22/4/11

Combate personal contra las dos Españas






Hace unas semanas me sorprendí a mí misma adoptando un aire intolerante y rígido en una discusión con una persona muy cercana al PSOE en un debate con ella. Reconozco que en el ámbito íntimo, donde me comunico partiendo de la premisa de que me conocen y pueden interpretar lo que digo desde el conocimiento de mi postura, puedo ser tajante y apasionada; pero nunca en ámbitos en los que no disponen de tantos datos como presumo que manejan mis íntimos. Ante terceros, siempre procuro rebatir con razones y datos, nunca con tonos airados y posturas tajantes.

Me inquieté mucho al sorprenderme a mí misma en esa tesitura y reflexioné. Recordé la consigna: «nos conviene la tensión». Yo, que presumía de luchar con la manipulación y mantenerme vigilante como Argos, había caído en la trampa.

Hoy hay resaca del partido de ayer. No me atrae gran cosa el fútbol; pero ayer quería con todo mi corazón que ganara el Madrid y hoy he visto en muchos foros planteada esa cuestión. ¿Por qué personas que nos resulta indiferente, incluso detestable el fútbol, ayer estábamos pendientes del resultado, ansiosos de que ganara el Madrid?

La respuesta es que el Fútbol Club Barcelona se ha alineado de forma expresa con las posturas nacionalistas y todos estamos tan hartos de esas actitudes agresivas y humillantes que adoptan los secesionistas, que para nosotros el partido era un enfrentamiento entre los representantes de la «marca España» y los que escupen sobre ella.

Deberíamos reflexionar sobre la tesitura que hemos adoptado, para detectar los efectos de esa política de crispación y exclusión, de «los míos y los otros», para no caer en la trampa de hacer el juego a quien necesita tensión y la ha generalizado entre la población hasta tal extremo que, sin ser conscientes de ello, todos hemos acabado por abandonar la ecuanimidad y adoptando la postura radical que conviene que mantengamos para garantizar que seamos cera blanda en el campo de la manipulación.

No podemos ni debemos consentirnos estas posturas radicales. Hemos de reflexionar y luchar contra la intoxicación que hemos estado sufriendo para estar en las mejores condiciones de adoptar las posturas más racionales y pragmáticas en esta etapa en la que nos lo jugamos todo con nuestra opción en las urnas. 

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