31/5/11

Las habilidades de Rubalcaba

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Alfredo Pérez Rubalcaba



El PSOE eligió el pasado sábado a Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato a la presidencia del Gobierno en las elecciones que, en principio, se convocarán en marzo de 2012.

La leyenda que se ha fabricado en torno a su persona le ha otorgado los apodos Maquiavelo o Fouché; pero sometamos esa leyenda a la prueba del algodón.

La característica de los dos personajes con los que se le compara es su habilidad para arrimarse al poder, ventear los efluvios de las tendencias, en especial en el caso de Fouché y situarse en la órbita de los sucesores en el poder antes de que llegaran los cambios. 

Veamos a Rubalcaba. Tras su nombramiento como ministro de Educación en el año '92, Felipe González le nombra ministro de la Presidencia y las Relaciones con las Cortes, en el año '93, cargo que ocupa hasta el '96. Son los años de plomo del felipismo, protagonizados por el GAL y la corrupción.

Tras la derrota frente al PP, el PSOE tiene que reinventarse, como en la actualidad. Rubalcaba entra en el equipo de Almunia y gana José Borrell que fuerza unas primarias. Se le atribuye la dirección de la encarnizada campaña de demolición de la figura política del catalán tras ganar en primarias y acompaña a Almunia en el mayor desastre electoral del PSOE. 

En el año 2000 integra la candidatura de José Bono, vencida por nueve votos por la de un desconocido: José Luis Rodríguez Zapatero.

Apoyó en dos ocasiones a Trinidad Jimenez para la alcaldía de Madrid. En ambas fue derrotada.

Protagonizó entre el 11 y el 13 de marzo de 2004 la página más negra de la historia de nuestro país, utilizando los atentados del 11M para dar un vuelco a la intención de voto y se instaló la etapa oscura y demencial del Gobierno de Zapatero entre nosotros.

Fue elegido como vicepresidente para frenar el efecto de la política de Zapatero en las pasadas elecciones de mayo, bajo la premisa de que su «prestigio» minimizaría los daños que se preveían en las elecciones autonómicas y municipales. El PSOE cosechó en ellas la mayor derrota de la etapa de la democracia en España.

Ahora es elegido como candidato para el mismo fin. Tiene diez meses, en teoría, para embarrar el terreno y tratar de dar un vuelco a los resultados; pero esos meses son vitales para España. Estamos en una situación de crisis aguda. Necesitamos un gobierno fuerte y resolutivo, no juego sucio y maniobras cuyo único objetivo que siga en el poder el PSOE.

Los españoles, incluso los más confiados, hemos visto ya el pelaje del personal y estamos hartos de inventos y juego sucio; pero eso no es lo más preocupante. La clave es que en estos meses, la estrategia previsible de Rubalcaba será letal para España y complicará aún más la recuperación que todos necesitamos.

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