3/10/11

El carro delante de los bueyes o la última payasada del Gobierno



Loterías y Apuestas del Estado


Una de las noticias de la semana fue la retirada de la salida a bolsa del treinta por ciento de las acciones de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado SA., creada en la disposición adicional decimoséptima de la Ley de Presupuestos del Estado.

Esta sociedad, como todos sabemos, ostenta el monopolio del juego de lotería, quinielas, euromillón, bonoloto, etc. La cantidad destinada a premios tiene diferentes porcentajes; pero en los más importantes, se reserva entre un 55 y un 40% a los premios y el resto pasa al Ministerio de Hacienda.

Aunque en algunas ofertas de juego, si no hay ningún acertante, esa cantidad se acumula, en otras, como la lotería nacional, no ocurre eso. El importe de los números premiados no vendidos se une al 45% que pasa al Estado. 

En la tabla inferior, figura la lista de lo que ha recaudado LAE (puesto que las cifras son anteriores a su transformación en sociedad anónima) y el gasto que ha afrontado (en su mayor parte, derivado del pago de los premios).


Año
Ventas Sorteos
Gasto Real
2010
9.647.459.766 
3.700.321.588
2009
9.844.566.070
3.929.504.708
2008
10.047.310.288
3.878.098.203
2007
9.985.248.704
3.683.631.117
2006
9.646.565.561
3.441.197.667
2005
9.303.695.056
3.353.611.086

No está mal contemplar las cifras que los ciudadanos le entregamos al Estado por iniciativa propia, con la ilusión de hacernos ricos con un golpe de suerte. De ese total, roza las dos terceras partes lo que entraba en las arcas de Hacienda.

La única razón para privatizar un tercio de la SELAE es obtener dinero de forma inmediata, a cambio de perder un treinta por ciento de los ingresos, que irá a manos de los inversores, para el resto de los tiempos.

No parece un buen negocio, contemplado a medio y largo plazo. Pero lo peor es que hemos hecho el ridículo una vez más. El Gobierno, una vez más y mediante la corruptela de usar la Ley de Presupuestos para colar una reforma que debió de ser discutida y aprobada, en su caso, de forma separada en el Parlamento, incurrir en los costosos gastos que supone sacar una empresa a la Bolsa, sin haber hecho antes un estudio serio de la viabilidad del proyecto.

Primero transformó un ente público en sociedad, con los costes que conlleva. Luego hizo la publicidad y luego supo que nadie estaba dispuesto a pagar las acciones al precio fijado y que, además de perder ingresos en el futuro, iban a quedar muy lejos de la cantidad que esperaban obtener. 

No se puede negar que son unos artistas en lo suyo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Tiene usted toda la razón, Carmen. La venta de las Loterías del Estado, aunque sea parcial, es prescindir de una fuente de ingresos segura y notable para obtener un dinero que no nos solucionará nada, y a precio de ganga.
Además, cuando los españoles jugamos y no ganamos, nos queda el consuelo de que toda la pérdida se va de nuestros bolsillos pero se queda en casa.
Un saludo.

Carmen Quirós dijo...

Me preguntaba si la oposición del PP a la operación era puro ánimo de llevar la contraria por sistema aprovechando que la mayoría de los ciudadanos tienen (o tenemos) cierta querencia por ese «banco de sueños». Busqué información y di con un par de informes de técnicos de la casa, elaborados para la operación. En principio, parece que quienes, sea por motivos sentimentales, sea por razones económicas, se oponen a la privatización, tenemos razón.

Su matiz final del consuelo que supone no ganar, refleja a la perfección el apego que tenemos por 'Loterías'.

Un saludo, Jano.