su deber de ejercer la oposición a toda medida que no les parezca que beneficia al país y se reservaría la agitación callejera para los casos en los que sea necesario que la ciudadanía muestre al Gobierno su oposición tajante y fundada. Es decir, sería la excepción.

No es el caso. Ya vemos cómo se empieza a calentar la calle para darle una bienvenida calurosa al PP. Da  igual que una mayoría rotunda de españoles, hartos de estos lunáticos, elijamos al PP. Al día siguiente de tomar posesión, el nuevo Gobierno tendrá montada una huelga, sin considerar las pérdidas económicas que conlleva, más sangrantes cuando la economía está hundida.

Esta es la advertencia que le está lanzando el PSOE  al PP: «nos vas a ganar por goleada; pero si quieres evitar que la calle arda, vas a tener que darnos cuotas de poder». Rajoy sabe que esto es así y ya tiene preparado el esquema de un gran pacto con la oposición (o lo que es lo  mismo, con el PSOE) para que se estén, si no quietos, razonablemente tranquilos.

A cambio de la paz social, el PP le entregará al PSOE dos comunidades insignificantes: Asturias y Extremadura. En ambas fue muy ajustado el resultado. Ambas comparten un nivel de población que las convierte en irrelevantes en el terreno electoral. Son pobres y no tienen otra que aguantarse.

No sé qué perspectivas de desarrollo le esperaban a Extremadura bajo el gobierno de un equipo del PP. Tampoco sé qué grado de éxito podría cosechar Cascos en nuestra tierra; pero vemos que está poniendo orden, fiscalizando las cuentas, ya empieza a pagar facturas pendientes y, por lo menos, vemos un rayo de esperanza.

Si se cumplen los vaticinios, esa débil esperanza se apaga. Estaremos en manos de Fernández, Fernández y Fernández, seguiremos igual de mal o peor y podremos adoptar el lema «Lasciate ogni speranza», como muestra de sumisión al destino. Los más optimistas pueden consolarse pensando que una vez más, hemos contribuido a la salvación de España librándola de las hordas invasoras, esta vez de los perroflautas y antisistema, manejados por el PSOE. Triste consuelo; pero consuelo, al fin. 

También podría ser que esa maniobra fuera la espoleta que ponga en pie de guerra a una Asturias muy harta de enjuagues entre socialistas y peperos y que en las próximas elecciones la sangría de votos que sufrieron ambas formaciones a costa del Foro, pero sobre todo el PP, se convierta en hemorragia. No conviene torear más de lo que podemos tolerar a los asturianos. Ya lo demostró el primer error. El segundo, podría ser la puntilla para el partido de los Fernández.

5/10/11

Asturias-Jauja en fase de poda severa



Cascos se deshace de 300 coches oficiales y mil móviles para contener el gasto
Francisco Álvarez-Cascos durante la rueda de prensa (EFE para 'El Confidencial')


Hoy ha comparecido el Presidente del Gobierno del Principado de Asturias a rendir cuentas de los recortes (no definitivos) que adoptará para avanzar hacia el equilibrio presupuestario.

Hay recortes (y reestructuración de las partidas) en Fomento y Hacienda como grandes protagonistas. Las partidas destinadas a Sanidad, Educación y prestaciones sociales se mantienen sin recortes. El gran objetivo de la gestión es reducir el gasto corriente y en ese esfuerzo, nos hemos enterado de algunas cosas muy interesantes.

Partamos de una visión estructural. Asturias es una región habitada por 1.081.348 personas. El número de personas ocupadas es de 401.000, el resto, jubilados, parados (82.000) y niños. El PIB del Principado son 23.115.779.000 €.

De esos 401.000 trabajadores (cifras de 2009) 35.038 son funcionarios de la Administración autonómica, 10.093 de la local y 3.010 de la Universidad, con lo que el número de funcionarios con cargo al Gobierno Regional es de 48.141. Eso quiere decir que son 352.859 los trabajadores por cuenta propia o ajena los que generan riqueza para mantener a esos 48.141 funcionarios.

Además de a los funcionarios, esos 352.859 trabajadores, mantienen a 45 diputados en la Junta General del Principado, alcaldes y concejales de la Administración Local, un número indeterminado de asesores y empresas públicas dependientes del Principado, no funcionarios, que ostentan privilegios protocolarios, como teléfono móvil a cargo de la empresa (o lo que es lo mismo a los Presupuestos del Principado) y coche oficial en algunos casos.

Es obvio que dado que la mayoría de los productores de riqueza son pequeños empresarios, que, como mucho, tienen un par de empleados, profesionales liberales y trabajadores por cuenta ajena y queda a cargo de unas pocas grandes empresas generar la riqueza que arroja nuestro PIB, cada ciudadano activo en el Principado soporta una carga inmensa.

La rueda de prensa que dio hoy el Presidente para anunciar los recortes nos permitió conocer algunos datos, hasta ahora vedados. En el momento actual (y en ejercicios anteriores) el Principado costeaba los gastos de 2.311 líneas de teléfonos móviles. Suponiendo que los funcionarios sean cuidadosos al máximo en los consumos y la media de gasto por línea sea 50 €, el coste anual de la factura por ese concepto fue de 1.386.600 €.

El parque móvil oficial registra 691 vehículos. Huyamos de la simplificación: forman parte de ese inventario los vehículos todo terreno que utilizan los vigilantes de los Parques y Reservas naturales, ambulancias, imaginamos que los del Cuerpo de Bomberos... Aún así, entre Somiedo, Muniellos, Reres, Fuentes del Narcea y Picos de Europa, que pueden ser los que más vehículos utilizan para sus labores, no creo que sumen más de quince vehículos. ¡Bah! Pongamos treinta. Volviéndonos locos en dotaciones a otros servicios que requieran parque móvil, sumemos ochenta más. Nos quedan 581 vehículos no justificables si no es como parte de la flota destinada a autoridades y altos cargos que normalmente eligen modelos de la marca Audi cuyo precio oscila entre los 35.000 y los 40.000 € y se renuevan cada cinco años, como máximo. Vamos a ser ilusos y pensar que el coste de cada vehículo (precio de adquisición más gastos de consumo, mantenimiento e impuestos) se reduce a 10.000 € en cada ejercicio. Nos sale un coste global mínimo en coches oficiales de 5.810.000. 

El recorte afecta a mil teléfonos y trescientos coches. Suma la supresión de 11,3 millones de subvención a la Televisión del Principado de Asturias. 

El recorte en Fomento no es una buena noticia, aunque entendemos que no hay otra alternativa; porque el anterior Gobierno pulió todos los recursos antes de las elecciones. El de Hacienda, tampoco es para tirar cohetes, aunque es obvio que no hay otra opción; pero el recorte en gastos superfluos en forma de teléfonos que no están destinados a guardas forestales que avisen de un incendio o a vigilantes de reserva que necesitan comunicarse con sus compañeros para coordinar tareas de seguimiento o información sobre irregularidades,  problemas, o detección de conductas delictivas, es una noticia excelente.

La oposición va a echarse al monte; pero los asturianos estamos encantados. Poco a poco vamos sabiendo por qué no hemos conseguido salir de la crisis del '73, ni en época de vacas gordas y empezamos a obtener pistas que lo explican. Sostener semejante gasto con el producto del esfuerzo de 352.859 trabajadores y unas pocas empresas potentes, es una proeza digna de estudio.


17/6/11

La corrupción en Asturias queda documentada






VOTOS POR PARTIDOS EN ASTURIAS
PARTIDOESCAÑOSVOTOS
FAC1617758829.75 %
PSOE1517771429.77 %
PP1011893019.92 %
IU-LOS VERDES46151310.3 %


Como comenté en otras entradas, los asturianos escuchábamos rumores de pactos secretos entre las dos principales formaciones; pero no dábamos crédito, en general, a esas noticias, aunque no dejaba de resultarnos chocante que, derrota tras derrota del PP, no cambiara la estrategia, eliminara a Ovidio Sánchez, el gran lastre del PP, y eligiera otro candidato que no disuadiera de antemano el voto a esa formación.

Lo ocurrido en la formación de la Junta General del Principado, ha sido la confirmación final de que todas esas habladurías tenían fundamento. Es inconcebible lo que ha ocurrido y todos tememos que la pinza se extienda a la votación a la Presidencia del Principado de Asturias.

El Caso Marea, un escándalo de corrupción que salta en vísperas de las elecciones, parecía afectar solo al PSOE. El asunto de Villa Magdalena, una simple suma de torpezas de Gabino de Lorenzo, que dábamos por disculpadas ante el hecho esencial: había salvado el edificio y eso era lo que nos importaba.

Todo cambia ante los hechos que estamos presenciando. La inédita alianza pública entre el PSOE y el PP asturianos frente al «outsider» nos lleva a maliciar que hay mucha basura escondida bajo las alfombras y que no pueden permitirse que un extraño tome el control, estudie la situación y airee los trapicheos, llevando, tal vez, ante los Tribunales a los corruptos. Era eso, justo eso, lo que pretendíamos los votantes. Ahora, la pinza PP-PSOE malogra nuestro mandato.

El pacto burla el sentido de nuestro voto; pero sobre todo, desata inquietudes extremas sobre la legalidad de las operaciones que han estado desarrollándose en la sombra del Ayuntamiento de Oviedo y del Gobierno del Principado y eso son palabras mayores.

A estas alturas, caben pocas dudas de que la pinza privará a Cascos de la Presidencia del Gobierno del Principado; pero en el mismo momento en que se consume el insulto a los votantes, se iniciará una reacción ciudadana que no imaginan. No serán los «indignados» sino los «ciudadanos» los que inicien un movimiento de repulsa y petición de cuentas que obliguen a levantar las alfombras. 

Llevan demasiados años burlándose de nosotros. Hemos dicho claro que estábamos hartos y no nos han escuchado. Ahora tendrán que hacerlo, les guste o no.

24/5/11

El gran secreto de Asturias: el «paisano»




Cascos recibe el aplauso de los miembros del comité directivo de Foro, con Enrique Lanza en primer término.
Fotografía tomada de httpe://www.lne.es./



Trece periódicos. Son mi fuente de datos, si no diaria, cotidiana, en mi intento de informarme en amplio espectro. Líneas editoriales conservadoras y progresistas, diarios económicos y locales. Lo que abunda no daña, aunque pueda saturar un poco en ocasiones.

Hoy ocurre eso: estoy saturada. Tenía claro desde ayer que hoy tocaba entrada local, análisis (en la modesta medida de mis posibilidades) de los resultados de las elecciones en Asturias. He leído mucho al respecto;  llegué a sentirme saturada de sesudas informaciones de expertos analistas con una categoría que no alcanzaré yo en mil vidas; pero me sentí muy insatisfecha; porque ninguno entró en el meollo de la cuestión.

Asturias no ha querido ser, menos aún reivindicarse (aunque fuera por pura estrategia de marketing) como una comunidad con rasgos diferenciales. Ningún asturiano tolera esa política y prueba de ello es que el Partido Asturianista tiene tanto futuro como un vendedor de hielo en el polo.

Lo innegable es que cada provincia, región o comunidad de este país tiene unas características propias, que suelen plasmarse en arquetipos. A los asturianos nos definen como nobles, socarrones, y acogedores. Creo que es ajustado el cliché; pero requiere matizaciones. Es cierto que somos nobles, solemos ponernos en la piel de otros, procurar ser honestos con nosotros mismos y con los demás y somos sinceros por naturaleza (con las numerosas y obligadas excepciones a la regla) aunque esa franqueza no sea siempre entendida, valga Fernando Alonso como ejemplo.

La socarronería es un humor refinado que se sustenta en una mirada crítica, un tanto escéptica, un punto ácida, que nos lleva a contemplar con agudeza lo que se intenta ocultar, para comentar que «el rey está desnudo» con enorme regocijo y ningún pudor a la hora de desvelar las vergüenzas.

Somos acogedores. Procuramos arropar a los que se trasladan por trabajo u otras razones a nuestra tierra; quizás porque pensamos que si fuera nuestro caso, sería muy duro vernos lejos de nuestra tierra, nuestra familia, nuestra gente y nos lanzamos a enjugar esos sentimientos abriendo nuestras casas, nuestras peñas de amigos, mimando al extraño en un intento de consolarle del paraíso perdido, a base de afecto, atención e integración, pese a que en muchos casos esos sentimientos imaginados no tengan nada que ver con la realidad.

En Asturias hay ideologías, como en todas partes. Hay gente que se ha adscrito a la corriente conservadora y gente que se ha alineado con la de izquierdas en todo su espectro. Cuando votan son fieles a sus idearios; pero es importante introducir un matiz. Por encima de ideologías y fidelidades, hay una figura en el imaginario asturiano que concita una unanimidad de aprobación capaz de superar la ideología y ese tótem es «el paisano».

El paisano en Asturias no es un individuo que ha nacido en el mismo lugar que otro, que vive y trabaja en el campo o que no es militar ni religioso, tal como reza en la definición del término en la RALE. En la jerga interna, paisano es un hombre (o mujer) cabal, honesto con los demás, más allá de sus flaquezas puntuales (que sea mujeriego o sufra la tacha de vicios menores). La clave del concepto «paisano» es la honestidad frente al mundo, el alarde constatado de una conducta preclara en el respeto a los compromisos adquiridos que convierten su mera palabra en un acta pública, su honradez intachable en el desempeño de sus funciones, su honorabilidad contrastada, que, pese a las debilidades evidentes que haya demostrado, garantizan que responderá con total honradez a la confianza depositada en él.

Francisco Álvarez-Cascos conquistó en su fase de Ministro de Fomento esa imagen de paisano ante los asturianos. Por eso clamamos por él y por eso castigamos a Gabino de Lorenzo por oponerse a aceptarlo como líder tras apoyarlo con todas sus fuerzas en la fase inicial. Gabino ha recibido un voto de castigo por esa mudanza que percibimos los asturianos como una muestra de defensa del «duernu» que tanto nos exasperaba; pero que no es extrapolable a resultados futuros una vez que ha recibido su castigo.

El resultado de las elecciones en el ámbito autonómico es una respuesta a la figura mítica del paisano. Vimos en Cascos el paradigma y lo votamos por esa razón. Dieciséis escaños: diez arrebatados al PP, seis entregados por la izquierda; porque el paisano está por encima de la ideología en el imaginario popular.

Es ni más ni menos, alguien de palabra, alguien en el que se puede confiar y tanto la derecha como la izquierda en esta comunidad en la que estamos tan ahítos de magüetos y mazcayos, que necesitábamos un paisano: alguien, pese a que nos desagradaran algunos aspectos de su personalidad, que nos ofreciera la mayor confianza en su palabra, su honradez y su capacidad.

Esa es la clave del prodigio que asombra a los extraños: Francisco Álvarez-Cascos, con todas sus debilidades, conquistó ante el electorado la condición de paisano y por eso, sólo por eso, aglutinó un montón de votos que antepusieron a su ideología la condición de persona cabal, competente, de fiar y merecedora de un voto de confianza rotundo. El electorado asturiano decidió que, sólo un paisano podría quebrar la dinámica de pactos secretos de las fuerzas vivas locales que intuíamos (tal vez sin base) como el más potente foco de corrupción, única explicación para el «Caso Marea» y decidiéramos que nuestro líder era el paisano.

No hay ningún misterio digno de protagonizar sesudos estudios del fenómeno. Todo se reduce a algo simple y familiar para nosotros: tropezamos un paisano y nuestros genes nos obligaron a votarlo. Ni más, ni menos.