31/12/11

¡Por fin, noticias!




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Hoy el Consejo de Ministros ha aprobado una serie de medidas que me han producido espanto, de entrada. Presa de la angustia ante la subida de impuestos he hecho números sobre la marcha, he comprobado el alcance del recorte en mis recursos y he hecho un rápido recorrido por las partidas domésticas para ver qué nuevas economías domésticas podía aplicar para afrontar la reducción de mi capacidad económica sin demasiado sufrimiento.

Tras la crisis de pánico inicial, aspiré hondo y me replanteé la situación. Llevo años aterrada ante la frivolidad del Gobierno ante la crisis. Llevo años ansiando que me cuenten el alcance del problema, las medidas que creen que serán más adecuadas para combatir la devastación.

Es cierto que la economía no es una ciencia exacta, que intervienen muchos factores, muy delicados y variados en la situación fáctica que afrontamos y es fácil que se equivoquen, que el tratamiento que elijan no sea el adecuado; pero yo quería ver una estrategia, no importaba si era equivocada. 

Lo que quería era ver que se hacía algo serio. Si se equivocaban en las medidas, el propio error revelaría la presencia de factores no contemplados y permitiría aplicar medidas correctivas sucesivas para ajustar la medicación.

Por fin tenía lo que había ansiado. Me dijeron cómo estaban las cosas (peor de lo previsto), qué medidas iban a adoptar para combatir el problema, que estas medidas son un anticipo de lo que nos espera; porque falta por conocer otras variables que obligarán a incrementar el sacrificio de los sufridos españoles y que estas primeras medidas tienen un plazo: dos años, de momento, si han acertado con la estrategia óptima de combate.

Mi histeria desapareció. Tengo margen para afrontar el plan actual y recursos de emergencia para afrontar recortes adicionales en mi economía sin tocar los ahorros. Soy una privilegiada; pero sobre todo, estas medidas me confortan; porque veo que se está haciendo algo, acertado o no, pero algo bien meditado para luchar con las circunstancias. No es una improvisación, sino una puesta en marcha seria de un camino hacia la recuperación.

No me importa, concluyo, verme obligada a administrar cada céntimo de euro. No me importa renunciar a pequeños placeres, incluso a cosas que considero básicas, para afrontar el sacrificio que exige la lucha contra la crisis.

Sólo hay una cosa que me subleva, que condeno y no perdono al nuevo Gobierno; que mientras me obliga a afrontar una etapa de papel y lápiz draconiano para cuadrar mi mermada economía. Que cuando me impone sacrificios notables hoy, tal vez drásticos mañana, apruebe la concesión de honores al gobierno que nos ha llevado con su venalidad, su irresponsabilidad y su mendacidad, a una cifra de más de cinco millones de parados, al empobrecimiento del conjunto de la sociedad, sobre la base de los servicios prestados a España.

Entiendo que siempre se ha hecho y podía suponer dar munición al contrario romper la tradición. Entiendo que puede haber sido una vía para colaborar con la Casa Real en la denegación de ansiados títulos nobiliarios, optando por lo menos para abortar esa aspiración que dañaría aún más el prestigio de la Corona tocado de gravedad en este momento.

Aún así, es un insulto a todos los españoles (en especial a los parados, los desahuciados, los que se libran del hambre y la desnudez gracias a los comedores sociales y Cáritas), la concesión de esas distinciones. No han prestado ningún servicio a España; todo lo contrario: la han arruinado y lo único que merecen es ser encausados por sus desmanes, purgar sus culpas en la cárcel y, cuando salgan, ser apartados como apestados por la sociedad.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Carmen ¿Qué esperaba usted de unos políticos?
Nuestros políticos son una colección de mentirosos, sanguijuelas, aprovechados, indecentes, cornudos...
Con nuestros votos-papel mojado-se lían unos porros de poder que les coloca en el lugar nunca soñado y en un estatus que nunca lograrían ni como Registradores de la Propiedad: la droga la ponen ellos y el papel nosotros.
A ver si aprendemos en este país de una vez.
Saludos.

Carmen Quirós dijo...

Quiero creer que no todos son así, Jano. Aún así, aún aceptando que puede ser usted quien tiene razón, soy capaz de mirar a otro lado si consiguen sacarnos de la crisis y sentar unas bases sólidas de desarrollo futuro. En este momento, necesito creer que lo harán.

Saludos.