Periodistas, plumillas y el admirable Goldstone

Fotografía tomada del blog de Ramón Pérez-Maura

Es sabido que si se intenta estar un poco informado no puedes limitarte a leer un solo periódico. Hay que acudir a varias fuentes; porque una sola puede ser una trampa mortal. 

Richard Goldstone (26 de octubre de 1938) es un juez sudafricano que inició su carrera como abogado mercantilista, profesión que ejerció durante diecisiete años, antes de ser invitado a formar parte del Trasvaal, Corte Suprema de Sudáfrica, en la que ejerce como juez entre los años 1980 y 1989.

Fue uno de los jueces liberales que contribuyeron a terminar con el apartheid. Por ejemplo: sus sentencias hicieron imposible aplicar la 'Ley de Áreas de Grupo' que impedía que las personas no blancas vivieran en barrios habitados por blancos, limitando los desalojos. Fue el director de la influyente Comisión Goldstone que investigó la violencia política en Sudáfrica entre 1990 y 1994 creando espacios de negociación multilaterales, pese a los rebrotes de  violencia que se producían periódicamente. Fue tanto su prestigio y seriedad en el trabajo, que su papel resultó crucial en el proceso de transición.

Su prestigio traspasó fronteras, entre otras razones, porque todo Occidente estaba pendiente de lo que pasaba en Sudáfrica y fue reclamado para que ocupara el cargo de fiscal en el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoeslavia y Ruanda entre los años 1994 y 1996. Ese año vuelve a Sudáfrica para incorporarse al Tribunal Constitucional.

En el año 2009 es reclamado de nuevo por la ONU para que se haga cargo de las investigaciones sobre el conflicto de Gaza. 

No tengo ninguna constancia, ni he encontrado ninguna referencia en Internet sobre su religión o su origen judío. No es relevante; de hecho, si lo es, no impidió que su informe fuera demoledor para Israel.

Ahora explico el título de mi entrada. Se han publicado dos artículos sobre su informe y su retractación pública de su contenido. Les ruego que los lean, es muy interesante la diferencia de trato que dan a la noticia estos dos periodistas: Luis Bassets, en 'El País' y Ramón Pérez-Maura en ABC. 

Si solo hubiera leído a Luis Bassets, si no hubiera leído el libro de John Carlin 'El Factor Humano' en el que la figura del Goldstone queda perfectamente retratada, puede que hubiera aceptado que este hombre, a estas alturas de su vida, con su prestigio y su influencia, fuera un títere de Netanyahu que le coaccionado u obligado de algún modo, para que repudiara su informe. ¡Qué malos son los judíos!

Pero leí ese libro, me pregunté si ese Goldstone tenía algo que ver con el gran aliado de Mandela en el fin de apartheid y san Google me ayudó a comprobar que era la misma persona.

Hubo un tiempo en el que 'El País' era un periódico serio, con excelentes colaboradores, plural, que ofrecía una confianza razonable en la objetividad de la información. Hoy no es más que un periódico sectario que hay que coger con pinzas y leer con traje de seguridad, máscara con filtros de alto nivel de filtrado, para evitar que te contamine. 

Otrora aplaudió al autor del informe con las orejas; porque machacaba a Israel. Ahora, que se desdice, no tiene ningún reparo en atacar una figura que no tiene que demostrar nada; pero que vuelve a dar una lección de honestidad y bonhomía, declarando que se equivocó y tratando de remediar el daño causado. Todos podemos cometer un error, empezando por los plumillas; pero pocos tienen la valentía de reconocerlo y eso diferencia a un sectario de una persona de bien.