31/3/11

El Gobierno de España obliga a Cataluña a violar las leyes




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El consejero de Economía y Conocimiento de la Generalidad, Andreu Mas-Colell. Foto: Luis Moreno para 'El Economista'


El Gobierno de España obliga a Cataluña, según su consejero de Economía, a maquillar las cuentas públicas.Es una declaración palatina y transparente, ofrecida desde el minuto  cero, de que las cuentas que presente  el Gobierno catalán serán falsas. En consecuencia, estará incumpliendo la Ley General de Contabilidad y alguna otra.

La Comunidad Autónoma más endeudada según los datos del Banco de España, es Cataluña. En el tercer trimestre de 2010 su deuda ascendía a un total de 30.304 millones de euros. Importa el 28,1% de la deuda de las Comunidades Autónomas y la Generalidad lucha con denuedo para que las asumamos el resto de los españoles.

No es baladí recordar que, a diferencia de lo que ocurre con Valencia y Madrid  (las Comunidades que le siguen en volumen de deuda, muy de lejos) Cataluña dispone de un peso específico en el Congreso. Aunque sean una minoría, sus diputados tienen la masa crítica necesaria para imponer condiciones (casi siempre económicas) al gobierno minoritario central, para apoyarlo en el intento de sacar adelante determinadas leyes.

La deuda de Cataluña ha mantenido un ascenso firme. Concurren dos factores: por un lado, sus políticas lingüisticas han movido a muchas empresas a migrar a otros lugares en los que no soportarían sobrecostes en la rotulación de sus productos. Por otro lado, sus afanes independentistas. El sostenimiento de políticas centradas en «el hecho diferencial», han detraído grandes caudales del presupuesto que se destinaron abordar políticas destinadas a consolidar una «realidad histórica» ficticia, en detrimento de los recursos que había que centrar en políticas vitales para la economía autonómica clave en el programa más razonable de consolidar fuentes de creación de riqueza y prosperidad como paso previo a otras aventuras, con la consecuencia de un progresivo empobrecimiento de la economía; pero también de la cultura, del desarrollo y la potencia local.

Cataluña dejó de ser el motor de la economía de España hace tiempo. También perdió su condición de cosmopolita, culta, puntera en el desarrollo de las artes. El nacionalismo implantado por la CIU de Pujol transformó poco a poco aquel semillero de creadores vanguardistas que consolidaban a Barcelona como el centro cultural por excelencia frente a un Madrid más conservador en la década de los ’60-’70 del siglo pasado, en un erial pueblerino frente al cosmopolitismo pasado, que mira su ombligo y sólo da cancha a los que centraran sus esfuerzos en potenciar la lengua y el «hecho diferencial» catalán.


Cataluña está arruinada. Las políticas que adoptaron sus sucesivos gobernantes la llevaron a un declive inexorable, en tanto no modificara de modo drástico una dinámica que no está dispuesta a abandonar. Los «sablazos» al Gobierno de España, a cambio de su apoyo en momentos de debilidad, no fueron suficientes para obtener botines de la cuantía que necesitaban para enjugar sus pérdidas.

Los catalanes de a pie viven en una contradicción permanente. La brutal política de manipulación que les imbuye la idea de que, sin el nacionalismo-independentismo no hay futuro para Cataluña, lleva a votar (al exiguo grupo que aún vota) a los moderados o a los radicales del independentismo; pero no son capaces de plantarles cara  (pese a que les están arruinando de forma evidente) eligiendo otras opciones. Y cuando lo hacen, el partido que gana, infectado por esa campaña de manipulación, vira de inmediato para mimetizarse con los nacionalistas, con lo que los votantes sufren una crisis depresiva. Da igual lo que voten: al final, los nacionalistas  atraen a su campo a quienes fueron elegidos para erradicar esas políticas. Voten lo que voten, no conseguirán librarse de ellos; porque en el momento en el que lleguen al poder, serán abducidos.


El Gobierno de España, azote de Cataluña, ha establecido directrices de límite de gasto para las Comunidades Autónomas. No lo ha hecho por sí, porque haya entendido que si no regresa a las normas que derogó sobre el techo de gasto, nos hundiremos. Es la Unión Europea la que impone esas normas. «Me parece muy bien su sistema de autonomías, es cosa suya la organización administrativa de su territorio. Sin embargo, debe considerar que ese sistema es mucho más costoso de lo que tolera su PIB y si quiere mantenerlo, o ajusta la economía de sus autonomías dentro de unos límites acordes con la capacidad económica de su país, o es intervenido y, en caso de que la UE no pueda afrontar esa intervención, saldrá de la zona euro».

Nos jugamos mucho todos los españoles, seamos o no nacionalistas. O apretamos el cinturón o seremos expulsados del euro. Teniendo en cuenta que el Gobierno ha usado más del 80% de la «hucha de las pensiones», instaurada por el malhadado dictador Aznar para garantizar a los pensionistas (incluidos los catalanes) el cobro de sus pensiones de jubilación, nos va la vida en el ajuste.

Los nacionalistas no pueden librarse de la esclavitud que llevan en el ADN. Cataluña no puede cumplir esas exigencias sin renunciar a sus políticas nacionalistas, a los fondos que destina a proteger su idioma, a sus políticas de fomento de «hecho diferencial». No puede recortar en ningún caso esos cuantiosos gastos y, acogotado por las normas del Gobierno de España, no le queda otra alternativa que hacer ingeniería contable, en lugar de una honesta y franca exposición de sus cuentas reales, como paso previo a los recortes de todos los gastos superfluos, para fingir que cumple lo exigido, sin que ello suponga una mejora efectiva, contable, real, de su contabilidad.

España tiene siempre la culpa. Ya lo tenemos asumido desde hace años. Lo aceptamos sin protestar; pero tenemos derecho a plantear una cuestión: ¿Hay alguna vía legal, constitucional, impecable e incontestable para librarnos de este peso muerto? Hoy es una losa que nos compromete a todos; pero ese hecho coyuntural no es tan importante como la realidad de que, hasta que no les demos la independencia, seguirán manteniendo esa postura de  «¿qué hay de lo mío?», insensibles a los problemas de los demás. Gastarán sin tasa en lo que estimen oportuno y sangrarán en cuanto se les dé ocasión al resto de las Comunidades, para disponer de un plus de fondos. No cabe esperar, va contra su naturaleza, posturas solidarias y cooperativas con el resto de España.

El diagnóstico frío e incontestable de la exploración de la salud de España, nos muestra una gangrena declarada e irreversible en dos miembros y síntomas reveladores de que se inicia el proceso en un tercer miembro. No cabe duda de que la urgencia primordial es que no se propague la sepsis al resto del organismo. Hay que amputar cuanto antes, desprendernos de esos órganos letales por alto que sea el precio.


29/3/11

Gorburu es su nombre de guerra







He elegido este vídeo para la cabecera de la entrada de forma calculada. Si se fijan, aparece a su derecha un espejo en la mayor parte de las tomas. Ofrece una vista, aunque sea parcial, que muestra siempre las velas en el mismo sitio; mientras la cámara crea ilusiones ópticas tridimensionales, para lo que es una imagen bidimensional.

Todo es cuestión de perspectiva y percepciones. Por ejemplo: si perteneces a una organización mafiosa, no serás nada si no tienes un alias.  Mientras seas José Rodríguez, no eres nadie. Pero si en lugar de Pepe, eres Gorburu, entonces ya perteneces al hampa de pleno derecho.

Piensen en esos políticos, que son los que legislan, gobiernan y tienen una incidencia, incluso una influencia enorme en nuestras vidas. Mírenlos: ellos viven en un universo paralelo.

Por la semana ejercen su trabajo en las cámaras o en los despachos de la Moncloa. Durante el fin de semana, asisten a diversos actos políticos. Se mueven en coches oficiales, aviones en los que ocupan la clase preferente, si no toman aviones privados. Habitan en una esfera, en una realidad paralela a la que nos aloja a los demás.

Inmersos en ese ambiente de pactos tácitos, exhibición de estatus, peleas por el poder entre bambalinas, compromisos derivados del cargo que lo mismo les llevan a agasajar a un tirano que a sondeos rápidos de lo que puede interesarle a la gente, siempre apresurados, siempre sesgados e insuficientes, saben tanto de la vida real del ciudadano, de lo que opina, de lo que le ofende, están tan lejos de los votantes como si habitaran Plutón.

Ellos manejan otros códigos. Puedes hacer lo que quieras; porque ostentas el poder para eso. Hay reglas que no debes saltarte; porque si te pillan, tendrás que rendir cuentas; pero mientras seas discreto, yo no te voy a tratar como un miserable aunque lo seas y yo sepa de buena tinta que lo eres. Sin embargo, si la pifias, prepárate porque voy a salir a degüello y te voy a echar fuera de nuestro planeta con cajas destempladas.

Ese pacto es así en todas las democracias avanzadas. Por desgracia, en la nuestra no se cumple la última parte. Hoy han salido más noticias sobre las actas de los terroristas. En cualquier otro país, hoy el Presidente que ha suspendido la vigencia del Estado de Derecho hubiera comparecido en el Parlamento y hubiera presentado su dimisión, la de su equipo y convocado elecciones.

En nuestro país, no sólo no ha ocurrido eso, sino que el gran capo puesto en el Ministerio del Interior para asestarle un golpe de muerte al Estado de Derecho, preparando el escenario para que ETA ganara su guerra, es postulado a candidato ideal para la Presidencia del Gobierno.

Y el Presidente. ¡Ay, el presidente! José Luis Rodríguez ya no es Zapatero, sino Gorburu. ¿Desde qué punto de vista miramos esto? ¿Dejamos el ZP para su vertiente política y reservamos el Gorburu para su papel de colaborador en las estrategias de la organización de acciones terroristas? Difícil aceptar un presidente que es ambas cosas en el ejercicio de su cargo. Siéntense cómodos a la espera de su dimisión. Ni está, ni se la espera.

28/3/11

Actas del cortejo del cuélebre y la serpiente



Cuélebre en la parroquia de San Emeterio (1555). Sietes (Villaviciosa)
Fotografía Ástur Paredes.


Una de las cosas que hemos comprobado los españoles, tras cuarenta años y pico de desmantelamiento de comandos de ETA, es su obsesión documental. Se han incautado actas de reuniones a espuertas, prueba incontestable de que la documentación de cuanto se dice y trata en sus reuniones tiene una importancia capital. No se comprende bien; porque cuando se desarticula un comando cae una cantidad muy importante de información en manos de la policía; pero para ellos sigue siendo más importante registrar todo: de objetivos a sesiones y mesas de diversa índole, que la seguridad de su estructura. Debe ser un efecto colateral de la condición de marxista leninista maoista o cualquier otro ista entreverado.

Hoy hemos conocido el contenido de las actas que se le incautaron a «Thierry». Recogen con detalle las conversaciones entre el emisario del Gobierno para el «proceso de paz» y los miembros de la banda, en las que, entre otras cosas, les hace saber que Rubalcaba fue nombrado Ministro del Interior para blindar el proceso. Que hubo órdenes del Gobierno a la Policía, la Guardia Civil, la Ertzaintza y la policía francesa para que no practicaran detenciones; pero que era muy difícil porque esas órdenes no se dan por escrito. Que la detención de Elosúa fue un «accidente» (por lo tanto, algo que no deseaba el Gobierno). Que es más difícil parar a los órganos judiciales que están investigando a ETA. Que ETA envió una carta directamente al Presidente del Gobierno, a través de su emisario en las negociaciones, para que le fuera entregada en mano, sin intermediarios ni filtros. Que el Gobierno, tal como en su día aventuró Juan Cotino, entregó dinero a ETA de los «fondos reservados».

Hace tiempo que Mayor Oreja aventuró que, pese a la ruptura formal de las negociaciones entre el Gobierno y ETA, tras el atentado de la T4, estas seguían existiendo y que el Gobierno trabajaba activamente en el regreso de la banda terrorista a las instituciones. Estas fueron sus declaraciones en el día de hoy, tras divulgarse las actas incautadas. 

Ayer se inició la vista en la Audiencia Nacional contra siete etarras del comando Vizcaya. Fueron detenidos en 2008. Los atentados que perpetraron y los que tenían pendientes son una muestra de lo útil que les resultó el dinero que recaudó el gobierno a través de los impuestos que pagamos los españoles y les fue entregado durante las negociaciones del «proceso de paz» y del que obtuvieron ellos mediante la extorsión a empresarios, con el beneplácito del Ministro del Interior, que aseguraba que «hasta donde él sabía, no se estaba aplicando el "impuesto" por parte de la banda». Hay que reconocerles que son muy buenos administradores.

Mi compañero de «site», Navarth, ha hecho una magnífica recopilación de al secuencia de acontecimientos del 09/02/2006 hasta 09/2006. No puede ser más reveladora.

Ahora el gran cuelebre del Reino, el guardián de los tesoros, el que habita en la oscuridad sin dejar de crecer y fortalecerse, negará la mayor, dirá que no se puede creer a ETA, pese a que en otras ocasiones afirmó que ETA no miente y se puede confiar por completo en su palabra cuando decreta una «tregua». De nada servirá negar la mayor. Los hechos que hemos presenciado avalan el contenido de esas actas. 

Lo grave es que volverá a burlarse de todos nosotros y tendremos que tragarnos su aliento hediondo y mortal para el prestigio de este pobre país nuestro; porque estamos tan acostumbrados a que el Papá Estado cuide de nosotros, que no tenemos capacidad ni fuerza como colectivo para poner en la calle a esta banda de gamberros, delincuentes y miserables que nos chupan hasta la vida y entregan nuestro dinero a los asesinos para que no les falte de nada cuando les apetezca matar, extorsionar o secuestrar para luego matar.

Cerremos el Ministerio de Fomento y contratemos empresas de obras públicas japonesas









En junio de 2010, las lluvias caídas en Asturias provocaron la inundación el Bao, una aldea del concejo de Navia. 

La causa fue que la obra de la N-634 (una muestra de la demencia de nuestros gobernantes que la remodelaron hace veinte años, ampliándola; sin resolver el problema de la densidad del tráfico dotándola de infraestructuras de autovía y que hubo que rehacer en esta línea al cabo de pocos años ampliando los viaductos o construyendo otros nuevos en una obra faraónica que aún está inconclusa), en su paso sobre el río Barayo, se optó por la solución de tubos, en lugar de construir un puente sobre él.

Las fuertes lluvias de junio conllevaron una riada que arrastró arbustos, ramas de árboles y desechos diversos de las márgenes del Barayo. Los tubos fueron de todo punto insuficientes, amen de contraproducentes, se atascaron, anegaron el Bao y no hubo otra solución que volar la carretera en ese punto para que desaguara el río. 

En la actualidad no se ha arreglado la carretera. Lo lógico hubiera sido construir un puente (es una garganta muy pequeña) y rehacer la calzada; pero de momento, los planes son dejarla como está y construir un nuevo trazado. No sabemos cuándo abandonaremos el tramo infernal del desvío por la carretera más vieja. 

Datos comparativos entre lo que se puede hacer ante un desastre natural con una carretera: Las imágenes de abajo (de la agencia AP) muestran cómo quedó una carretera en Japón tras el terremoto, en la superior y en la inferior su aspecto seis días más tarde. 

27/3/11

Los empresarios y los jinetes del Apocalipsis




El presidente del Santander, camino de la reunión. | Alberto di Lolli
Emilio Botín llega a la reunión (Fotografía de Alberto di Lolli para 'El Mundo)

Es obvio que no formo parte de ese grupo de personas que consideran que los empresarios son individuos maquiavélicos que solo persiguen beneficios y no les importa para nada el coste que entrañe para los demás lo que hagan para cumplir sus objetivos.

Hoy me he quedado de una pieza al leer que en la reunión de los presidentes de las más´importantes empresas de este país nuestro con el presidente del Gobierno, el vicepresidente y la ministra de Economía, la petición unánime fue que pusiera fin de forma definitiva a las especulaciones y siguiera en su puesto hasta las elecciones de 2012. ¡Ni hablar de adelanto electoral!

¿Están locos estos romanos? ¿No es cierto que uno de nuestros puntos más débiles, lo que arruina nuestra credibilidad y nos pone en riesgo de ser intervenidos es la escasa habilidad de nuestro presidente para adoptar las medidas adecuadas, su conducta errática, la incapacidad congénita que le caracteriza para analizar los problemas, buscar las causas y aplicar soluciones, no como parches, sino en forma de una serie de medidas de amplio espectro, bien coordinadas, que consigan un ajuste capaz de poner en marcha nuestra economía?

Parece que para los grandes empresarios, para aquellos que se ven más afectados, porque su actividad traspasa fronteras y la solvencia de nuestro gobierno les afecta más que a nadie, no es así. La explicación simplista que muchos esgrimen «es que les va muy bien con Zapatero» me parece estúpida. La economía es un todo. Si se destruye la pequeña y mediana empresa, si no se recupera el tejido empresarial, el desempleo crece, las obras públicas se paralizan, no se construyen casas, todo está de cabeza, el volumen de negocio de todos ellos se resiente, aunque lo compensen con su actividad en otros países.

Descartado un interés personal contrario al de todos los españoles, hay que buscar otras explicaciones. Le urgen a que termine en este plazo la aplicación de las medidas de corrección necesarias para relanzar la economía. Eso significa un desgaste creciente del gobierno; pero es evidente que si fuera otro presidente el que las aplica, ardería el país de punta a punta en huelgas salvajes que deteriorarían aún más nuestra economía. Luego en ese aspecto, sí parece razonable no hacer cambios en este momento y que sea quien propició con su política demencial la magnitud de la crisis, quien se ocupe de aplicar las medidas que crearán el marco mínimo necesario para salir de ella.

Aún así, me parece que tiene que haber algo más serio que la búsqueda de «paz social» en este año que se prevé menos malo que el 2012. El hecho de que el país esté inmerso en una guerra exterior, debe ser contemplado como un hecho más que aconseje un gobierno estable, al menos hasta que se aclare el panorama y se vea si nos hemos metido en un avispero como los anteriores o se resuelve en poco tiempo con los ataques de los aliados y el empuje de los rebeldes ganando la partida al asesino. Pero tampoco parece que sea esa la razón por la que apoyan su permanencia, no la veo como una variable que manejen en esta petición.

No se me ocurren más razones y las anteriores no tienen entidad suficiente para apoyar que continuemos en esta agonía de desgobierno, ocurrencias y declive interno y externo imparable.

La única explicación que encuentro es que esas personas, que son las que más saben de escenarios económicos, de política económica y de condiciones favorables o nefastas para la economía, manejan información que sólo ellos conocen, que les hace ver que, en el escenario en el que nos encontramos, la solución menos mala es que siga en el timón el genio de León

Si esto es así, si él es la menos mala de las soluciones, me pregunto qué peligros desconocidos para nosotros nos acechan, qué saben los empresarios e ignoramos nosotros, para que apoyen a Zapatero hasta el final de la legislatura. Tiene que ser algo terrible; porque lo que vislumbramos los vasallos en forma de pérdida de capacidad adquisitiva, merma de nuestros ingresos, sometidos a una sangría impositiva inmensa, privados de derechos de forma progresiva, inmersos en una carencia de horizontes esperanzadores, mientras la criatura siga ahí, sostenerle en el cargo es una promesa firme de que campen por nuestras vidas los jinetes del Apocalipsis que acompañan su mandato.

26/3/11

Un tierno conejito de Duracell que dura y dura




Zapatero limita el gasto autonómico..., pero no tanto
Foto Reuters


Los agentes sociales son malos, perversos, incumplidores. Nuestro amado presidente hoy tenía que asistir a la Cumbre de Primavera de la Unión Europea, tanto por cuestiones protocolarias y de alarde, como porque con un nombre tan ajustado a la naturaleza de nuestro presidente, tuvo que ser arrastrado por una fuerza intrínseca a lo que lleva en los genes (© J. Blanco). El alarde que he mencionado, consistía en rendir cuentas ante sus socios de las medidas que había adoptado para luchar con la crisis en los últimos meses. 

La más importante para nuestro país era que anunciara que se había vinculado el incremento salarial a la productividad; pero esos agentes sociales que el demonio confunda, no quisieron ponerse de acuerdo y como él es así de bondadoso y amante del diálogo, los acuerdos y la paz, prefirió dejar que limen sus diferencias, incumplir el plazo y tragarse el sapo; porque esa es su bizarría, la propia de un demócrata de toda la vida.

Y allí se fue, a recibir la primavera. Como no podía presentar un acuerdo para unir los salarios a la productividad, en su infinita grandeza arbitró una medida mucho más sencilla y brillante: anunciar entre las flores de cerezo bajo un cielo luminoso, bañado por los rayos de un sol radiante (o de cualquier otra manera) que iba a vincular el techo del gasto de la Administración del Estado al PIB nominal en el medio plazo.

Esta norma será de obligado cumplimiento para la Administración del Estado; pero... Respecto a las Autonomías, promoverá un consenso para que apliquen esa medida. 

No hubiera sido necesario perseguir este acuerdo si no hubiera dinamitado él con su cabecita loca las normas ya existentes para la contención del gasto de las Autonomías, cuyos límites había fijado el anterior gobierno en términos parecidos; pero claro, esos eran el PP y nada de lo suyo era bueno para esta nación discutida y discutible.

Y digo yo que con un poco de suerte, los miembros de la Unión Europea no tendrán ni idea de como funciona España; porque si la tienen, verán lo que cada uno de nosotros tiene claro.

El Gobierno no tiene ningún empacho en aplicarle la medida por Decreto a Asturias, Madrid, Valencia, Andalucía y resto de las Autonomías que pueblan este país, salvo dos excepciones: Cataluña y País Vasco. Precisamente Cataluña, con sus embajadas y su despilfarro es la que lastra de modo peligroso la economía española; pero el conejito de Duracell que nos gobierna, depende de esas dos autonomías para agotar la legislatura y por eso necesita «consensuar» el techo de gasto.

El resto de las medidas son aún más inútiles para relanzar la economía: va a impulsar la competencia en el sector de los servicios profesionales aplicando la directiva europea y además, va a crear comisiones para que resuelvan problemas serios. Es decir, va a tirar dinero para nada y eso no se les escapa a sus socios, como no se nos escapa a nosotros.

No sólo les ha vendido humo (y ellos saben que es así), no sólo ha comprometido aún más nuestra economía metiéndose en una guerra que no se sabe cómo vamos a pagar, sino que la noticia más terrorífica, lo que me pone los pelos como escarpias, es lo que declaró al final a los periodistas: está muy satisfecho. ¡Nos van a dar la del pulpo!


25/3/11



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24/3/11

Sin ti no soy nada y con el faisán, menos que nada








Fotografía www.avifauna.net

Sobran muestras de que nos hemos convertido en el país de la caspa. Nuestros dos grandes directores, los que triunfan con su obra, son Pedro Almodóvar y Santiago Segura. Belén Esteban es uno de los personajes más influyentes. Las televisiones emiten telebasura hasta sepultarnos. Las series de producción española son penosas y las pocas que los críticos consideran buenas, siempre llevan la coletilla «para ser españolas».

La España profunda que aspirábamos a superar, la España de la ignorancia, la improvisación, los caciques, los enchufes, la corrupción, que según los progresistas era fruto de la ignorancia y la opresión a la que nos habían sometido la monarquía, la Iglesia y Franco, desaparecería bajo el impulso progresista en pocos años, soñábamos cuando daba los primeros pasos nuestra democracia. 

Treinta y cinco años después de la muerte de Franco, no sólo está más viva y potente que nunca esa España negra, sino que se extiende por todas las capas de la sociedad y llega a las más altas instancias del Estado.

Para muestra, la sesión del Congreso de ayer. Un diputado del PP interpela al ministro del Interior, señor Rubalcaba, sobre el chivatazo del 'caso Faisán'. He elegido el enlace de la crónica de 'El País' (que lucha a muerte por imponer la candidatura de Rubalcaba a la presidencia del Gobierno en las próximas elecciones) para que nadie dude de lo que afirmo.

Ya había ensayado lo suyo en otras sesiones; pero en esta se arrancó sin tapujos, abdicó de su condición de ministro y optó por ejercer de bufón de corte o humorista de uno de esos horrorosos programas con los que nos deleitan las cadenas de televisión. Su éxito fue total. Toda la bancada socialista se rió mucho y a la salida todo eran felicitaciones por lo gracioso que había estado.

El problema para el Partido Socialista, para el señor ministro y para el país en su conjunto es que tenemos gobernando de facto a este personaje. Su trayectoria es larga. Ejercía de portavoz de Felipe González en la época de los GAL y ya demostró con galones su cinismo y su completa amoralidad en ese cargo. 

En la anterior legislatura amparó la negociación con ETA, ejerció un acoso inhumano sobre las víctimas que se habían movilizado contra la política de cesiones a ETA. En ésta, siendo ministro del Interior, alguien llamó al dueño del Bar Faisán para avisarle de que estaba dispuesto todo para detener al correo que vendría a recoger a ese bar la recaudación del 'impuesto revolucionario'. 

Conociendo al ministro, nadie puede creer que un miembro de las fuerzas del orden de este país haya cogido el teléfono para dar el aviso, sin que él conociera el plan y autorizado la llamada.

Seguro que los votantes socialistas con fe ciega en el partido no piensan así. Sin embargo, hay muchos ciudadanos que tienen un peso decisivo en unas elecciones; porque no votan siglas, sino candidatos y programas, que sí albergan, por lo menos, la sospecha. 

Es demasiado negro el futuro del PSOE, como para que su gran esperanza se muestre ante los españoles como un bufón; porque esa vis cómica no tiene ninguna gracia y hace que pensemos que si es incapaz de dar una respuesta contundente, meterse en harina y responder las preguntas con argumentos y datos, es porque él y José Luis Rodríguez Zapatero son los que aprobaron que se hundieran meses de trabajo conjunto entre la justicia española y la francesa a cargo de la juez Le Vert, para dar una prueba fehaciente a los etarras de la buena voluntad del gobierno de España.

Y eso no lo perdonaremos nunca muchos españoles, sea cual sea nuestra ideología o inclinación política. Cante, Rubalcaba, cante con el faisán: «sin ti no soy nada».




Cástor y Pólux



Mingote-23-3-2011
Viñeta de don Antonio Mingote (ABC 23/03/2011)

Leda, la esposa del rey Tíndaro de Esparta (aunque otros autores le señalan como rey de Lacedemonia), fue seducida por Zeus trasmutado en cisne y esa misma noche yació con su esposo. Como consecuencia puso dos huevos de los que nacieron cuatro hijos: Elena y Pólux, hijos de Júpiter e inmortales y Clitemnestra y Cástor, hijos de Tíndaro,mortales.

Pólux era amante de los caballos, bondadoso y amable, de acuerdo a su naturaleza divina. Cástor era su reverso. Ambos, tras la muerte de Cástor, están unidos eternamente en la constelación Géminis.

Y la mitología se hizo carne y habitó entre nosotros. Hace siete años, un querubín con cara de no haber roto un plato, enarboló la bandera pacifista y condenó la guerra de Irak, convocó manifestaciones, desfiló tras la pancarta cuando nuestras tropas estaban ya camino de Irak, condenando la decisión del gobierno presidido por Aznar.

Entonces, muchos españoles (ya avisados por el episodio de la bandera de Estados Unidos, que pasaba ante la tribuna en el desfile del 12 de octubre, se quedó sentado ofendiendo a los estadounidenses que no asimilan la bandera a un presidente o una política, sino a la Unión) quedamos horrorizados. Era una muestra más de que el querubín tenía tanto sentido de Estado como el tonto del pueblo y era un peligro muy grave poner en sus manos una nación.

En aquella guerra no participábamos como combatientes. El tirano había sido derrocado y nuestros soldados tenían una misión clara y concreta: colaborar en la pacificación y reconstrucción del país. Además, en aquellos tiempos nuestra economía era floreciente y podíamos permitirnos el coste de la intervención.

Encaramado sobre los cadáveres de ciento noventa y dos españoles, en el peor atentado de Europa, el 11 de marzo de 2004, desde el minuto uno, el querubín maniobró para inclinar de su lado la balanza de las elecciones y consiguió su objetivo en uno de los espectáculos más tristes, bochornosos e inicuos de la historia de España.

En su discurso de investidura, condenó la guerra, habló de sus ansias infinitas de paz, extendió su manto pacifista por todo el hemiciclo y casi nos ahoga a todos los españoles con sus cursis arengas sobre su infinita bondad y pacifismo.

Tras siete años sufriendo su azote, nuestras arcas están vacías, nuestra deuda externa es ingente, nuestro tejido industrial y empresarial está devastado, tenemos más de cuatro millones de parados y un millón de ellos no reciben prestaciones porque no hay recursos. Se ha bajado el sueldo a los funcionarios, se han subido los impuestos, han encarecido los alimentos, la electricidad, los combustibles...

En los dos últimos años ha arrasado toda su política social. Su necio empeño en negar la crisis ha puesto a España al borde de la intervención y ahora es la Unión Europea la que dicta la política interna. Hemos desaparecido del panorama internacional, se ríen de nosotros hasta las gallinas y no tenemos crédito como país, gracias a la actitud cambiante de un presidente que se salta las normas a la torera, genera inseguridad jurídica y política y nadie sabe qué nueva ocurrencia nos traerá mañana.

Pólux, el que compareció en el hemiciclo para enarbolar la defensa de los desfavorecidos, la faz del pacifista, la lucha por eliminar las desigualdades y llevarnos al Edén en aquel lejano discurso de investidura, ha mutado en Cástor. Se ha convertido en un azote apocalíptico y para cerrar su ciclo agonizante, se embarca y nos lleva a una guerra que no podemos pagar, en la que no se nos ha perdido nada y que, dadas las condiciones en que se plantea, no puede ser ganada.

El genial Mingote lo resume a la perfección en su viñeta de hoy. Con un poco de suerte, mejor, con un golpe de suerte increíble, quitarán de un modo u otro a Gadafi del poder. La cuestión es: ¿Cómo podemos librarnos nosotros de este Cástor redivivo antes de que nos hunda por completo y arrase la UE?

22/3/11

El miedo es libre



Ninguno de los 115 españoles venidos de  Japón tiene síntomas de contaminación
Españoles descendiendo del avión. (Jaime García para ABC)

Un grupo de españoles, la minoría, decidió tomar el avión que puso a su disposición nuestro gobierno para que quienes quisieran volver a España pudieran hacerlo.

Todos ellos vivían a una distancia en ningún caso inferior a cien kilómetros. Tuvieron a su disposición, cuando aterrizaron en Barajas, un servicio médico para controlar si estaban contaminados por elementos radiactivos. Ninguno de ellos lo estaba.

Los entrevistados, coincidieron todos en la sospecha de que el gobierno japonés ocultaba cosas, que no daba toda la información a la población para no alarmar.

Veamos la realidad. Vean este documento. Miren la fecha: es de hoy a las doce del mediodía. Sigan leyendo y verán que ese documento está redactado utilizando la información que han venido proporcionando NISA (Nuclear & Industrial Safety Agency), TEPCO (Tokyo Electic Power Company) y JAIF (Japan Industrial Forum Inc.). Además, tienen la página de la Sociedad Nuclear Española. Si abren este enlace, además de la información sobre esta sociedad, verán a la izquierda un cuadro en el que pueden seguirse los informes diarios de lo que estaba pasando en Fukushima Daiichi y el resto de las nucleares afectadas por el seísmo y el maremoto.

No seré yo quien juzgue a nadie por una decisión tan humana como alejarse unos días de un lugar en el que existe un peligro potencial hasta ver cómo evolucionan las cosas. Menos aún, cuando el peligro deriva de una contaminación radiactiva. 

Esta energía siempre (o al menos durante muchos tiempo aún) se asociará no a los equipos de radioterapia que ayudan a los enfermos de cáncer, no a los cañones que radiografían las soldaduras y garantizan la seguridad de cascos de barcos y estructuras metálicas, sino con los grandes hongos de la bomba atómica.

Sin embargo, sí que me ha sorprendido la explicación de su decisión: vienen porque desconfían del Gobierno, les parece que no está dando toda la información. 

¿Por qué no la buscaron ellos? Si no sabían leer japonés, podían elegir en las páginas una versión en inglés y si tampoco saben inglés, tienen la SNE. Tenían a su alcance una información, si no completa; porque la contaminación de algunas zonas impide que entren en ellas los operarios a realizar mediciones o controlar visualmente el estado de las piscinas, por ejemplo, sí lo bastante amplia para hacerse una idea cabal del estado de cosas.

Es normal, en un gobierno prudente, que ante una catástrofe como esta, extreme la precaución, no dé datos que no sean ciertos y comprobados, no difunda información de una situación transitoria que puede llevar al desastre con la misma probabilidad que puede ser controlada.

Otra actitud sería irresponsable y reprochable. La población ya tiene bastante con lo que está pasando para que les amenacen con hipótesis plausibles; pero que no tienen por qué darse.

No quisieron o no supieron informarse. Querían que el Gobierno les confirmara que su miedo a la amenaza era real, que su ansia de escapar de un escenario peligroso en sus mentes no era absurdo (no lo era; en los primeros días, los expertos en energía nuclear que saben cómo funciona todo, estaban muy preocupados) y querían que se lo confirmaran los poderes públicos, aunque ello conllevara el precio de desatar una ola de pánico por una posibilidad que, de hecho, no se dio.

No juzgo, insisto; sólo me asombro ante las peculiaridades de la naturaleza humana y aún siento más admiración por esos compatriotas que, pudiendo abandonar el barco, eligieron correr el mismo destino que el heroico pueblo japones. 

Quiero rendirles, por ello, un pequeño y sincero homenaje. Me siento orgullosa de su sentido común y su fortaleza y quiero creer que yo sería tan noble y responsable como ellos en las mismas circunstancias.

Los límites de la noticia





Ana Rosa Quintana, presentadora de 'El programa de Ana Rosa' ha tenido que declarar hoy en los Juzgados en calidad de imputada, junto con otros periodistas y colaboradores de su programa.

Para los que no conozcan a la protagonista del vídeo, esta señora está casada con Santiago del Valle, acusado (ya condenado a veintidós años de prisión) por la muerte de Mary Luz Cortés.

En las sesiones del juicio, esta mujer negó los hechos; pero, justo cuando el juicio estaba «visto para sentencia», el equipo de Ana Rosa consiguió llevarla al plató y hacerla declarar lo que negó en el juicio: que su marido había matado a la niña.

Alguien filtró el vídeo que encabeza esta entrada y quedó de manifiesto el método usado por el equipo para obtener la declaración en exclusiva.

Ante el escándalo (la protagonista es deficiente mental), Ana Rosa se justificó diciendo que ella había conseguido la exclusiva que todos querían.

Nadie duda de eso. Lo que está en cuestión en este caso es la ética periodística. Hubiera estado bien si esa declaración hubiera sido libre y espontánea; pero al revelarse la trastienda del iter que se siguió antes de sentarla en el plató para ser entrevistada, la cuestión cambia por completo.

Hoy Leire Pajín, ante un nuevo asesinato de una mujer a manos de su marido, urgía a la denuncia. Se preguntarán qué tiene que ver. Todo: la crisis de educación, valores, ética; la cultura del «todo vale», la falta de respeto a las formas y a los fondos, son el origen de esas conductas.

Aquí no se ha matado a nadie; pero se ha puesto de relieve una conducta más, una muestra del mal que impregna toda la sociedad: la falta  de unos mecanismos internos que marquen límites porque el individuo dispone de un concepto claro de lo que está bien y mal, de lo que es admisible y lo que no, de lo que no debe hacer, si no por virtud, porque es un profesional y sabe qué raya no debe traspasar nunca sin denigrarse y denigrar al colectivo.

No es raro que Ana Rosa protagonice este lance. Es evidente, hace mucho tiempo, que su sistema de valores es dudoso (seamos prudentes y apliquémosle el beneficio de la duda). Lo triste es que no es más que una de tantos miles de personas que no ven nada malo en mentir, presionar, emplear todos los recursos a su alcance para alcanzar su objetivo sin considerar nada que no sea su interés. Políticos, periodistas, ciudadanos anónimos... Demasiados miembros para un club de miserables que son el cáncer de nuestra sociedad.

Esperemos que la Juez de este caso, Coro Cillán, sea pionera en fijar límites, si no morales al menos jurisprudenciales, para los desaprensivos que se exceden en su trabajo, sea en un medio de comunicación, sea en otro ámbito.

21/3/11

Gadafi salva al Gobierno de España



El ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco
José Blanco canta victoria (EFE)

Gadafi está siendo un aliado de gran valor en la campaña electoral. En estos días en los que parece haber reventado la presa que mantenía contenida la corrupción que campa por sus respetos en este país, que lo único que tiene el PSOE para su «tú más» al PP es un caso Gürtel, frente al 'Caso Marea', Mercasevilla, los fraudes en los fondos de empleo de la UE, etc, Muamar irrumpe como una aparición en el panorama informativo.

Es muy divertido leer la prensa; porque los paladines de la izquierda resaltan la responsabilidad (les dije que esta palabra sería el mantra de la temporada) de nuestro presidente, asumiendo sus deberes de estadista en apoyo a los aliados, como debe ser y el otro bando, que le atiza recordándole el «no a la guerra».

La noticia sensacional de que el hombre con infinitas ansias de paz ha metido a nuestro país en una guerra ha eclipsado cualquier otra información. La prensa se lanza sobre el hueso que les ha arrojado nuestro presidente gótico y no hay lugar para esos titulares de pesadilla para el PSOE en las portadas de los periódicos.

Don José está exultante. Tiene un espantajo de primera categoría para agitarlo ante los medios: se le llena la boca con frases grandilocuentes para justificar la necesidad de entrar en combate y, de paso, recordarnos la foto de las Azores, lo malo que era Aznar, lo pérfido que es el PP, tan belicista. 

Cuando el PP apoye sin reservas en el Parlamento la intervención, aún tendrá más munición: «¿Cómo no va a apoyarles el PP en una decisión así? ¿Acaso olvida el pueblo español que el PP es el heredero de Franco, el que rompió la vida idílica de la República metiéndonos en una guerra civil? ¿Acaso cabe alguna duda de que el PP lleva la guerra en el ADN y se mete en la primera que se le ponga al alcance de la mano como ocurrió en Irak?

No es raro que sus dedos hagan el signo de la victoria. Las guerras se sabe cuándo empiezan, no cuándo acaban y si hay un poco de suerte, esta se prolongará, por lo menos, hasta que pasen las elecciones del 22M.

Será la noticia por excelencia día sí, día también y tapará la información indeseable. Los votantes, impactados por las imágenes del conflicto en la apertura del telediario o la portada de la prensa, relegará al plano de lo irrelevante el destino de unos millones de euros, la pérdida de libertades, las minucias que forman parte de nuestra rutina diaria. 

Libia será nuestra estrella y el coronel Gadafi la máxima preocupación. De paso, cada día tendremos más razones para pensar que si gana el PP, entraremos en guerras nuevas de inmediato y más nos vale pensar bien lo que votamos; porque son los señores de la guerra, los jinetes de apocalipsis, lo más «pior» que nos puede pasar.

Yo creo que no sería justo que, tras un favor tan inmenso, el PSOE le regalara a Gadafi el desierto de Almería, para que pueda plantar en él su jaima y no sentirse tan lejos de sus raíces y tramitara por vía de urgencia una pensión vitalicia para él, sus adorables retoños y las dos mil vírgenes que le acompañan, protegen y cuidan como ángeles protectores. 

20/3/11

¿De qué planeta he venido?



Manuel Chaves. (Fotografía PSOE Andalucía)

Andalucía es la región que ocupa la cola de las Autonomías en renta per cápita. Forma parte de su tradición, no superada en democracia, la desigualdad social. Hay un gran latifundismo, propiedades inmensas en manos de unos pocos, que son los amos de tierras y riqueza y una gran masa de jornaleros, muchos de ellos temporeros, que sobreviven como pueden. 

La población de Andalucía, en números redondos, es de ocho millones (8.000.000) de habitantes. Su renta per cápita es de diecisiete mil doscientos cincuenta y un (17.251) euros anuales o lo que es lo mismo, mil cuatrocientos treinta y siete, cincuenta céntimos (1437,5) euros al mes. Dadas las desigualdades señaladas, la renta mensual disponible para muchas familias es muy inferior a esa cifra media.

La encuesta de población activa en Andalucía en el cuarto trimestre 2010 muestra los siguientes datos: la población activa (personas en edad de ocupar un puesto de trabajo) asciende a tres millones, novecientas setenta y seis mil, quinientas (3.976.500) personas. El número de parados es de un millón, ciento veinte siete mil, cuatrocientas (1.127.400) personas.

Vamos a centrarnos en la etapa que transcurre entre los años 1999 a 2008. En esa etapa, la Junta de Andalucía manejó un montante de fondos de ayudas a los expedientes de regulación de empleo (ERE) por importe total de seiscientos cuarenta y ocho (648.000.000) millones de euros para financiar esos expedientes.

La realidad fue que, más que para financiar los expedientes, un treinta por ciento de esa cantidad se destinó a desviar fondos hacia militantes del PSOE andaluz, mediadores y familiares de los socialistas, en lugar de a sus destinatarios naturales.

A esa cantidad hay que sumar los fondos europeos para la ayuda al empleo por valor de veinticinco millones, seiscientos noventa y siete mil, ciento treinta y siete (25.697.137) euros, defraudados por afiliados, amigos y afines al PSOE andaluz. Todo ello con la connivencia de los más altos cargos de la estructura política de la Autonomía, sin cuya participación hubiera resultado imposible este inmenso fraude.

El montante total de lo defraudado es de seiscientos sesenta y tres millones, seiscientos noventa y siete mil, ciento veintisiete (663.697.127) euros.

Antes de que saltara a la palestra este inmenso fraude era vox pópuli en Andalucía; pero nadie se movía. Ahora que aflorado en las noticias de actualidad, ningún político asume responsabilidades y los andaluces, en especial los parados, que deberían movilizarse como fieras contra la corrupción, no mueven un dedo. 

Puede que den su opinión cuando lleguen las elecciones; pero, por ahora, todo lo que hay es un juzgado que investiga y un parlamento en el que saltan chispas entre gobierno y oposición, sin que los ciudadanos, empezando por esa ingente masa de parados, se organicen para exigir responsabilidades políticas por el expolio al que han sido sometidos.

No puedo entender nada de esto. No cabe en mi cabeza que los ciudadanos no reaccionen, no ya como demócratas, sino como perjudicados por un gobierno corrupto hasta las cachas, que ha mantenido a Andalucía en los niveles de las sociedades menos desarrolladas durante treinta años porque ha empleado el grueso de los recursos generados por Andalucía y los que se les entregaron en el reparto de los impuestos de las distintas Autonomías y los Fondos Europeos en crear una red de clientelismos y corruptelas diseñados para garantizar los votos que debían mantener al PSOE en el poder.

Mi madre solía decirme que yo pertenezco a otro mundo; porque es frecuente que no entienda el que me rodea. Reconozco que su juicio era certero.



La hija de Gadafi se manifiesta con los miembros del «escudo humano».
Fotografía (APF en ABC)

Leo en la prensa que, frente a los insurgentes, miles de libios han acudido al entorno del palacio de Gadafi para protegerle, como escudos humanos, contra el ataque exterior.

Intento comprender: Es obvio que Libia es otro mundo, un país en el que los distintos clanes de beduinos se han asentado en circunscripciones estables. Cada región libia es el territorio de una tribu. Los dirigentes máximos de cada región son algo así como los «abuelos» de todos los residentes del territorio y la máxima autoridad afectiva y política para los habitantes del territorio en el que se han asentado de modo estable. 

Es obvio que la «tribu» de Gadafi, la más favorecida por su conquista del poder, debe tener el máximo interés en protegerle; porque si es abatido tras tantos años de desmanes, tan crueles en el territorio exterior como en el interior, van a pasarlo muy mal si triunfa el alzamiento.

Aún así, no puedo comprender esa fidelidad. Nadie percibe con tanta claridad como los más allegados la realidad de los pies de barro de los poderosos. Ni la persona más educada, refinada y admirable, supera la prueba de inspección diaria en su vida íntima. Siempre habrá un rapto de mal humor, un incidente que le sorprenda en una postura indecorosa, una suma de detalles menudos que rebajen esa imagen pública impecable a la condición humana lastrada por manías, vicios menudos o graves que procura superar o intenta ocultar, instantáneas que rebajan su proyección y la reducen e instalan en la condición de simple mortal.

Cuando los cercanos se enfrentan a una personalidad ciclotímica, arbitraria, carente de referencias morales, ansiosa de sangre, necesitada de dosis diarias de sufrimiento ajeno para obtener satisfacción, el héroe oficial se revela como un miserable, un gusano, una persona indigna de la posición que ostenta y debe ser relevada.

Por eso no entiendo que haya miles de libios dispuestos a morir para proteger a Gadafi. Me parece tan inconcebible que quedo sumida en el más profundo estupor, en la incomprensión más radical de las causas de esa reacción.

Es tan inasequible para mi intelecto como la pasividad de los andaluces ante el espolio que han sufrido, puesto de manifiesto blanco sobre negro.

Vuelvo a recordar la frase favorita de mi madre: «Carmen, tú no eres de este mundo». Por fin, al cabo de los años, la asumo con absoluta sumisión y fe en su criterio y no me queda otra opción que preguntarme con infinita angustia a qué mundo pertenezco, dónde está el planeta o satélite en el que tienen cabida las personas como yo. ET podía extender su dedo y orientarlo en una dirección concreta antes de decirle a Elliot: «¡mi casa!». Yo no sé dónde dirigir mi dedo índice para señalar de forma vaga el lugar en el que está mi casa. No sé de dónde procedo, no sé si es planeta o satélite; pero acepto el criterio de mi madre: no está aquí y mi angustia crece, como la de los hijos adoptados que buscan su origen y chocan con muros formados por lagunas en los datos registrales que les impiden rastrear la identidad de su madre biológica.

19/3/11

El imperio de la ley y el efecto mariposa



Muamar el Gadafi (AP)


Según las normas de Derecho Internacional, todo dirigente político que lleve a cabo acciones atroces o ataques sistemáticos contra la población civil, puede ser considerado reo de delitos contra la humanidad.

El corolario obligado es que si un dirigente incurre en delitos contra la humanidad, la ONU debe proceder contra él, llevarle ante el Tribunal, juzgarle y condenarle.

Muamar el Gadafi fue inspirador y financiador de todos los movimientos terroristas de Europa e Hispanoamérica. Está acusado de haber participado de forma directa en los atentados siguientes:

Masacre de Munich de 1972 en la que murieron once atletas judíos.

El cinco de abril de 1986 estalla una bomba en la discoteca 'La Belle' del Berlín occidental, matando a tres personas. 

El veintiuno de diciembre de 1988 el vuelo 103 de Pan Am estalla sobre la ciudad escocesa de Lockerbie. Murieron las doscientas cincuenta y nueve personas que viajaban a bordo y once personas en tierra.

El diecinueve de septiembre de 1989 de Utah, repite la estrategia terrorista de Lockerbie. El vuelo 772 de Utah, entre Brazaville  y París, con escala en Yamena, capital de Chad, estalla en pleno vuelo, a tres mil metros de altura, sobre el desierto de Niger. Viajaban en el  ciento setenta personas entre pasaje y tripulación.

Sumemos las personas asesinadas por los grupos terroristas financiados por Gadafi, entre ellos ETA. La cifra de civiles muertos por instigación o complicidad necesaria es escalofriante.

La cuestión es que esa ley, como todas las de los organismos internacionales, no tiene un soporte estructural. No hay una policía que pueda ir a detener al asesino. Como gobierna en algún lugar, tiene un ejército y puede surgir un conflicto grave, aún es más complicado y no hay que olvidar que muchos miembros de las NU tienen intereses particulares o nacionales que les unen a los tiranos, con lo que siempre habrá un grupo que dificulte alcanzar acuerdos, complicando aún más lo que ya es complicado.

¿Cuál es el problema de base? Simple: el más alto organismo internacional está formado por una mayoría de miembros que no reconocen la ley como un mandato superior, una herramienta que solo tiene sentido si se aplica en todos los casos, sea quien sea el que cae en su ámbito, sea cual sea el puesto que ocupe y sientan que han de hacer lo posible para dar fortaleza a esa normativa y que se aplique.

Gadafi lleva más de cuarenta años en el poder. Además de él, hubo muchos tiranos que cayeron en el ámbito de aplicación de esa ley, que debieron ser aprehendidos y llevados ante el Tribunal Internacional. Si se hubiera querido actuar, hubo tiempo más que sobrado para crear instituciones y órganos que hicieran posible aplicar las leyes; pero a nadie interesaba. Si no les afectaba de forma personal, podía alcanzar a un pariente, a un amigo...

Si los miembros de la ONU hubieran respetado esas leyes, se habrían evitado muchas guerras. Seguro que habría menos torturas, menos desmanes, menos tiranía en muchos países del globo; porque con una buena organización que controlara las acciones de los gobernantes con sus súbditos y llevara a pudrirse en un penal a quien hace del terror entre su gente una herramienta para perpetuarse en el poder, se tentaría la ropa y, al menos, rebajaría el nivel de excesos.

Hoy Gadafi se lamentaba por sus súbditos. Las medidas acordadas eran una crueldad para su pueblo, llevarían la penuria, la muerte, la destrucción... No cabe mayor cinismo; pero no es menor el de quienes le devolvieron su gracia en el año 2003 a cambio del reconocimiento de sus crímenes y la indemnización a las familias de las víctimas.

Si la ONU hubiera respetado sus propias leyes, Gadafi llevaría un par de décadas en la cárcel, expiando sus crímenes y es posible que no hubiera muerto tanta gente masacrada por él para aplastar la revuelta.

Gadafi es el gran culpable de las muertes y la desolación que reina en Libia desde hace meses; pero tan responsables como él son quienes, teniendo el deber de hacer lo posible por que se apliquen las leyes internacionales, no hicieron nada por razones espurias y permitieron que un loco asesino siguiera aplastando con su crueldad y sus delirios a un pueblo. 

Tarde o temprano el pueblo acaba diciendo «hasta aquí». Prefiere morir bajo el cielo bajo el efecto de una bala o una bomba, que de hambre o torturado en una mazmorra hasta que muera, o consumar el tormento arrojándole al foso de los perros para que aún sea más horrible su final.