30/4/11

Cinco millones de dramas



Foto Almacén
Almacén de alimentos en La Cocina Económica de Oviedo

Ayer se hicieron públicos los datos de la encuesta de población activa. Anteayer dediqué la entrada a la entrega de la medalla de oro de la Ciudad de Oviedo a la Cocina Económica local, reseñando los datos de crecimiento de raciones 70.000 en 2007, 80.000 en 2008, 90.000 en 2009 y 100.000 en 2010. Oviedo tiene una población de 208.313 habitantes.

En su comparecencia ante los medios, el vicepresidente del Gobierno y el ministro de Trabajo, aseguraron que este era el fin de los malos datos y que a partir de ahora empezaría a recuperarse el empleo; aunque no dijeron qué medidas pensaban adoptar para poner en marcha esa dinámica de creación de empresas, necesaria para la recuperación del empleo. 

Hoy, Santiago González ofrece en su blog unas tablas que conviene examinar sobre la evolución del empleo desde 1976, con 500.000 parados, hasta la actualidad. Resultan aterradoras y muy reveladoras. No juzgaremos la dinámica en los tiempos de Suárez y  Calvo-Sotelo; porque en aquellos tiempos las tensiones sociales internas y la situación exterior de la economía eran muy poco favorables. Sí es sintomático todo lo que viene detrás, la constante pérdida de empleos con Felipe González y con José Luis Rodríguez.

Sin embargo, «la prueba del algodón» de lo que nos espera en realidad, está en esta otra noticia. Los responsables de que los comedores sociales estén abastecidos, prevén que en 2011 tendrán que dar de comer a 591.000 personas más que en 2010.

Los Bancos de Alimentos no concurren a las elecciones, no necesitan votos y están muy atentos a la evolución de la pobreza en nuestro país; porque tienen que proveer cincuenta y dos puntos de distribución de productos básicos para la elaboración de los menús diarios y conseguir que ofrezcan comida sana, nutritiva y variada en la medida de lo posible.

No es la última encuesta que muestre el incremento del desempleo, no nos engañemos. La seguirán otras similares todos los meses. Puede que haya un repunte en verano; pero cuando llegue el otoño volverán a crecer imparables las cifras de personas que se han quedado sin trabajo.

Ahora nos toca a nosotros entrar en acción ayudando en la medida de nuestras posibilidades a los centros que visten, alimentan y acogen a las víctimas de esta situación y votando de modo responsable para modificar la plantilla del Gobierno persiguiendo un equipo que implemente las líneas necesarias para poner en marcha una recuperación económica. 

29/4/11

La Cocina Económica una institución ejemplar galardonada




Cocina
Los fogones de 'La Cocina Económica'

Gabino de Lorenzo, alcalde de Oviedo, entregó hoy la medalla de oro de la ciudad otorgada a 'La Cocina Económica' por la labor que ha venido realizando desde los comienzos del s. XX dando de comer a los menesterosos.

Asturias tiene una historia terrible en materia de catástrofes y hambrunas. Las cuenta Tirso de Avilés en su libro 'Armas y Linajes del Principado de Asturias y Antigüedades del Principado' en el que  recoge los sucesos más relevantes que ocurrieron en Asturias de 1518 a 1590. La reseña de inundaciones, pedrisco, hambrunas y epidemias es estremecedora. 

Dos siglos más tarde, en 1762, se publica la 'Historia Natural y Médica del Principado de Asturias' obra póstuma del doctor Casal, muerto tres años antes, en la que, pese a que le tocó vivir y trabajar en una Asturias en la que se había introducido el cultivo del maíz generando una etapa de florecimiento económico inédito en su historia, la deficiencia en la alimentación con carácter general y la aparición de hambrunas periódicas y epidemias, sigue como en la época de Tirso de Avilés.


Nace el proyecto como 'Tienda Asilo' en la Plaza de San Miguel. En 1909 se aprueba el primer reglamento, que dota de espacio para cocina y comedor en un local sito en unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento en la Calle Quintana, a 'La Cocina Económica' con el siguiente objeto social:

«Facilitar a las clases menesterosas alimentación sana y nutritiva a precio ínfimo, y satisfacer, en la medida que sus recursos lo permitan, necesidades de orden intelectual y moral, dentro de los más rigurosos principios de la Religión Católica , Apostólica y Romana. ”. Para el cumplimento de estos fines, decía el Reglamento, “ dispone la Sociedad de local adecuado para instalar cocinas y comedores, donde se servirán, mediante bonos que se expenderán al público, raciones condimentadas; y en cuanto sus recursos lo consientas, dará enseñanza y alimento a niños y pobres y creará instituciones de protección para los necesitados de ella física o moralmente»

Se suma a ese comedor, la creación de unos albergues para dar cobijo a las personas sin hogar y de un colegio destinado a dar instrucción a los niños pobres. La dirección y gestión de esos centros se encomienda a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. En 1949 se construye otra sede en la calle San Vicente, donde sigue prestando sus servicios en la actualidad.

Foto Edificio

Sirven comida y cena todos los días de la semana, salvo el domingo. Ese día sólo sirven comida y entregan a los comensales una bolsa con provisiones sobradas para una cena fría y nutritiva.

El menú diario está constituido por una sopa, un primer plato, un segundo plato, postre y fruta. Los domingos sirven café y refrescos en lugar de agua. El precio del menú son cincuenta céntimos, para quien pueda pagarlos.

Hay un equipo de cocineras y ayudantes de cocina que elaboran una excelente comida casera, las hermanas se encargan de la dirección, gestión y colaboran de forma activa cuando es necesario reforzar ese equipo. Para completar, un nutrido grupo de voluntarios ayudan a servir y recoger los servicios tras la comida. 

En la entrega de la medalla, con asistencia del Arzobispo de Oviedo, presidente nato de La Cocina Económica desde su fundación, don Jesús Sanz Montes, el presidente de la institución don Jaime Rojo García-Conde y sor Blanca Argote, superiora de la Comunidad, junto con el resto de las hermanas, Gabino de Lorenzo recurrió a los datos para explicar por qué se concedió por unanimidad esa distinción que exige acreditar una labor de primera magnitud en beneficio de la ciudad.

Se limitó a dar cifras redondas de los cuatro últimos años. En 2007, dijo, la Cocina Económica sirvió setenta mil (70.000) comidas. En 2008 ochenta mil (80.000). En 2009 noventa mil (90.000) y en 2010 cien mil (100.000).

Durante ciento doce años, la Cocina Económica ha acogido en sus comedores a pobres de solemnidad, estudiantes con pocos recursos y trabajadores desplazados. Estos son los méritos que ha hecho esta institución para ganar la medalla de oro. No cabe ninguna duda de que la han merecido con creces.



28/4/11

La belleza sublime



Ana María Matute.jpg


Imagen de juventud (clubcultura.com)


Hoy le fue entregado a la escritora Ana María Matute el 'Premio Cervantes de las Letras', el galardón más importante de la literatura en español, en la Universidad de Alcalá de Henares. Les pongo el enlace a la crónica de 'El Mundo'; porque permite que escuchen esa voz fresca y joven y recorran el reportaje gráfico de los momentos más representativos de la ceremonia presidida por los reyes de España. Si prefieren leer su discurso, lo tienen aquí.

No voy a glosar su biografía, su obra, su impresionante contribución al mundo de las letras. Quiero centrar mi atención en otros aspectos: el primero, el que nos ofrece la foto que encabeza la entrada. Ana María Matute tiene ochenta y cinco años y ha dejado que la vida moldee su rostro. No ha querido recurrir a esas técnicas tan en boga que convierten el rostro de las mujeres maduras en una caricatura de lo que fueron. Ella eligió la autenticidad y esa es la clave de su esplendor.

Sigue siendo tan hermosa como en su juventud. Es otra belleza, la que se conquista aceptando la vida, transformando las fases en que te trata con crueldad en herramientas para crecer como ser humano y como escritora. Hay paz y sabiduría en su rostro. Brota una luz deslumbrante de su piel. La sencillez de su atuendo realza su elegancia. No podría ser de otro modo; porque la elegancia es un don que se asienta en la personalidad, en la belleza interior, en la armonía, la sencillez y la hondura, a un tiempo. Es el fruto de una sensibilidad  exquisita y esa la ha demostrado en su obra hasta la saciedad.

Su discurso fue igual de elegante y sensible en la entrega del premio. Habló con sencillez de sí misma, de su vida, de los avatares que la llevaron, paso a paso, a este éxtasis de felicidad traspasada por el pánico escénico ante el discurso obligado y no pude sentir más ternura y emoción al escucharla.

Yo nunca recibiré el 'Cervantes' ni ningún otro premio; ni siquiera encontraré un editor que acepte publicar un libro mío; pero estoy muy cerca de sus vivencias. En mi casa también había muchos libros para saciar mi ansia lectora y en el verano de mis doce años me lancé a la aventura de escribir un cuento que había crecido dentro de mí, tenía que expulsar y quedé atrapada en la maravillosa experiencia de dar vida a mundos de fantasía. 

Sé lo que es luchar y sufrir con una historia que se resiste a fluir como deseas. Sé la suerte que tenemos los que inventamos historias; porque cuando la vida te  está machacando sin piedad, te da la posibilidad de renacer cada día tras una sesión de escritura que te evade o se alía contigo para neutralizar los efectos recreando lo que estás experimentando en una ficción que desactiva la vida real y te ayuda a afrontarla con energía y firmeza.

Lo último que leí de ella fue 'Olvidado Rey Gudú'. Viví esa novela de un modo especial porque la narración tenía una carga humana que sólo entiende quien tiene muchas horas de lucha con el desarrollo de una historia. La primera parte de la novela es magnífica, viva, te atrapa. En la segunda, la autora queda atascada, la historia gira sobre sí misma, te muestra una lucha a brazo partido con la idea en un esfuerzo agotador. Le sobran varias decenas de páginas que recogen ese bucle sin salida; pero ahora sé que no sobran en absoluto.

En las entrevistas que dio estos días, cuenta la historia. Sumida en una profunda depresión, la llegada de esa historia constituyó su salvación. Se sumergió en el reino fantástico de Gudú y el personaje la ayudó a salir de su propio laberinto. El ritmo de la novela es una segunda historia, la de la etapa que vivía la autora cuando la desarrolló.

La creación es como la droga. Disfrutas tanto con ella que cuando llega la sequía y no eres capaz de escribir, te sientes perdido; porque la escritura, por encima de todo, es una suerte de medicina espiritual de la que no puedes prescindir. 

Ocurre que requiere un clima: si experimentas un dolor o una dicha extrema, no suelen darse las condiciones. Son los tonos vitales intermedios los que favorecen las ideas. 

La enfermedad y luego la muerte de su marido, la sitúan en el umbral inferior. Necesita escribir; pero no puede, no viene a ella ninguna historia. De repente, aparece Gudú y el entusiasmo la embarga. Aborda la historia con el ímpetu  de quien reconquista el paraíso que creía perdido y escribe una primera parte extraordinaria, hasta que la historia se complica. Sabe dónde ir; pero no consigue encontrar el camino. Está atrapada por el personaje que vive en ella, evoluciona en una secuencia minuciosa, le ve en su vida cotidiana, contempla las estancias y los parajes por los que se mueve, no puede obviarlos y los reseña, pese a que no aportan gran cosa y rompen el ritmo de la narración. 

Ha llegado al estadio de recuperación personal. En esos paseos tranquilos con sus personajes, finiquita su depresión; camina sin prisas hacia la salida propia y de su personaje y cierra la obra y una etapa de su vida aceptando la pérdida, la desaparición de una parte muy importante de su vida y la del reino de Gudú.

Es probable que su agente y su editor le dijeron que podara esos pasajes farragosos y pesados, que no aportaban nada y rompían el ritmo de la narración; pero ella, aunque lo entendiera, no quiso hacerlo y es normal que tomara la decisión de respetar la historia tal como fluyó; porque cada uno de esos pasajes era un reflejo de su propia vida. Las arrugas habían invadido poco a poco su piel tersa. Los músculos perdieron firmeza y se desdibujó su óvalo; pero todo eso era el resultado de cada uno de los días que había vivido, sufrido, amado, viajado, creado, aprendido a conocerse a sí misma y al mundo que la rodeaba. 

Cada una de esas páginas era la historia de una lucha con sentimientos terribles que sepultan tu alma en el desánimo, colocan unas gafas en tus ojos que te hacen ver el mundo hostil y ajeno. Nada tiene sentido, no pides más que cerrar los ojos una noche y no volver a abrirlos, para huir de ese mundo tenebroso que te agota y te tortura. Ves con toda claridad, a la vez, que todo eso es falso, que es un estado de ánimo, nada más; pero no puedes librarte de él. 

La historia, sin pretenderlo ni ser consciente de ello (con toda probabilidad), plasma esa etapa vital en la que luchó contra los infiernos de la mano de Gudú y volvió a renacer a la vida bajo el sol, lista para descubrir dónde había florecido el «arzadú» esa primavera para ver qué colores había elegido para esa temporada.

He ido al estante, he cogido el libro, he repasado esas páginas y tanto si tuvo que luchar porque respetaran el original, como si se lo aceptaron sin más, he agradecido esa fidelidad a sí misma. Ya tenía una carga de humanidad formidable; pero al conocer la génesis de esa historia, aún encuentro más valiosa y acabada esa parte de la historia en la que se muestra a sí misma en el trasfondo con toda su fragilidad, su coraje, su elegancia natural traducida en una prosa inimitable y, sobre todo, en su fidelidad a sí misma y a su propia historia. Belleza en estado puro. Belleza sublime y sublimada.

26/4/11

Como verduleras en el mercado medieval




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Imagen 'La Razón'





La campaña la sangre altera, es evidente. Sus señorías, los señores senadores no son ajenos  a este repunte y hoy protagonizaron una deplorable escena en el Senado que obligó al señor Rojo, presidente de la cámara, a intervenir afeándoles su conducta y poniendo fin al incidente.

Digo yo que, para lo que nos cuestan esos escaños, en lugar de comportarse como verduleras, lo que tendrían que hacer sus señorías es plantearse y plantear por qué ocurren estas cosas, qué fallos del sistema permiten que el sistema esté enfangado hasta las trancas y sobre todo, cómo combatirlo y ponerse a ello de inmediato.

Sé que es mucho pedir a estos lumbreras. Visto lo visto, lo mejor es que los ciudadanos tomemos conciencia del problema y empecemos a plantearnos cómo organizarnos y como operar para poner en marcha las medidas correctoras necesarias para que desaparezca la corrupción de nuestras instituciones.

El cinismo como herramienta de campaña



Imagen psoe.es


Marcelino Iglesias, secretario de organización del PSOE está en campaña, luchando por hacer que los españoles comulguemos con ruedas de molino y nos avengamos a guardar silencio sobre un tema que levanta ampollas en este país.

ETA quiere estar presente en las elecciones municipales del 22 de mayo próximo. Su brazo político, Herri Batasuna, fue ilegalizado en virtud de la Ley de Partidos Políticos que consensuaron PP y PSOE en los pactos antiterroristas de la época de Aznar, para impedir que los asesinos y su entorno accedieran a las instituciones. 

El interés de ETA es sencillo de entender: los miembros de sus formaciones aportarán importantes fuentes de financiación en el momento en que formen parte de los gobiernos municipales y lo más importante, tendrán acceso a las listas del censo y podrán transmitir a la organización terrorista los datos personales que figuran en ellas. Eso aligera mucho el trabajo de seguimiento de las víctimas potenciales de sus asesinatos.

En estas fechas, el PP está metiendo mucha presión al Gobierno para que no consienta (como ocurrió en las elecciones anteriores) que ETA cuele ninguna candidatura, amenazando incluso con la ruptura del pacto antiterrorista. El Gobierno se enfurece ante esta presión, no quiere que se toquen estos temas y no duda en mostrar su rostro más desagradable, acusando al PP de jalear la extrema derecha y lindezas por el estilo.

Lo que me ha dejado estupefacta fueron las declaraciones de Marcelino Iglesias, acusando al PP de utilizar el terrorismo porque llegan las elecciones

El 11 de marzo de 2004, cuatro trenes de cercanías de Madrid, fueron reventados en una acción terrorista. Murieron ciento noventa y un personas, una de ellas una mujer embarazada que pronto daría a luz, hubo miles de heridos de diversa consideración.

Entre esa fecha y el 14 de marzo, fecha en la que estaban convocadas las elecciones generales, el PSOE usó del modo más cruel, vergonzoso y antidemocrático ese atentado para ganar las elecciones, llegando a violar la jornada de reflexión.

Que hoy el PSOE acuse al PP de usar el terrorismo en una campaña electoral, no deja de ser una broma macabra teniendo en cuenta lo que vivimos en aquellos tres días terribles

25/4/11

La pregunta más estúpida



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Berenguela I de Castilla (Segovia 01/06/1180 - Monasterio de las Huelgas 08/11/1246)


Hoy vuelvo a leer en la prensa la pregunta más estúpida de los últimos tiempos: si España está preparada o no para una mujer presidente de gobierno.

Seamos objetivos y situémosla en su contexto: forma parte de una campaña de marketing encaminada a llevar a Chacón a la secretaría general del PSOE e intenta «preparar» al electorado. A un electorado al que insultan en todas las bandas planteando una cuestión que está fuera de lugar. 

La primera banda es la sociológica. Es evidente que en la sociedad actual no hay ninguna reserva a considerar a las mujeres tan preparadas y eficientes para el gobierno como los hombres. 

La segunda es la intelectual; porque la cuestión planteada oculta una trampa: No estamos hablando de una mujer, en general, sino de una en particular que, hasta ahora, ha dado más pasos en falso y cosechado muchos más errores que aciertos, algunos de los primeros tan graves que bastan por sí mimos para descalificarla de plano y para lograr salvar ese obstáculo, hay que trasladar la estrategia a otro plano: si no la aceptan no es porque carezca de cualidades sobradas para ser una excelente gobernante, sino por prejuicios. 

La tercera banda es la histórica. En este país hubo reinas desde épocas muy antiguas. Por ejemplo, en 1108 asciende al trono Urraca de León y CastillaBerenguela de Castilla fue proclamada reina de Castilla el 31 de agosto de 1217. Abdicó en su hijo Fernando; pero estuvo siempre a su lado, interviniendo en la política del Reino. Ese Fernando es, nada menos que Fernando III. Tenemos otros ejemplos: Juana I de Navarra Isabel I de Castilla,  Isabel II, y Cristina de Habsburgo-Lorena, como regente en la infancia de Alfonso XIII.

Si en el medievo los españoles no tuvieron ningún problema en aceptar que les gobernara una mujer, menos aún en estos tiempos. Lo que ocurre es que, ahora, como entonces, estamos dispuestos a recibir con los brazos abiertos a una Urraca, una Berenguela, una Isabel I y rechazamos de modo rotundo a una Isabel II.

Queremos, en resumen, a una persona con mentalidad de Estado, sea hombre o mujer, eso es indiferente. Y si el personaje en cuestión se define de entrada como antiespañol, perseguidor de nuestra cultura, nuestras creencias, pone a nuestros soldados en escenarios bélicos, les prohibe disparar y les niega las medallas de mayor rango cuando mueren, porque estaban en «misiones de paz» mucho nos tenemos que su capacidad para el gobierno está a la altura de la brillantez de su discurso, de su desenvoltura, de su saber estar y de su simpatía. 

La pregunta es estúpida, los que la hacen igual; pero los españoles no lo somos. Al menos la mitad de los votantes, sabemos comprender las añagazas que nos plantean los aprendices de brujo que nos llevaron al desastre y pretenden persistir en nuestra destrucción.

23/4/11

Cosas de puro sentido común




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La Semana Santa y en concreto este Viernes Santo proporciona pocas noticias políticas, a la vez que la necesidad de rellenar espacios nos trae lecturas muy interesantes, curiosas, divertidas o satisfactorias de esas de «¡ya lo decía yo!» y te chutas un refuerzo en la autoestima que no veas.

Hoy gana por goleada en interés 'El País'. Han bajado el tono propagandístico y en las secciones no políticas nos proporciona a los lectores un rato mucho más entretenido que otros.

Hay dos artículos que me pusieron en marcha la neurona. El primero es una entrevista de  Naiara Galarraga en la que, aunque eché de menos más hondura en el contenido y mejor tratamiento del material que ofreció en su charla Yolanda Parrado, pese a todo, o quizás por eso, me hizo reflexionar.

El titular es, por sí solo, una fuente inagotable de reflexiones: «La multicultura existe, pese a Merkel y Sarkozy». La entrevistada trabajó para Hewlet Packard en Holanda y de ese modo llegó a esa conclusión rotunda. No entro a degüello porque soy consciente de que entre lo que se dice cuando entrevistan a alguien y lo que refleja el periodista, hay una distancia a veces estelar y ese titular refleja el nivel de la entrevistadora, no el de la entrevistada.

Gracias a Yolanda me he enterado que, tras terminar sus estudios, cuando encuentran trabajo, los holandeses han de pagar a Hacienda hasta el 40% de sus ingresos para que el erario recupere la inversión que ha hecho en su formación y que la empresa para la que trabajaba ponía a su disposición la cantidad anual de doce mil euros para que se formara dejando que ella eligiera en qué quería invertirlos. Otros mundos son posibles, si nos ponemos a ello. ¿Nos pondremos? 

Si uno se esfuerza en ahondar en el mensaje de Yolanda Parrado, acaba comprendiendo la «idea fuerza» que intenta transmitir; pero no voy a eso.

La periodista se queda con esa frase, sin duda un chascarrillo en el marco de una conversación seria y se adivina en ese impacto la postura personal o la tendencia que marca su periódico a la hora de enfocar la redacción de lo hablado por parte de la periodista.

Es obvio que la multiculturalidad existe. Ha existido desde la noche de los tiempos. Egipto desarrolló una cultura distinta a Mesopotamia. Creta fue distinta a Grecia y a la civilización del los «Campos de Urnas». Cada una tenía su cultura, tal como ocurre hoy y no tengo ninguna duda de que en cada una de ellas existían tantas variantes como en la actualidad. No tiene la misma visión del mundo un alemán de Babiera que un berlinés. No tiene la misma visión un marsellés que un bretón.

España es una prueba de multiculturalismo. No solo desarrolló variantes en sus regiones geográficas, sino que recibió la impronta de todos los invasores que pasaron por aquí, de los fenicios a los moros, de los judíos a los peregrinos que recorrieron el Camino de Santiago y acabaron asentándose en nuestro país.

La cuestión es el tratamiento del multiculturalismo. Es muy enriquecedor cuando las diferentes culturas conviven en armonía, aunque sea relativa. Es dañina cuando la cultura exógena pretende incorporar patrones inaceptables en el plano moral, sociológico y político de la comunidad en que se asienta.

El debate sobre el velo, por ejemplo, es un símbolo de esa agresión a la cultura del receptor. En Europa las mujeres hemos luchado y conquistado la igualdad de sexos en el plano social, jurídico y económico, en España hace tan solo treinta y cinco años. 

No podemos aceptar, por tanto, que en aras a un respeto a las creencias y bajo la influencia de una tradición que ha empapado a sus mujeres desde la más tierna infancia una serie de prejuicios y tabúes que las llevan a aceptar que son inferiores, que son un peligro para el hombre, que deben taparse para no excitar sus instintos, que deben aceptar una condición en la que carece de derechos, incluso de existencia oficial, esas mujeres mantengan o sean obligadas a mantener unas costumbres que son una declaración pública de la vejación a la que están sometidas, aunque no lo vean así.

No podemos aceptar que otros, en virtud de una supuesta tolerancia, tengan total libertad para hacer lo que nosotros tenemos prohibido, para saltarse las normas sanitarias, de orden público, para exigir que nosotros vivamos pendientes de no hacer cosas naturales, por si pueden molestar a los que han venido, no porque les hayamos obligado a hacerlo, sino de forma libre y voluntaria, en busca de una vida mejor que en su país no pueden lograr, entre otras cosas porque esas creencias y costumbres les condenan a la pobreza, la ignorancia y la explotación.

Merkel y Sarkozy no niegan la multicultura. Se limitan a exigir que los inmigrantes respeten las leyes y los valores culturales de sus países, creo que es obvio que estoy de acuerdo con ellos y también querría que mi gobierno se alinee con esas políticas para no correr riesgos de que acaben siendo una realidad noticias como esta.

El segundo artículo, es el que me hizo hincharme como un pavo. Les recomiendo su lectura. Kerman Romeo entrevista a Anne Moir, doctora en genética por la Universidad de Oxford. Anne explica lo que muchos padres hemos llegado a concluir tras la experiencia de la enseñanza mixta. Ella lo hace de modo mucho más riguroso y técnico, maneja datos sobre las diferentes estructuras mentales de varones y mujeres, para concluir que lo óptimo para los niños es la educación diferenciada. 

22/4/11

Combate personal contra las dos Españas






Hace unas semanas me sorprendí a mí misma adoptando un aire intolerante y rígido en una discusión con una persona muy cercana al PSOE en un debate con ella. Reconozco que en el ámbito íntimo, donde me comunico partiendo de la premisa de que me conocen y pueden interpretar lo que digo desde el conocimiento de mi postura, puedo ser tajante y apasionada; pero nunca en ámbitos en los que no disponen de tantos datos como presumo que manejan mis íntimos. Ante terceros, siempre procuro rebatir con razones y datos, nunca con tonos airados y posturas tajantes.

Me inquieté mucho al sorprenderme a mí misma en esa tesitura y reflexioné. Recordé la consigna: «nos conviene la tensión». Yo, que presumía de luchar con la manipulación y mantenerme vigilante como Argos, había caído en la trampa.

Hoy hay resaca del partido de ayer. No me atrae gran cosa el fútbol; pero ayer quería con todo mi corazón que ganara el Madrid y hoy he visto en muchos foros planteada esa cuestión. ¿Por qué personas que nos resulta indiferente, incluso detestable el fútbol, ayer estábamos pendientes del resultado, ansiosos de que ganara el Madrid?

La respuesta es que el Fútbol Club Barcelona se ha alineado de forma expresa con las posturas nacionalistas y todos estamos tan hartos de esas actitudes agresivas y humillantes que adoptan los secesionistas, que para nosotros el partido era un enfrentamiento entre los representantes de la «marca España» y los que escupen sobre ella.

Deberíamos reflexionar sobre la tesitura que hemos adoptado, para detectar los efectos de esa política de crispación y exclusión, de «los míos y los otros», para no caer en la trampa de hacer el juego a quien necesita tensión y la ha generalizado entre la población hasta tal extremo que, sin ser conscientes de ello, todos hemos acabado por abandonar la ecuanimidad y adoptando la postura radical que conviene que mantengamos para garantizar que seamos cera blanda en el campo de la manipulación.

No podemos ni debemos consentirnos estas posturas radicales. Hemos de reflexionar y luchar contra la intoxicación que hemos estado sufriendo para estar en las mejores condiciones de adoptar las posturas más racionales y pragmáticas en esta etapa en la que nos lo jugamos todo con nuestra opción en las urnas. 

21/4/11

La sombra del padre



'La Dama de Elche' (mundobocata.com)

La vida del ser humano está marcada por una serie de hitos que la conducen a la madurez. 

En una primera fase, la madre es el eje de la vida del niño, su fuerza nutricia, su protectora, su referente. 

La siguiente etapa está marcada por la figura del padre (siempre presente, aunque de menor relieve en el periodo anterior). El niño le «descubre» en determinado momento, toma conciencia de la importancia que tiene en su vida, le convierte en su ídolo, todo lo que haga o diga es perfecto. 

Más adelante, cuando comience a trabajar en la forja de su propia personalidad, el padre se convertirá en una figura «enemiga» que deberá «matar» para coronar su ciclo evolutivo hacia la madurez que cerrará el círculo evolutivo en un retorno fructífero a las figuras materna y paterna asimiladas sin tensiones por el individuo maduro que le llevará a la comprensión, la aceptación y la comunicación abierta en la que buscará su experiencia para que le guíe en sus decisiones de adulto, cuando aparezcan dudas o como mera opinión de contraste sobre lo que ha analizado para afianzarse o desechar alternativas posibles.

Este es el desarrollo ideal. Eso significa que no siempre ocurre así; porque la perfección no es la regla. Unos padres medrosos pueden forzar el proceso, llevando a su hijo a adquirir la fortaleza de la que ellos carecen en etapas muy tempranas o pueden transmitirle sus vulnerabilidades y condenarle a ser inseguro y manipulable. 

Unos padres demasiado protectores pueden abortar las fortalezas de la personalidad de su hijo y convencerlo de que no es capaz de valerse por sí mismo y necesita esa figura de autoridad que le guíe a lo largo de su existencia, tome las decisiones importantes, asuma los riesgos que trae consigo la vida y cargue con los errores y los fracasos sobre sus hombros, liberando al hijo, más o menos comprensivo, de asumir la responsabilidad en los resultados.

El iter vital ideal se dará en exclusiva en aquellos casos en los que los padres sepan combinar la figura nutricia, protectora, los baluartes inquebrantables de seguridad del niño, con una postura activa que incite al hijo a probar sus fuerzas, a averiguar hasta qué punto es capaz de afrontar dificultades, forzándole a hacer lo que es capaz de hacer y celebrando el éxito en sus retos con gestos claros de aprobación y orgullo.

Esa evolución individual tiene su traslación en el desarrollo social. Podemos clasificar los colectivos nacionales siguiendo las pautas evolutivas del individuo. 

Al principio, todas las sociedades eran débiles, estaban formadas por un grupo que no tenía masa crítica  suficiente para protegerse, para prosperar, para garantizar su futuro. 

En la noche de los tiempos, todos los grupos humanos adoraron a la diosa de la fertilidad, a la mater nutritia, a la fuerza natural que proporcionaba alimento, curaba enfermedades, protegía de los elementos adversos, hacía que pariera el ganado, fructificaran los rudimentarios sembrados, engendraran las mujeres para cerrar el círculo: suficiencia alimenticia para la tribu, recursos adicionales para destinar parte de la producción al trueque y obtener un refuerzo adicional y crecimiento de la población, necesario para intimidar a quienes sintieran deseos de atacarles, para disponer de recursos humanos suficientes para afrontar labores productivas y aventuras científicas destinadas a reforzar la economía y la fortaleza de la gens.

La clave estuvo siempre en las figuras paternas-maternas proyectadas en la cúpula dirigente de la sociedad. A veces, aparecían esos personajes medrosos que necesitaban sentir que lo controlaban todo para apuntalar sus inseguridades y contagiaron a toda la comunidad el sentimiento de inseguridad que dominaba sus vidas, condenándoles a una vida en la que dedicaban el grueso de su energía a obtener seguridad.

Otros estaban dominados por la casta protectora a ultranza que transmitía a los miembros de la comunidad el sentimiento de que sus dirigentes eran los heraldos de los dioses, atentos a transmitirles los riesgos que les acechaban y a inspirarles las medidas que había que adoptar para librarles de la destrucción. 

La minoría de ese mosaico estuvo conformada por el prototipo de padres decididos a obligar a sus hijos a medir sus fuerzas, analizar sus capacidades, averiguar cuáles eran sus fortalezas y sus debilidades y explorar los caminos para transformar las primeras en confianzas arrolladoras en sus posibilidades, llamadas a impulsar  a todos y cada uno de los individuos a desarrollar sus dones hasta el extremo al servicio de la comunidad y las segundas, en fuentes de estudio previo, análisis ulterior de la potencia eventual de los rasgos negativos y fórmulas para conjurar los parámetros nocivos evidentes que podían poner en peligro al conjunto, usando estrategias encaminadas a proyectar sobre ese núcleo que debilitaba al resto, una presión bien medida para obligarlo a cambiar de perspectiva y enfocar sus pesimismos desde una perspectiva distinta, para lograr que la visión sombría de las debilidades fuera la madre de estrategias de protección eficaces.

Todos estos hitos ancestrales siguen vigentes en nuestras sociedades. Las dictaduras férreas que doblegan al individuo sin que proteste la población, forman parte de esa figura paterna hiperprotectora que ha transmitido a la sociedad el convencimiento de que caerán en una espiral destructiva que les aniquilará de la faz de la tierra, si no les cuida esa figura elegida por la divinidad que, aunque no les libra de la penuria o de la miseria directa, les salva de males oscuros mucho peores.

Eso explica bien la pasividad de infinidad de pueblos, algunos de ellos muy ricos, que podrían ser muy prósperos ante sus dictadores; pero introduce una variable inquietante al mismo tiempo.

Ninguna sociedad es uniforme. Desde las más atrasadas a las más evolucionadas, todas comparten una historia ancestral, llámese memoria colectiva, común o social. Cuanto más avanzadas sean, mayor será el acervo de datos históricos que estén al alcance de los ciudadanos para construir un escenario histórico que refuerce sus convicciones políticas.

Si partimos de ese esquema, es muy sencillo comprender que, por mucho que sorprenda a un sector de la sociedad que responde al prototipo de los hijos que superaron la figura paterna, la fijación que demuestran otros sectores votando en masa a candidatos que han demostrado hasta la saciedad que son lo más perjudicial para sus intereses, es tan razonable como lógica.

Esos sectores conforman una masa de población «traumatizada» por una figura  política que se asoció con astucia a la imagen paterna. Da igual que Gadafi haya sido un terrorista confeso o que Zapatero haya arruinado España, al tiempo que la dividía y recuperaba lo peor de la etapa que deflagró en la Guerra Civil del '36 del siglo pasado. Ellos necesitan esa figura paterna que han materializado en Gadafi o en José Luis Rodríguez Zaparero. Nunca aceptarán sus desmanes, negarán la mayor con contumacia y, lo más grave, nos condenarán al resto a un escenario político suicida para la Nación.

Todo antes de aceptar el error, afrontar la dura figura del «asesinato del padre» como parte del ritual obligado para instalarnos en la madurez vital. Su fanatismo veta cualquier atisbo de pensamiento crítico y nos aboca al resto, a quienes vemos con claridad que no es cuestión de ideologías, sino de sentido común, dar un golpe de timón y proteger a ultranza nuestros intereses.

20/4/11

Vuelven a arder las iglesias en España



Un perturbado provoca un incendio en la Sagrada Familia
Fotografía tomada de ABC

Un hombre, al parecer con sus facultades mentales trastornadas, incendió en el día de hoy los ornamentos que se guardaban en la sacristía de 'La Sagrada Familia', en Barcelona. Como consecuencia, ardió cuanto contenía la estancia, hubo que evacuar a las personas que visitaban la catedral proyectada por el arquitecto Antonio Gaudí, una joya arquitectónica de gran valor. Por suerte, las vidrieras originales, obra de Gaudí, no sufrieron daños y ninguna de las mil quinientas personas (cifra aproximada) que visitaban el templo sufrió daños.

El autor del atentado fue detenido y consta que tiene antecedentes policiales por hurto. No hay ningún indicio de que sea un pirómano; al menos no hay ningún antecedente en el que haya sido objeto de investigación por esta causa.

La prensa digital, en su conjunto ha relegado la noticia a los asuntos locales, sacándola de las portadas. La televisión y las emisoras de radio se han hecho eco; pero todos coinciden en señalar el acto como fruto de una enajenación mental que no deja de ser un suceso desgraciado; pero no tiene mayor trascendencia; es un accidente, sin más.

Me parece bien, por un lado, que se dé este tratamiento a la noticia y no se airee más de lo necesario por una razón. Todo lo que se convierte en noticia en los periódicos genera consecuencias. Los actos de violencia difundidos por los medios tienen un «efecto llamada» en muchos individuos. Ante la imagen de una mujer asesinada, actos vandálicos o violencia callejera, algunas personas (no está cuantificado el número; pero se sospecha que es más numeroso de lo que se quiere aceptar) imitan esos actos que, dadas sus escasas luces, desde el momento en que «salen por la televisión» cobran un rango de validez y aceptación en sus esquemas mentales. Cuanto menos se airee, mejor.

Pero hay otra realidad. Hay una corriente bien dirigida desde los ámbitos políticos, que tiende a dirigir la mirada de los ciudadanos que están sufriendo con la crisis a culpables distintos del real. Son  muy concretos: el PP y la Iglesia son los causantes de todos los males. De este modo, los ciudadanos desesperados dirigirán su ira contra estos dos focos y los verdaderos causantes se libran de esa ira y de paso, frenan la sangría de votos de los más ignorantes y fáciles de manipular, presentándose ante ellos como víctimas inocentes de una crisis económica mundial y una confabulación de la derecha y la Iglesia.

En este marco se encuadran los incidentes de la Universidad Complutense, de Almería, Canarias, Segovia, Carabanchel, Majadahonda, Barcelona... a las que hay que sumar el artículo de Gregorio Peces Barba de hace pocas semanas, que no son más que una muestra del anticatolicismo que alimenta la izquierda en su conjunto, salvo honrosas excepciones.

Así que el tratamiento de esta noticia no deja de ser, una vez más, otra muestra de la habilidad de los grupos de manipulación de masas que dominan esta sociedad y de la escasa gallardía de la derecha que, en su afán de ser impecable, se pasa de frenada huyendo de incomodar a la izquierda con cualquier declaración que no sea aceptable para ella y se convierte en cómplice de la campaña.

Porque lo ocurrido hoy en Barcelona es un paso más. No se si hubo trastorno mental o no. Lo cierto es que la quema de iglesias y su profanación ya no se circunscribe a grupos izquierdistas, sino que el ciudadano ya ha asimilado la información: debe dirigir su frustración contra la Iglesia, la causante de todos sus males


19/4/11

Cuentos de hadas y cuentos tártaros







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Aterrizamos en el aeropuerto de Helsinki una mañana, a finales de agosto. La oportunidad de pasar unos días en ese lugar mágico, mítico, donde tenía su castillo de hielo la Reina de las Nievesera la materialización de un sueño. Mis lecturas infantiles me hacían imaginar el país como un lugar virgen de naturaleza salvaje y brava, en lucha con las nieves eternas. Una enamorada de los árboles, no veía el momento de contemplar los milenarios bosques que imaginaba en un mundo en el que la naturaleza y el desarrollo se unían en una armonía perfecta.

La realidad es que no vi esos bosques. Vi muchos, es cierto; pero no los que esperaba. Todo lo que veía eran bosques cultivados, en los que los árboles se alineaban con una armonía y precisión que nunca se da en una masa forestal natural. Además todos eran ejemplares jóvenes. Había que recurrir a la ciudad para ver ejemplares más viejos; porque una de las principales fuentes de ingresos de Finlandia es la madera. Árbol que cortan, árbol que reponen. 

Ya tenía previsto que pese a la época, haría frío; pero no fue suficiente mi previsión. Tuve que reforzar en las tiendas locales mi vestuario, para afrontar las temperaturas del lugar de modo confortable.

Comí carne de reno y descubrí un mundo diferente, en el que todo está en perfecto orden, como los árboles de sus bosques. Todo está limpio, aunque no vi un barrendero ni una máquina del servicio de limpieza de las calles. En las autopistas finlandesas el límite de velocidad está establecido en ciento veinte (120) km/h. Nadie lo infringe, con lo que, en hora punta, los coches circulan en una caravana fluida en la que no se oye sonar un claxon.

Tampoco ves policías por las calles; pero hay una normativa muy estricta para el aparcamiento, las plazas están señaladas; pero si eres extranjero, no es fácil dar con el sitio preciso en el que puedes dejar tu coche. Si te equivocas, no dudes de que encontrarás una multa en el parabrisas de tu coche cuando vuelvas a recogerlo.

El visitante expectante empezará por sentir fascinación por ese orden perfecto en todos los aspectos, por el encanto de esos restaurantes con iluminación tenue donde te ofrecen exquisitas recetas, descubres que el reno es una de las carnes habituales en las cartas; ves que, pese a que puede reunir cincuenta o sesenta comensales el salón siempre ambientado por un fondo musical tan tenue como las luces, siempre se escucha la melodía con facilidad; porque las animadas charlas de los comensales se desarrollan en voz baja. 

Poco a poco, esa fascinación adquirirá un punto de agobio. Tanta perfección y pulcritud en todos los órdenes, tanta organización en todos los terrenos, acaba siendo tan opresiva como la eclosión colorista que decora los interiores: rojos violentos, naranjas, fucsias, azules y verdes rabiosos, eléctricos, combinados con revestimientos metálicos de intenso brillo dorado o plateado, profusión de cristal, espejos..., acaban resultando abrumadores.

Todo cambia cuando descubres que a las cinco de la tarde es noche cerrada pese a que no acabó el verano y en invierno las horas de luz son muy breves; cuando te enteras de que en pleno invierno, en el sur, la temperatura alcanza en el sur veinticinco grados bajo cero y cuarenta en el norte, que las regiones del sur están cubiertas de nieve cuatro meses al año y las del norte siete.

Los vientos causan grandes variaciones en cualquier estación. En pleno invierno, el sur puede pasar de veinticinco bajo cero a diez sobre cero en cualquier momento. En verano una tormenta de viento polar puede causar el fenómeno inverso. Por eso, la agricultura, salvo la silvicultura, que es extensiva, se reduce a una producción de supervivencia, siempre amenazada por el viento polar. 

En estas condiciones tan adversas, las sociedades solo pueden sobrevivir con una organización férrea en la que cada vecino es responsable, no solo de que él mismo y su familia dispongan de todo lo que necesitan para superar el invierno sin dificultades, sino que lo son también de que el conjunto de la comunidad esté en condiciones de afrontar cualquier contingencia: desde librar de nieve los caminos y las calles, hasta poner neumáticos de nieve en sus vehículos en cuanto llega el invierno, para que nadie corra riesgo de sufrir un accidente porque no llevaba las gomas adecuadas y patinó en la nieve.



Vista de la ciudad de Helsinki en verano. (Wikipedia)


Esta larga introducción es clave para entender mi asombro al leer en toda la prensa en el día de hoy que en Finlandia ha triunfado la «extrema derecha». Da igual el periódico que abras, todos etiquetan de ese modo al partido «Auténticos Finlandeses» que se ha situado como la tercera fuerza política del país. No puedo imaginar en ese marco sociológico una mentalidad de «extrema derecha».

Les ruego que abran el enlace que figura bajo las fotos de la cabecera de la entrada. La lectura de la información de la Wikipedia sobre Finlandia arroja datos muy importantes.

«Auténticos Finlandeses» es una formación liderada por Timo Soini, sociólogo, católico en un partido integrado por una mayoría de luteranos, de cuarenta y ocho años de edad, eurodiputado (ojo a este dato) que se niega a apoyar los rescates de los países del sur. 

Estas fueron sus palabras durante la campaña: «Los nórdicos no podemos financiar las fiestas de los europeos del sur. Nuestro Gobierno firmó un enorme préstamo para Grecia y nos dijo que con esto el euro está salvado. Después vino Irlanda, y Portugal... Nos dijeron durante tres meses que Portugal resistía. Ya lo vemos. Ahora nos dicen que no hay alternativa. La alternativa es no pagar la buena vida de otros».

La población de Finlandia, según los datos de 2009, es de cinco millones trescientos mil habitantes. Su sistema político está diseñado para que ningún partido alcance la mayoría absoluta, con lo que siempre gobernará una coalición. Esos cinco millones de habitantes han generado una economía floreciente, a la cabeza de los países desarrollados (décimo puesto), basada en la exportación de madera, los metales, la ingeniería electrónica y de telecomunicaciones (Nokia, por ejemplo) y el diseño. 

Hay que destacar que estamos ante uno de los países con el índice más bajo de corrupción. Allí este problema apenas existe; porque el propio sistema político lo impide. 

Me parece que Timo Soini tiene más razón que un santo y está cargado de motivos para sostener su postura. Ellos, luchando contra los elementos, han logrado construir un país rico, floreciente, muy competitivo, con un alto grado de «estado de bienestar».

Es comprensible que cualquier miembro de un país en el que la corrupción no existe, en el que el sentido de responsabilidad se mama desde la cuna, ponga patas contra pared en los rescates de países corruptos, irresponsables e incapaces. Es normal que, tal como declaró, considere que «la Unión Europea ha fracasado y que es necesario gestionarla mejor». ¡Ojo! No propone dar marcha atrás, solo gestionarla mejor. 

¿Está justificado el volumen de funcionarios que acumula la UE? ¿Podemos permitirnos pagar los espléndidos sueldos de funcionarios y representantes de los países en el Parlamento Europeo? ¿Existe equilibrio entre el coste de las instituciones europeas y el beneficio que nos proporcionan? No es necesario recordar la reciente información sobre las trampas de los eurodiputados para cobrar dietas fraudulentas o la polémica sobre los viajes en clase preferente. La Unión Europea es otra Administración mastodóntica que consume cantidades ingentes de recursos aportados por los estados miembros sin ofrecer resultados, no ya relevantes, nos conformamos con apreciables. La crisis del norte de África ha puesto en evidencia lo inútiles que resultan los órganos de nuestra flamante UE.

Si la exigencia de un partido de que no sean los países más florecientes los que paguen los desmanes de los irresponsables y que se gestione mejor, con más rigor y eficacia el presupuesto (y, por ende, las instituciones de la UE), les convierte en ultraderechistas, yo quiero muchos ultraderechistas en las instituciones: gentes que se niegan a templar gaitas y mostrarse complacientes con la corrupción, la incuria, la irresponsabilidad en el manejo de los fondos públicos y el gobierno de las naciones. 

Quiero gente en las instituciones que defienda lo suyo, que se niegue a entregar un gran bocado de lo que han obtenido con su esfuerzo para ayudar a quienes pasan apuros, no porque se ha abatido una gran desgracia sobre ellos; sino a quienes persiguieron con empeño su ruina votando a incompetentes, tolerando la corrupción, el vapuleo del ordenamiento jurídico, empezando por la Constitución, exigiendo que se gestionen con el mayor rigor las instituciones europeas; para que alcancen el máximo de eficiencia al menor coste posible.

Es posible que haya motivos para desconfiar de este individuo; pero por lo que cuenta la prensa, todas las tachas que le oponen son una muestra de sentido común, sensatez, respeto a sus conciudadanos y búsqueda de la excelencia para todas las instituciones, aunque para lograrlo haya que dejar que alguien aprenda una lección muy dura. 

Creo que es bueno que todos los que hemos cometido graves errores, actuado con irresponsabilidad y antepuesto la ideología al interés general, aprendamos que esas cosas tienen un precio y lo pagaremos; porque los que cumplen sus deberes se van a negar a tirar el dinero que han ahorrado en políticas que no dan resultados positivos, ponen en peligro la economía de todos y aún se resisten a adoptar las medidas necesarias para crear el marco que ha llevado al éxito a los países más ricos.