27/10/10


Uno de los personajes de 'El Gran Gatsby' es el calor sofocante que envuelve la atmósfera de la novela. Un calor pegajoso omnipresente, del que no puedes escapar, que te envuelve y te perturba incluso en la butaca de una tarde invernal.

Ahora entiendo ese calor sureño. Anoche hubo amenaza de tornados, parece que se ha levantado; pero sigue envolviéndonos un aire caliente y húmedo que no se parece en nada a lo que conocí antes, ni siquiera al calor húmedo de Bélgica, uno de los sitios en los que más calor pasé un verano, allá por los ochenta.


El sopor se quiebra un tanto con la noticia inesperada de la muerte de Néstor Kirschner.Un ataque cardíaco. Me pregunto cómo afectará este hecho a la política de Argentina, si su viuda seguirá ostentado el mismo poder e impunidad sin la sombra todopoderosa de su marido. Confiemos, por el bien de Argentina, que el óbito ponga fin a un periodo oscuro.

No le deseo la muerte a nadie; pero creo que es humano ante una noticia así, lamentar la pérdida con la compasión que merece cualquier persona a la vez que una voz dolorida, sofocada por el espanto, susurra: «¿Qué hay de lo nuestro?» 

A veces la política nos convierte en monstruos.

21/10/10

La caída del guindo


Cuando apareció en escena María Teresa Fernández de la Vega tras las elecciones de 2004 y la escuché por primera vez, no daba crédito. No comunicaba lo más mínimo, no tenía un discurso bien articulado, se limitaba a lanzar insultos y descalificaciones contra la Oposición, encarnando la perfecta imagen de una verdulera de comedia costumbrista.

Me horrorizaba esa actitud. El insulto y la sal gorda denigran a quien adopta ese discurso, por mucho que un fragmento de la población aprobara esa actitud deslenguada. El ciudadano medio: medianamente inteligente, medianamente culto, medianamente educado, puede sentir cierta diversión durante un tiempo ante esa actitud agresiva y matona; pero el tiempo pasa, la novedad desaparece y se instala el tedio y un creciente desagrado entre el público que espera de su clase política un discurso en el que los argumentos primen sobre cualquier otra cuestión.

No le vi nunca pronunciar un discurso articulado, bien razonado, cuya contundencia radicara en los argumentos, no en la agresión. Sus intervenciones se apoyaban en un texto escrito, que leía con voz dura y monótona. En el momento en que se agotaba la fase preparada de antemano y tenía que improvisar, era incapaz de hilar una argumentación, se agarrotaba, se tensaba, iba a la frase corta y demoledora, envuelta en desdenes y con frecuencia insultos.

Un día le pregunté por ella a una diputada con una larga trayectoria en el Congreso. A parte de que me dejó asombrada al informarme que sólo tiene cinco años más que yo (le calculaba muchos más), me contó que la conocía desde hacía muchos años. Antes de entrar en el Gobierno era una diputada discreta, callada, sencilla, vestida con pantalones, jerseys de cuello cisne, discreta y callada. Le sorprendió mucho la transformación que sufrió al incorporarse al equipo de gobierno. Ni su faceta fashionista ni su lenguaje acerado encajaban en el perfil de la etapa anterior.

Todo encajaba. Una persona tímida, insegura, consciente de sus limitaciones, con una formación reducida a la carrera de Derecho y unas oposiciones a secretaria de lo laboral (entonces se llamaba así) que eran las más fáciles y costaba poco trabajo ingresar en el cuerpo. 

No era una mujer dotada para la oratoria. Su vocabulario no podía ser más limitado. Le costaba encontrar las palabras, siempre estaba a la defensiva, utilizando la ropa, el peinado, el maquillaje y los complementos como disfraz o armadura en la que esconder la imagen propia interiorizada y revestirse con una apariencia que hacía que sintiera más seguridad en sí misma.

Hoy ha sido cesada. La envían al Consejo de Estado, un órgano que, en teoría, debe estar formado por personas con una formación muy cualificada; porque su misión es informar sobre asuntos de gran calado jurídico. No destacarán allí sus deficiencias; porque se ha convertido en el aparcamiento de los desahuciados de la cosa pública y hay tantos como ella que se diluirá en la medianía a la sombra de los verdaderos técnicos del órgano.

Lo más duro fue la frase de despedida que le obsequió el Presidente cuando compareció para anunciar la remodelación del Gobierno. Le agradeció sus servicios, es cierto. No lo suficiente; porque la forma en que ejerció de Cancerbero protegiéndole, apagando fuegos, quemándose día a día a su servicio merece mayores alabanzas, aunque sólo sea por vergüenza torera. Y al final, cargó contra ella en un alarde de mezquindad, haciendo que recayera buena parte de la crisis que atraviesa el Gobierno sobre sus hombros, acusándola de forma poco velada de que había sido nefasta su labor como comunicadora y se la sustituía con el fin de terminar con esa situación y colocar en su lugar alguien con mejores cualidades para transmitir con eficacia la política gubernamental.

Aguantó como una campeona la andanada y debo decir que hoy, por primera vez, tuvo toda mi simpatía y mi solidaridad. No me gustan sus formas; pero no se le puede acusar de no haber dejado la piel en el trabajo. Fue leal hasta el extremo y sólo eso, basta para que merezca aprecio y consideración. Es tan rara esta cualidad en el Gobierno que sufrimos, que, sólo por  eso, es acreedora de un respeto que pulverizó con su falta de modales. 

Te deseo lo mejor, María Teresa. Con toda sinceridad. 

20/10/10

Ecce homo


He aquí al hombre. Mírenle: mirada cándida, aspecto impecable (se puede discutir la elección de atuendo; pero para gustos colores). Éste es el hombre que ha salvado el final de la legislatura, conseguido el cierre del Estatuto Vasco tras treinta y tres años, el gran héroe.

Cierto que ha tenido que hacer pequeños sacrificios; pero eran por una buena causa. ¡Qué digo! Eran por LA CAUSA, lo más grande, lo más preciado, lo que da sentido a la vida de todo nacionalista y justifica la muerte de otros para alcanzar ese sueño acariciado.

No cabe duda (llevan desde la noche de los tiempos contándonoslo) que los vascos son, no personas de honor, sino la quintaesencia del honor, los vascos nacionalistas, quede claro. Los otros son buena gente, campechanos, afables, trabajadores infatigables, inteligentes porque lo llevan en los genes, a condición de que tengan cuarenta y ocho apellidos vascos, como mínimo. 

Seguro que fue consciente de que algunos españolistas indignos le tildarían de villano, oportunista y desleal con su lehendacari; pero eso es una estupidez. El lehendakari no es más que un vulgar maketo y encima de otro partido. No merece ninguna consideración. Tampoco hay que pararse en barras ridículas, como el apoyo a unos presupuestos venenosos para el resto del país. Lo importante es que el Gobierno de España le necesita y él está dispuesto a auxiliarle en estos duros momentos, a cambio, eso sí, de una pequeña concesión, nada menos que treinta y tantas transferencias, un pastizal en efectivo, la rotura de la Caja Única de las pensiones y un problema gordo para todos los demás.

No hay nadie tan feliz en este momento. «Pasaré a la historia de Euskal Herría con letras de oro». No se puede pedir mayor gloria. «Y ya que estamos, vamos a aprovechar la situación y conseguir un logro más: la protección de la marca del txacolí, chacolí, txacolín y chacolín (por si las moscas). Ese vino tan vasco que sólo lo apreciamos los vascos, tan nuestro, tan de la raza, tan unido a nuestra historia como la arena de las playas o las montañas de la tierra». Quienes sostienen que las viñas y las técnicas sean herencia de la invasión romana que apenas rozó su tierra y tuvieron que aprender el cultivo y la elaboración de los abuelos de los españoles es un infundio. Desde la noche de los tiempos cultivan las vides los vascos. De hecho, antes de que hubiera vascos en la tierra de autrigones, várdulos y caristios, ya cultivaban las vides en las fértiles tierras de Euskal Herría y fueron los griegos quienes les robaron las cepas y las técnicas de elaboración, que copiaron los romanos.

El resto del mundo mundial, cuando quiere registrar una marca, va a la Oficina de Patentes y Marcas e inicia los trámites establecidos para que se registre o acude a la que lleva los asuntos de las denominaciones de origen, que es lo que dice la ley que hay que hacer; pero Urkullu no quiere que los productores de tan excelsos caldos tengan que hacer lo que hace cualquier vulgar español, porque son vascos y ellos lo valen. Ha de ser el Gobierno quien se ocupe de realizar las gestiones precisas para ese registro. ¡Con un par!

Larga vida y honra al genio de la negociación que ha demostrado esa extraordinaria capacidad para arrancar en circunstancias tan difíciles el acuerdo alcanzado. La historia vasca le elevará al Olimpo de los Padres de la Patria Vasca. La historia, en general, puede que no lo mencione y que si lo hace, sea más como al Conde don Julián, que por satisfacer su ambición metió a España en un berenjenal de aquí te espero durante ocho siglos. Pero al final... Que hablen de mí, aunque sea mal. Eso es, seguro, lo que cuenta para él.

18/10/10

Reflexiones desde Charlotte


Echo un vistazo a la prensa y veo que a mi país le toma el pelo Venezuela; que la incompetencia de mi gobierno amenaza con otra crisis económica grave en el año próximo y opto por cerrar.  

Son las nueve menos diez de la mañana, llevo tres horas levantada. A  las siete ya había amanecido; pero hace media hora que se levantó el sol y he tenido que correr la veneciana con harto dolor de corazón; porque la claridad era tan intensa que apenas veía la pantalla en el interior de la casa. 

Ayer amanecí en un lugar diferente, en un país que se quiere, está orgulloso de sí mismo, controla a sus gobernantes, cuida su entorno, acuerda la dimensión admisible para el césped y los vecinos cumplen lo pactado: los jardines están segados, cuidados, los árboles lo embellecen todo, aún no ha llegado el otoño para ellos y se yerguen verdes y pujantes; pronto perderán esas hojas espléndidas y quedarán desnudos sobre la inmensa llanura en la que prosperaron los chéroquis en su momento.

Los centros comerciales están impecables, pese a la cantidad de gente que los visita cada día. La atención en los restaurantes es excelente, la amabilidad de los habitantes de esta ciudad es impresionante y cuando uno lee lo que ocurre en el lugar que dejó atrás, siente el impulso de ir a tramitar la residencia y quedarse aquí para siempre.

Quisiera que mi país fuera así y siento una inmensa tristeza al concluir que no es posible, que en el momento en que entregamos nuestra protección al gobierno y renunciamos a ocuparnos en persona de satisfacer todas nuestras necesidades, iniciamos un proceso que no tiene camino de retorno. Seguiremos con nuestras pequeñas guerras tribales, nuestra miserable visión de un mundo dividido entre 'los nuestros' y 'los otros' y tendrá que ocurrir una catástrofe para que las cosas cambien y recuperemos el control de nuestra vida como nación.

15/10/10

Ferrán y Ferrer


UGT ve caciquil la propuesta de Díaz Ferrán

Díaz Ferrán no pasará a la historia, sin ninguna duda, por sus habilidades comunicadoras. Dijo que con treinta y cinco horas de trabajo (oficialmente son 40) no se sale de la crisis; que hay que trabajar más y ganar menos.

Yo entiendo a Díaz Ferrán. Un empresario, un directivo o un 'jefe' de una sección o centro de producción de una empresa, dedica al trabajo unas diez o doce horas diarias, lo mismo que los trabajadores por cuenta propia que tienen que dedicar parte de su jornada a una labor de captación de clientes y, además, despachar el trabajo. No es raro que tengan que  rematar algún asunto pendiente en el fin de semana; porque el día a día no da para todo el trabajo y los días no laborables se dedican a terminar lo pendiente o adelantar lo que urge para la semana siguiente cuando la agenda complica la posibilidad de encontrar tiempo.

Aún entendiendo el punto de vista del que parte, el de la conciencia de que si se hubiera limitado al horario 'oficial' no hubiera podido llegar a donde llegó, la afirmación está mal formulada y una persona que ocupa un cargo como el suyo debería tener claro que su afirmación, válida para una parte, no lo es para el todo y que ese todo va a recibir sus palabras con mucho desagrado.

Abundan en el mercado laboral los jóvenes entre los veinticinco y los treinta y cinco años que, además de una titulación superior, hablan idiomas, tienen cursos de postgrado y han demostrado su valía, cobran poco, trabajan muchas horas durante la semana y no es raro que les toque trabajar en fin de semana en momentos de 'puntas' en la empresa. 

A esa gente no se le puede decir que la solución a la crisis es trabajar mucho y ganar menos; porque trabajan mucho y cobran poco. Aún es más duro oírlo en boca de alguien que sin duda ha trabajado mucho; pero también ganó mucho con su trabajo.

Lo que sin duda quería decir, es que para que las cosas funcionen bien, se necesita llegar a un acuerdo entre la empresa y los trabajadores; que en épocas de crisis, cuando se contrae el mercado, se pacten medidas para reducir la producción y también los salarios. 

He visto hace dos años la aplicación de esa política en una empresa americana. Habían bajado de forma sensible las ventas, necesitaban reducir la producción y recortar gastos. La solución pasó por obligar a los empleados a coger más vacaciones de lo normal y estudiar una reducción de salarios pensando en hipotecas, hijos, unas necesidades de ingresos que no podían resistir una reducción  sustancial; pero ajustar cien o doscientos euros durante un tiempo es posible. Se les explicó con claridad y sinceridad el problema: o despedían empleados, cosa que no querían hacer o se ampliaba el periodo vacacional y se reducía el sueldo de forma razonable. Aceptaron, entre otras cosas porque no tenían ninguna duda de que la empresa cumpliría su compromiso de suspender esas medidas de ajuste de inmediato en cuanto mejorara la situación y, además, compensaba el recorte con vacaciones adicionales, cosa que siempre se agradece, aunque sea una simple medida estratégica para reducir la producción.

Ésta debió de ser la línea argumental de Díaz Ferrán; pero optó por la más torpe, con lo que salió a la palestra de inmediato el sindicalista Ferrer a bramar improperios. Nunca argumentan, siempre descalifican; pero en el fondo, Díaz Ferrán tiene razón.

Se sale de la crisis por dos caminos. El primero, un cambio en la mentalidad, tanto de la empresa como de los sindicatos. La empresa debe estar dispuesta a compartir con sus empleados la información sobre la marcha del negocio, informarles de que van de maravilla porque están haciendo todos un trabajo excelente y recompensar a todos los que han intervenido de forma significativa a ese éxito o de que hay graves problemas y hay que reducir costes, aceptar recortes salariales razonables y otras medidas complementarias para salvar el bache. 

Por parte de los sindicatos,  es necesario un cambio de perspectiva, que abandonen su mentalidad decimonónica de lucha de clases y entren en el siglo XXI adoptando el papel de gestores responsables de los derechos de los trabajadores cuyo principal objetivo es conservar los puestos de trabajo de todos, ayudando a la empresa a aplicar los ajustes necesarios en tiempos de crisis y presionándola para que, en tiempos de vacas gordas, premie la laboriosidad, dedicación y esfuerzo de sus empleados como merecen.

Es más fácil que se dé el primer avance que el segundo; porque por desgracia para todos, los sindicatos actuales son una estructura anacrónica y perniciosa, dirigida, no por los más competentes y responsables, sino por los más astutos y marrulleros y es muy difícil que esos grandes dinosaurios evolucionen hacia la figura flexible y grácil del sindicalista que necesitan los trabajadores de esta época.

14/10/10

La esperanza en San José

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Hoy el mundo está pendiente de la Mina San José. Oro era lo que extraían esos mineros que quedaron atrapados, oro y cobre. Oro vemos, oro humano, al enfrentarnos a la muestra de resistencia, superación y fortaleza que permitió que treinta y tres hombres soportaran un calor inferna, en una galería a setecientos metros de profundidad durante setenta días.

Hoy ellos son nuestros héroes, junto con el resto de las personas que trabajaron sin descanso para rescatarlos, para mantener su moral viva, para arrancarles de la sima en que estaban sepultados. Éstas son las noticias que nos reconcilian con la vida, que nos hacen alentar una esperanza de que no todo esté perdido; porque en el fondo, estos héroes son personas como la mayoría, gente modesta, trabajadora, luchadora, como la mayoría de nosotros y por eso son tan importantes: porque nos hacen creer en nosotros mismos y en nuestros iguales.

Quien no es como ellos ni logrará serlo nunca, es nuestro Presidente. Ayer se reunió tras el desfile en secreto con Urcullu y firmó el cierre del Estatuto Vasco de Autonomía, a cambio de su apoyo el resto de la legislatura. No importa nada que ese acto hunda políticamente a Patxi López, que había logrado un hito histórico para su partido y se ve sacrificado como un cordero en el altar de las ofrendas, para que el Presidente pueda terminar su mandato. Lo que importa, es que los asesinos volverán a las instituciones, las víctimas han sido vencidas, los españoles espoliados y la indigencia, la villanía y la maldad son los triunfadores.

Miles de muertos y heridos, familias destrozadas, personas con la vida rota son el precio que pagamos para que los vascos se autogobiernen con la financiación del resto de España. Hoy el ex lehendakari ha dicho que desea que a España le vaya bien; porque a ellos les conviene que su vecino prospere para que les vaya bien. Mayor muestra de cinismo no cabe. Tendremos que trabajar toda una vida para pagar los dispendios de este aprendiz de brujo y su nefasta política y también para colaborar con largueza a cambio de pocos retornos para que los vascos vivan a cuerpo de rey a nuestra costa. 

Miremos el milagro de San José para convencernos de que, aunque todo parezca perdido, siempre hay una esperanza y es posible un desenlace feliz cuando todo parece perdido.

12/10/10

Llanto y crujir de dientes

Dos paracaidistas

Hoy en el desfile de las Fuerzas Armadas, pese a que alejaron tanto como pudieron al público para distanciar la previsible pitada y los gritos pidiendo la dimisión del Presidente, no se pudo evitar que los micrófonos de la prensa que cubría el evento recogiera el clamor.


Unos lamentan que se no se haya respetado la ofrenda a los caídos, que se haya deslucido un acto tan solemne con estos gritos. Otros atribuyen a grupos de extrema derecha bien situados para que se oyera el ruido que hacían los asistentes al acto abucheando al Presidente.


Tarde llegan los lamentos. En España hace mucho tiempo que el respeto a las formas, la conducta civilizada y respetuosa está mal vista por los sectores de la progresía. La telebasura ayuda un montón a este clima. Nuestro Presidente, sin ir más lejos, suele comportarse con grosería. Se queda sentado ante el paso de una bandera, besa niñas en países en los que eso es un escándalo, desdeña las normas, rompe el protocolo causando problemas a los anfitriones.  No nos quejemos de lo que se fomenta desde las más altas esferas del poder. De esos polvos vienen estos lodos.


Otro factor es la ausencia de estructuras adecuadas para transmitir el descontento de los votantes a sus gobernantes, incluso a sus partidos, algo que existe en toda democracia civilizada. El señor Rodríguez debería haber dimitido hace eones, ya hizo cosas en su primera legislatura que hubieran hecho dimitir a cualquier estadista en otro país; pero la afloración de la crisis es el momento de la inflexión intolerable. Mintió, dijo que no había crisis para ganar las elecciones y hoy hay un 20% de la población en paro, familias enteras sin trabajo, un millón de parados largos que no reciben ningún subsidio.


¿Extrema derecha organizada? Vean el vídeo que les muestro abajo. Seguramente muchos integrantes de esa extrema derecha aprovechaban hoy una de las escasísimas ocasiones que se presentan, porque vive encerrado en la Moncloa, para mostrarle su descontento. Lo que hay es hartura y desesperación y eso no tiene color ni ideología.

11/10/10

La niña de Zapatero

Carme Chacón Piqueras

La Ministra de Defensa ha dado una prueba más de su cociente intelectual con un diagnóstico político de enjundia: «España está preparada para una mujer presidenta».

¡No nos habíamos fijado, oye! Nosotros creíamos que los cargos de Presidenta de la Comunidad de Madrid, Alcaldesa de Valencia, altos cargos en los partidos y demás, eran incidentes menores poco representativos de la realidad que gracias a Karma (que no tiene nada que ver en su etimología ni en su significado con la palabra carmen), ahora empezamos a contemplar como un indicio de que en España se podría votar a una mujer de forma mayoritaria para el cargo de Presidente del Gobierno. ¡Qué contenta estoy de tener esta lumbrera en un cargo tan importante como el de Ministro de Defensa! 

Con independencia de que revele la gravedad de la cuota femenina en cosas tan importantes como la dirección de un Ministerio, la frasecita deja de ser una de las infinitas boutades a las que nos tiene acostumbradas esta eminencia de Esplugas del Llobregat, en el contexto de sus declaraciones. 

Está respondiendo a una pregunta sobre la eventual decisión de Zapatero de presentarse o no a las elecciones. Tras declararse fiel seguidora, dispuesta a caminar tras sus pasos donde decida llevarla (ella dice que el Partido; pero me  parece que a estas alturas, no está tan claro que el Partido esté dispuesto a ir al despeñadero), suelta esa declaración.

Sin duda está postulándose como sucesora, en caso de que no se presente Rodríguez. Sabemos que Zapatero apostaba por ella como sucesora. Supongo que esa sucesión era la coronación de la sucesión de gamberradas que perpetró contra los intereses de todos los españoles desde que llegó al Gobierno; pero la clave es la postulación en sí misma.

Si fuera una mujer inteligente, prudente y hábil, la lectura de esa frase sería clara. Jamás diría una cosa así si no tuviera, primero la propuesta del Presidente para presentarse como candidata a la Presidencia en las elecciones y, segundo, la autorización o la orden directa de que lo dejara caer para ir preparando el terreno, informando al partido de que ella va a tomar el relevo para que sepan que todo el pescado está vendido y se estén quietecitos los que puedan tener aspiraciones al cargo.

El problema es que ninguna de esas cualidades la adorna, lo ha demostrado desde que fue nombrada Ministra de la Vivienda en la anterior legislatura y como Ministra de Defensa fueron tantas las exhibiciones de pensamiento y actitud contraria a cualquier atisbo, no ya de inteligencia, sino de simple listura, que la lectura lógica que presento en el párrafo anterior, puede estar tan lejos de la realidad que se convierte en una tontería absoluta.

En ese caso, la Ministra puede estar aplicando su propio plan; siguiendo las instrucciones de su asesor de cámara, envía un mensaje al Partido: «Lo tenemos todo atado y bien atado, no intentéis pararme, si sabéis lo que os conviene». Esto significaría que ve al Presidente tan aniquilado que no le inquieta nada lo que él pueda pensar ante sus declaraciones.

La tercera opción es un mensaje al Presidente, en exclusiva; un: «oye José Luis, acuérdate de lo mío» en un momento en que no creo que el ánimo del señor Rodríguez esté abierto a este tipo de mensajes. Si se da este tercer supuesto, puede que se haya columpiado y clavado una estaca en su rueda; porque hay un hecho probado: El Presidente no olvida ni perdona a quien le causa incomodidad y la flamante ministra puede acabar como tantos otros, en calidad de cadáver político. 

Pero lo más interesante: ¿No habíamos quedado en que en el PSOE no existían 'dedazos' en la designación de candidatos? 


10/10/10

Liu Xiaobo y nuestro bochorno






El disidente chino Liu Xiaobo gana el Nobel de la Paz 2010

La concesión del Premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo, escritor, disidente chino que jugó un papel importante en la revuelta de Tiananmen de 1989, que cumple condena a prisión tras ser juzgado el 23 de diciembre de 2009 y condenado por incitar a la subversión contra el poder del Estado el 26 de diciembre de 2009, es el protagonista de otra actitud delirante de nuestro Presidente.

Cuando se hizo pública la concesión del premio, pese a las presiones ejercidas por China, nuestro ínclito Rodríguez rechazó unirse a las voces que solicitaban su excarcelación, en su ansia infinita de paz y su deseo de no molestar a ningún régimen de izquierdas, menos aún a uno comunista. No lo dijo así, pero a estas alturas sabemos qué criterios maneja esa lumbrera que nos ilumina. 

Tras la rotunda declaración, se entera de que el Presidente Obama se ha unido al coro de los que solicitan la libertad del premio Nobel y le faltó tiempo para aplicar el donde dije digo, digo Diego y apuntarse al clamor.

La actitud del presidente en lo que respecta a Obama me recuerda a la de un adolescente torpe prendado de una chica, que se deshace por llamar su atención y es capaz de someterse a los mayores ridículos y humillaciones para lograr que le mire, sin perder nunca la esperanza de que su divino tormento acabe compadecida ante su insistencia y le conceda sus favores, inmune al desaliento e insensible a las infinitas señales que ella le envía de que no es santo de su devoción y no tiene nada que hacer.

Lo bueno (o tal vez lo peor) es que ya nos hemos acostumbrado tanto a hacer el ridículo en todos los terrenos, que hemos superado ese sentimiento y optado por el humor. Estoy pensando que si le mandamos una carta a Obama pidiéndole que le llame para que se encargue de limpiarle los zapatos o colgarle las camisas, a lo mejor logramos librarnos de él. Seguro que no le importaría dimitir a cambio de la recompensa de respirar el mismo aire que su ídolo y todos seríamos felices.

9/10/10

Miles de buitres callados van extendiendo sus alas

José María Barreda

José María Barreda, Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, desató ayer la caja de los truenos en 'La Brújula' de 'Onda Cero' con unas declaraciones durísimas que abogaban por un cambio de rumbo, o lo que es lo mismo, la sustitución de Rodríguez Zapatero y toda su camarilla para evitar el desastre electoral.

La Vicepresidenta 1ª salió al ruedo para decir que el Presidente del Gobierno es el mayor activo del PSOE y Leire Pajín depuso ante los medios afirmando que todo el Partido quiere que se presente como candidato a las próximas elecciones. 

Creo que las dos han dicho la verdad con una condición: que ellas, ambas, se consideren el Partido. Para la Vice y el entorno de Zapatero, es el mayor activo, sin duda. Sin él, su futuro político va a ser más que incierto. Lo mismo pasa con la señora Pajín. Sin el manto protector del Secretario General, su trayectoria va a sufrir un serio revés; porque sus días en sus actuales puestos estarían contados por el sustituto elegido por la oposición dentro del Partido a Rodríguez.

Habrá más, sin duda. Socialistas que ven que a estas alturas no basta ese golpe de timón, que el daño está hecho, que su sustituto tendría que adoptar medidas que no cristalizarán en resultados satisfactorios en un plazo tan corto como el que queda para las elecciones generales y prefieren que el causante del desastre electoral para su partido, sufra en primera persona la derrota que ha cocinado con tanto esmero y no sea otro quien se queme en su lugar.

De todos modos, los síntomas de que estamos en los estertores del zapaterismo son clamorosos. Barreda es la voz nerviosa, aterrada, de quien ve venir el desastre impotente y clama contra el culpable de la derrota que parece segura en estos momentos. Pero no es sólo su voz. Llama la atención que alguien tan poco sospechoso como Millás, lance ese mensaje de autocrítica al Partido, impensable a comienzos de verano, por mucho que esté lleno de sensatez. 

No podemos asegurar que hubiera cambiado algo si esa línea crítica equilibrada y sensata hubiera surtido algún efecto. Pero hubiera sido una muestra de que los periodistas brillantes no habían perdido la condición de periodistas de raza y hacían su trabajo sin importarles la enemistad del poderoso. Rodríguez seguro que no hubiera escuchado esas voces; pero los lectores que siguen a estos columnistas, hubieran seguido a sus gurús y no estaríamos en esta situación.

La pérdida de las elecciones del 2008 hubiera sido un problema menor, la alternancia es buena y sana. Puede que el PP no triunfara con su política como en el pasado y volvieran al Gobierno en cierto plazo. En el panorama actual, tras el zapaterismo el PSOE quedará destrozado y va a necesitar un largo proceso de recomposición. 

Al final, el daño a un partido es el daño a todos los españoles. 

8/10/10

Vargas Llosa Nobel de Literatura




Carátula de Pantaleón y las visitadoras


Por una vez, aplaudo la elección de Vargas Llosa para el Nobel de literatura con el mayor fervor. 

Al repasar las glosas que le dedica la prensa, no pude por menos recordar que no leí nunca 'La Ciudad y los Perros' y me invade una tierna conmiseración al recordar aquellos tiempos. Me van a permitir un relato intimista.

Tuve la suerte de nacer en una familia que daba una gran importancia a la lectura. Mi padre era el encargado por excelencia de la iniciación. Todas las noches nos metía a mi hermano y a mí en su cama y nos contaba un cuento, a veces conseguíamos un segundo; pero no era frecuente.

Me fascinaban esas historias y yo sabía que todas estaban el aquel armario donde se guardaban los libros, había colecciones de cuentos infantiles de mi madre y el día que me enseñaran a leer, ya no dependería del cansancio de mi padre o el humor de mi madre para disfrutar de esas historias, sólo tenía que coger un libro y las tendría todas.

Sabía que tenía que tener paciencia; porque hasta los cinco o seis años no tocaba aprender a leer; pero un día mi padre sentó a mi hermano en la mesa de la salita y le informó con aire serio que en octubre empezaba al colegio e iba a encargarse de enseñarle a leer y escribir. ¡Leer! Mis tres años me obligaron a trepar a la silla como un gusanillo. Mi padre me miró de reojo y me advirtió que no quería que distrajera a mi hermano, que podía quedarme si estaba quieta y callada. Asentí. 

Fue enseñándole las vocales, las consonantes y yo, sin abrir la boca no perdía ripio. Llegó el momento de enseñarle a enlazar y mi hermano se trababa una y otra vez. Al final, se me escapó, no pude remediarlo: «¡Si es muy fácil! ¡La m con la a, ma!» Mi padre se volvió atónito, me puso el libro delante y fue señalando. ¡La chiquilla sabía leer! ¡Increíble!

Excuso decir que desde ese día no paré. Pero existían limitaciones. Por un lado, era una niña y esa desmedida afición era una amenaza. Había mujeres que desatendían el cuidado de su familia para entregarse a la lectura de forma enfermiza y no podían consentir que adquiriera el vicio de la lectura, así que si no llovía, tenía que salir a la calle a jugar (vivía en una casa de campo rodeada de una extensa finca) y sólo los días desapacibles podía entretenerme leyendo; pero siempre bajo vigilancia, para que no me enviciara

Otro de los criterios que se manejaban en casa era que la lectura tenía que tener carácter formativo. Nos compraban colecciones de cuentos maravillosas. Recuerdo un libro precioso que sucumbió en manos de un bebé encantado con la experiencia de rasgar las hojas por el que lloré durante meses que se titulaba 'Cuentos de Hadas Japoneses'. No tenían nada que ver con la tradición europea; pero me encantaba esa apertura a otro mundo, a otra forma de narrar, a mitos diferentes, en los que había más campesinos y genios, que princesas y hadas. Tuvimos una versión infantil del Ramayana de Valmiki, las tragedias griegas adaptadas para niños y, por supuesto, El Quijote y muchas obras de la literatura clásica española, inglesa y rusa, sobre todo, Tolstoy, Dostoiewski y algo de Gogol. 

En esa línea, estaban prohibidos (de hecho no supe que existían cosas así hasta los trece años) los comics; porque eran simples, tenían un vocabulario muy poco enriquecedor y no te cultivaban. Estaban prohibidos también todos los libros que eran 'inapropiados' para nuestras tiernas mentes en formación y aquí llego al punto de mis recuerdos enternecedores. 

Un día apareció en casa un libro nuevo. ¡Tentación irresistible! El título 'La Ciudad y los Perros' era como un imán. No tuve tiempo a preguntar. Ya vieron por dónde iba y mi madre me dijo: «Es una novela muy dura, no es buena para tu edad. No puedes leerla hasta que no seas mayor». Y como eso significaba que leerla era pecado y que cuando cometes un pecado corres peligro (así nos lo había contado uno de los 'misioneros' que iban por los pueblos predicando a las sencillas criaturas, cuando yo tuve que acompañar a mi madre, con no más de cuatro años a una de esas sesiones aterradoras, con la iglesia en penumbra, la voz apocalíptica del fraile exponiendo casos de pecadores, niños incluidos, que habían visto salir una zarpa negra bajo su almohada, les había agarrado por el cuello y arrastrado al infierno en plena) de sufrir una visita inesperada en tu cama, me cuidé mucho de leerlo.

Pasó el tiempo, me hice mayor y un día vi 'Pantaleón y las Visitadoras'. Vargas Llosa. Ya era mayor y me faltó tiempo para comprar el libro de aquel autor que tuve que evitar para no correr riesgos de que en plena noche me agarrara el demonio por el cuello y me arrastrara al infierno.

Dejó una huella imborrable de diversión, sorpresa, admiración por la genialidad de la prosa del autor en mi memoria. Fue algo parecido a aquellos cuentos de hadas japoneses. Abrió para mí un ámbito nuevo en el universo de mis lecturas.

Tal vez esos títulos no sean las mejores obras del autor; pero son las mejores para ti; porque abrieron en tu mente un espacio nuevo, te guiaron a algún sitio de algún modo y quedan archivados en ese pequeño santuario donde viven los momentos mágicos de tu vida.

6/10/10

La cuadratura del círculo


«El Gobierno no puede compartir la afirmación de que la interrupción del embarazo sea la eliminación de la vida de un ser humano».

Vamos a ver si podemos entender estas palabras pronunciadas por nuestra ministra de igualdá:

Vayamos al núcleo: embarazo. Según la OMS (lo tomo de la Wikipedia), el embarazo es el periodo que transcurre entre el momento en que el óvulo fecundado se implanta en el útero y el momento del parto. 

Los óvulos son células sexuales femeninas haploides. Los espermatozoides son células sexuales masculinas, también haploides. Este tipo de células se diferencian de otras en que contienen sólo un par de cromosomas. Cuando un espermatozoide consigue fecundar el óvulo se mezcla el material genético de ambas células y ya tenemos los cuatro cromosomas  necesarios para que el cigoto (óvulo en periodo de división) vaya  evolucionando hasta madurar en un ser capaz de mantener una vida independiente del claustro materno.

Si la madre es una gacela, en el mismo momento de la fecundación se inicia el proceso de fabricación de una gacela. Si es una mujer, el cigoto constituye la fase inicial del proceso de generación de un niño.

Y fíjate: ese cigoto que aún no es más que un amasijo de células llamadas a evolucionar en partes diferenciadas del cuerpo, órganos, sistemas, aparatos, extremidades, incluso partes accesorias como cabellos o uñas, tiene derechos hereditarios y si muriera su padre en el momento en que se desencadena el proceso de gestación, la herencia no puede tocarse hasta que no nazca y si muere tras el parto, el recién nacido será el que marque quienes tienen derecho a la parte o el todo de la herencia que le corresponde. 

Eso quiere decir que desde los primeros momentos de la gestación, la criatura tiene ya reconocida la condición de persona física y un nombre específico: el nasciturus (el que ha de nacer) y si no se respetan sus derechos, da lo mismo. Cuando llegue el momento, él podrá reclamar la herencia y despojar a todos los parientes de los bienes que le hayan birlado. 

Volviendo a la literalidad del significado, si gestación es el periodo en el que se desarrolla la evolución de un ser humano en el claustro materno, la interrupción del embarazo supone la interrupción de un proceso que aborta ese desarrollo de un ser humano y conlleva la muerte de ese ser humano llamado a nacer; porque ya está vivo. Esa vida puede ser embrionaria o fetal; puede seguir las pautas iniciales de la existencia cuando se inicia la vida tras la fecundación; puede ser un feto en desarrollo; pero es un ser humano que vive ya en el medio adecuado para esa fase vital, que le llevará a culminar el desarrollo de capacidades para sobrevivir fuera de él.

Mira Bibiana: En los pueblos más antiguos, como Egipto, Roma y Grecia, en las aldeas de la geografía española de todos los tiempos, se siguieron métodos de anticoncepción y también se aplicaron lavativas para desprender el óvulo fecundado, absolutamente infalibles. Conozco mujeres que si no les bajaba la regla el día que tocaba, se irrigaban con una mezcla a base de agua hervida con unas hierbas, una dosis de jabón de lavar la ropa y algún otro ingrediente y en pocas horas tenían su regla, sobre todo si estaban embarazadas. 

No se sentían culpables; porque preferían tener los hijos que pudieran alimentar y cuidar bien, que parir criaturas condenadas a la miseria; pero ninguna de ellas consideró jamás, menos en el caso de que no aplicaran ese remedio inmediato y se provocaran el aborto en fases más avanzadas, que lo que llevaban en su útero no fuera un niño. 

Las sociedades han tomado decisiones a través de sus órganos políticos para regular la natalidad. Fijaron en qué periodo era lícito deshacerse de un niño y no intentaron justificarlo con pamplinas: si  los padres no pueden cuidarle o no quieren niñas, al hijo deforme o disminuido, lo matan, lo abandonan, lo exponen en la plaza pública para que lo adopte otro.

Nadie niega que puede haber circunstancias personales, políticas, económicas o adventistas del séptimo sello, que justifiquen que se dicte una ley para despenalizar el aborto del feto, la matanza o abandono del recién nacido o de los niños hasta determinada edad; es tan viejo como la humanidad. Lo que rechazamos es  que intentéis disfrazar los hechos y hacernos comulgar con ruedas de molino, como si necesitáramos que nos ilustréis con vuestro verbo florido para entender las cosas.

En el aborto se trunca la vida de un ser vivo y si ese feto es fruto de la coyunda humana, muere de forma natural o accidental o se mata a un niño. Se puede despenalizar, eso es legítimo; pero las cosas son como son y no tienen vuelta de hoja. 

En defensa de Rubalcaba




El juicio que se celebra en la Audiencia Nacional contra los etarras Javier Aratristain y Juan Carlos Besance confirma que Venezuela se convirtió hace tiempo en el paraíso de los etarras, tras la decisión de Francia de 'tolerancia cero' con sus actividades en su territorio y ha dejado bastante claro que el propio presidente Chávez despliega la máxima protección sobre sus actividades de formación profesional de la banda asesina, que se completan con la colaboración con las FARC.

El papel lo soporta todo y la prensa vuelve a dar muestra de una ingenuidad preocupante en profesionales que deberían de tener una gran capacidad para analizar los datos y ofrecer una evaluación certera de la situación o, al menos, una aproximación razonable a la escena que emerge tras estas declaraciones en las relaciones entre España y Venezuela, con un editorial de La Razón que ha provocado una caída de mi mandíbula en un ataque de incredulidad absoluta ante lo que leía. 

Don Alfredo Pérez Rubalcaba compareció ayer en rueda de prensa para dejar establecidos unos puntos clave, tras la difusión de esas declaraciones:

1.- No le cabe ninguna duda de que son ciertas, que ETA ha encontrado su paraíso en Venezuela para desarrollar cursos de adiestramiento de sus asesinos.

2.- Da por cierto, del mismo modo, que existe una colaboración entre ETA y las FARC, tal como se desprende de las declaraciones de los etarras, de los datos que suministra el correo electrónico al que se ha accedido tras capturar el ordenador de Raúl Reyes, completadas por lo que han expuesto los dos encausados. 

3.- Pese a ello, no contempla ni como mero ejercicio imaginativo que el Ejecutivo de ese país, menos aún su presidente, señor Chávez, conociera estas actividades y las amparara. 

Estos tres puntos constituyen un mensaje inequívoco. Rubalcaba afirma sin la menor duda que los etarras se entrenan en Venezuela y mantienen una colaboración estrecha con las FARC; pero avisa: «Ni se os ocurra mencionar a Chávez como protector, incluso inductor del traslado a Venezuela de los campamentos de adiestramiento. Chávez no sabía nada, ésta es la consigna».

Incluso yo, que soy una mera aficionada con escasísima capacidad para interpretar los mensajes, soy capaz de entender y aprobar las palabras de nuestro Ministro del Interior. Nunca es bueno para un país ver a su Ejecutivo mezclado en un escándalo en un rifirrafe con la cúpula de otro país. 

Si se tratara de otro Gobierno, la situación sería fácil de manejar. Cualquier presidente de un país civilizado conoce y respeta los mecanismos de la protección a la información reservada y a los secretos de Estado. Pongamos un ejemplo: Si España llegara a un acuerdo con Israel para que enviaran un comando especializado en 'operaciones de limpieza' para que eliminara de forma limpia, bajo la apariencia de accidentes variados a todos los etarras que sustentan la estructura sanguinaria de la banda y a una segunda fila capaz de tomar el relevo (muy escasa) para acabar con el terrorismo de la banda, Israel, si aceptara el encargo, lo ejecutaría con la mayor limpieza y el Gobierno español no correría ni el menor riesgo de que saliera a la luz pública ni una brizna que pudiera desvelar esos tratos. 

El problema es que Venezuela, la de Chávez, no es Israel. Si incomodan al Gorila Rojo, corren riesgos graves de que su incontinencia verbal y su inmunidad congénita para asimilar el principio de que las decisiones de gobierno son con frecuencia muy vidriosas, la consecución de algunos objetivos roza el delito si no cae en él de lleno y todos han de respetar las reglas que protegen esos pactos de sangre, «hoy por mí, mañana por ti», le lleve a largar por esa boquita cosas que dejen al Gobierno español con la retaguardia al aire, tanto en clave interna como internacional.

Zapatero mantiene una larga amistad y cooperación con el Gorila Rojo. Mantuvo una política que insinuaba un sentimiento de fascinación hacia los asesinos de ETA en su primer mandato. No sabemos, ni debemos saber, los pactos que pudo establecer en su delirio admirado para satisfacer los peticiones de los asesinos en esos cuatro años de conversaciones que sumó a los dos anteriores, ya como Presidente del Gobierno, con recursos más amplios para colmar sus aspiraciones, como lo hizo cuando les dio cancha para hacerse oír en la UE.

Nadie gana y todos perdemos, si el Gorila Rojo larga los detalles de las conversaciones que mantuvo con el Presidente del Gobierno español para negociar con él un espacio cómodo en el que pudieran desarrollar sus actividades los terroristas tras perder el santuario francés. La cautela del Ministro del Interior es muy reveladora. Su empeño en apartar a Chávez de la escena (pese a la poca credibilidad de esa exoneración, dado el puesto que ocuparon, tanto Antonio Cubillo, asesino en 'caza y captura' por los tribunales españoles que le imputaban tres asesinatos y su mujer, otra 'joyita' en el organigrama de la banda de asesinos) es una advertencia que yo secundo con todo fervor.

Nos gobierna un hombre que persigue la demolición de la sociedad y los aparatos estatales como presupuesto necesario para instaurar un orden nuevo erigido sobre los escombros, llamado a llevarnos a un mundo nuevo, a una sociedad perfecta. Todos los acuerdos, hasta los más graves y vergonzantes que haya consumado ese individuo fanático en su empeño por ejecutar su programa, son una mera iniciativa personal y nadie gana con la divulgación de los contenidos de los acuerdos que haya podido alcanzar en su cruzada delirante. 

La arenga de la editorial es irresponsable e inoportuna. La crisis que afrontamos es de órdago. No sólo ha naufragado la economía. Lo más grave es la crisis de valores y ética y hace muy bien Rubalcaba en poner un cortafuegos para evitar riesgos de que sepamos más de lo que nos conviene y España caiga en el mayor de los desprestigios amte el mundo en un momento en que la «marca» está demolida. 


4/10/10

Educación para la ciudadanía

Cuando uno lee o escucha lo que dicen muchos políticos, nota que hay un fallo en la base del sistema. Un fallo bipolar que sustenta una actitud que adoptan ellos cuando llegan al poder arrogándose unas potestades que no tienen y el correspondiente, del lado de los gobernados, que  arrastramos un alto grado de ignorancia que nos hace dar por hecho que  la persona es el cargo, en lugar de poner por encima de la persona el cargo.

En el día de hoy he escuchado a un político adelantar su programa electoral. Si gana las elecciones, enviará a todos los niños a Inglaterra a perfeccionar el inglés con cargo a los presupuestos.

Seguro que le votan muchas personas sólo por ese apartado y lo peor es que lo harán convencidos de que hacen lo correcto.

Por eso empiezo a pensar que hace falta algo como la antigua 'formación del espíritu nacional' o su versión más moderna, 'la educación para la ciudadanía'; pero tomada en serio y desde preescolar.

No estaría mal que los niños jugaran, cuando son pequeños, a elaborar unas normas que rigieran la convivencia en la clase, con obligaciones y derechos y que analizaran los problemas que se plantean cuando alguien rompe esas normas. Eso les haría entender cómo nacen las normas y por qué los ciudadanos tienen, tanto el derecho de que sean acatadas, como el deber de exigir su cumplimiento.

Sería bueno que los niños aprendieran que aunque para que las cosas funcionen es necesario que desempeñen las tareas de los cargos públicos personas concretas, esos cargos, por ejemplo un alcalde, nacen vacíos de personalidad individual. 

En determinado momento, un grupo de personas necesita que alguien organice la vida de la comunidad y deciden crear un órgano que se dedique a guardar el dinero que ellos van a aportar para que se construya una carretera, una escuela y un hospital y si sobra, para arreglar un poco el parque. Se decide, por tanto, que una persona va a recoger todas las sugerencias que reciba, va a organizarlas por orden de importancia y va a administrar con el mayor cuidado los fondos que se vayan recaudando, para que el dinero cubra el mayor número de necesidades posibles. 

Luego se elige a una persona para que se encargue de eso. Esa persona puede considerar que lo más urgente es arreglar el parque, en lugar de asfaltar la carretera; pero ante todo, tiene que ser muy cuidadoso con los fondos; porque es un administrador, no su dueño. 

Así entenderían los niños que es muy importante el programa electoral; porque es el contrato que ofrece el candidato a la comunidad para convencerles de que va a ser un gran administrador y que ellos tienen que mirar muy bien esa oferta, analizar si lo que propone es bueno o no para todos. Porque si el gobernante tiene mil euros en su caja, propone mandar a todos los niños a pasar un mes en Inglaterra y eso le cuesta novecientos, se queda sin recursos, por ejemplo, para pagar a los médicos que han de atenderles todo el año.

Esa educación que les enseña a analizar, la necesidad de controlar a los gobernantes, la importancia de que se respeten las reglas que inspiran el nacimiento de los cargos, el respeto riguroso a los programas electorales que no podrán ser modificados sin una previa explicación exhaustiva de las razones por las que no pueden hacer lo que pensaban, han de ocuparse de otros aspectos que no imaginaban antes, cómo van a hacerlo y qué resultados esperan obtener, para que los representantes de los ciudadanos en el Parlamento aprueben o no esa modificación, es esencial.

Lo lógico es que ese político, en lugar de prometer repartir el dinero público y generar endeudamientos más que previsibles para cumplir su palabra, que tendrán que pagar todos los contribuyentes, prometa que va a esforzarse en generar un nivel de empleo y de riqueza para los ciudadanos que les permita a todos enviar a sus hijos a practicar un idioma en el extranjero y, como mucho, que buscará acuerdos con otros países, para que se hagan intercambios que reduzcan mucho el coste de esas estancias y las pongan al alcance de la mayoría.

No están los tiempos para votar a nadie que prometa regalos; porque el dinero sale de nuestros bolsillos en última instancia y no estamos para muchas alegrías. Ese espíritu dadivoso ya ha lo hemos sufrido con José Luis el de las Mercedes y debe de servirnos de escarmiento para el futuro. Ni un voto al que prometa cosas que salgan del papel estricto que han de jugar: administrar con el mayor rigor y partirse los cuernos potenciando la economía. Del resto, ya nos encargamos nosotros. Sólo necesitamos que haya trabajo abundante que nos garantice que si dejamos un empleo hoy, en un mes, como mucho, estaremos trabajando otra vez. Del resto, nos encargamos nosotros.