14/2/12

Los consejeros áulicos




Méndez y Toxo en la rueda de prensa (ugt.es)

Los personajes más influyentes en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, los que entraban y salían en la Moncloa como Pedro por su casa y despachaban con el Presidente, además de hacerle visitas privadas, fueron los dos máximos dirigentes de los Sindicatos UGT y Comisiones Obreras.

Confidencias, consejos, ríos de subvenciones sin cuento... El paro empezó a hacer estragos; pero parece que no era asunto suyo. Las pequeñas y medianas empresas empezaron a quebrar; pero el problema no iba con ellos. 

Hacían como que se interesaban. Cuatro años interminables de negociaciones con la Patronal, entre comidas, cenas y copas, sin llegar a ningún acuerdo, sin que se remangaran para frenar la sangría de puestos de trabajo y el drama de las familias que quedaban en la calle. 

La UE intervino. Exigió a Zapatero que tomara determinadas medidas. Los consejeros áulicos no se tomaron tampoco la molestia, ante lo que era ya una advertencia seria, de proponerle al Presidente, aunque tuvieran que puentear a la patronal, una reforma laboral seria que sirviera para frenar la deriva y atenuara los efectos de la crisis.

Intentaron, a última hora y por pura vergüenza torera un día de huelga general que constituyó un fracaso espantoso.

Ahora que el Gobierno presenta una reforma laboral, los conejeros áulicos opinan que no sirve para nada, que hay que hacer otra cosa y llaman a la sociedad a concentrarse contra los recortes.

Si hay una vía distinta; si saben qué es lo que hay que hacer, me pregunto, nos preguntamos todos los españoles, por qué no la propusieron cuando eran todopoderosos y Zapatero hubiera sacado adelante en el Parlamento su propuesta nos costara lo que nos costase.

El problema de los sindicatos es que se han desprestigiado y ahora todos nos maliciamos que lo que no vale de la reforma laboral es que merma de modo importante su influencia. Sumado ese detalle de la libertad que introduce la reforma para los pactos de empresa, sobre los sectoriales y el recorte de subvenciones, las cosas están muy negras para ellos y ni siquiera disponen ya de la fuerza de la calle para intentar remover las disposiciones que les anulan.


2 comentarios:

Unknown dijo...

Los sindicatos de este país han sido los servilones de los sucesivos gobiernos a base de subvenciones que todos hemos pagado con nuestros impuestos. La etapa ZP ha sido el paraíso de los sindicatos por el temor de un presidente de gobierno de España absolutamente incompetente, hasta para poner coto a los abusos sindicales: os doy mucha subvención y no me revolucionais la calle, incluso con el olvido de los parados.
Está bien poner en su sitio a los sindicatos como pretende Rajoy, pero ¡ojo! los sindicatos responsables y pugnaces con la patronal, sin subvenciones estatales, también son necesarios para un buen equilibrio social. Que se lo trabajen con sus afiliados y su buen hacer.
Saludos, Carmen.

Carmen Quirós dijo...

Estamos de acuerdo en la necesidad de que existan sindicatos fuertes e independientes y para una verdadera independencia no pueden depender de la financiación estatal.

¡Ojalá esta reforma sirva para reformar esa herencia franquista del sindicato vertical!

Un saludo, don Jano.