Foto tomada de 'El Mundo' (edición digital)
Hoy la noticia del día es el anuncio de José Luis Rodríguez Zapatero de que no concurrirá como candidato a las nuevas elecciones.
La prensa se entrega a cábalas sin cuento sobre el posible sucesor/a de nuestro ínclito. Su partido está encantado porque eso favorece a los candidatos en las próximas elecciones y se abre la pre campaña para preparar las primarias.
Pienso que puede haber algo de razón en la cuestión del lastre. Le tenemos tantas ganas a Zapatero, estamos tan hartos de él, que es posible que haya españoles que no votarían al PSOE sólo por darle en los morros a él. Sin embargo, el anuncio en sí puede ser aún peor.
Ahora sabemos que no se va a presentar (fallé en mis vaticinios, reconocido, al menos por ahora, porque puede que nos sorprenda con la afirmación contraria). Eso quiere decir que en las elecciones de marzo del año que viene, no podremos darle la patada en el trasero que deseamos propinarle y solo nos queda una posibilidad: dársela ahora por persona interpuesta: sus compañeros de partido, desalojándolos del poder. Puede que haya más gente que lo ve de esta manera de la que piensan.
En segundo lugar, como bien dijo el presidente e insiste el partido en el mantra, estas elecciones son locales y autonómicas, no generales, con lo que cuenta más la persona, el trabajo que haya desarrollado, lo bien que haya servido a la gente. Si ha sido tan desastre como el que nos gobierna, si es público y notorio que se ha servido a sí mismo y a los suyos más que a los gobernados, le darán la patada, sea socialista, pepero, o del cuerpo de regulares de la banda del tuerto; porque estamos todos muy hartos, concurra o no a las elecciones generales Zapatero.
La realidad es que a los españoles no nos supone beneficio ni perjuicio que no se presente. De momento sigue ahí, seguirá gobernando, promulgando leyes que no valen para nada, prohibiendo cosas absurdas con todo el trabajo que hay pendiente, hartándonos con sus ocurrencias, día sí, día también, durante los próximos once meses.
La noticia de hoy desaparecerá mañana. No desaparecerá el problema que tenemos con este caballero y su tropa en el gobierno. Aunque lo mantengan callado y oculto de aquí al veintidós, sus ministros seguirán tocándonos las narices, el faisán seguirá volando sin que nadie nos dé una explicación, seguirán siendo muy malas las noticias sobre el paro, la economía, la situación general de nuestro país.
Pero no sólo eso: si ya nos gobernaba un zombi, ahora nos gobernará un cadáver. Aznar pudo mantener todo su poder tras anunciar que no sería candidato por su partido en 2004; porque tenía autoridad. Zapatero la ha perdido hace mucho y si se le hacía poco caso, ahora, en calidad de «pato cojo», será un cero a la izquierda en cualquier escenario.
Reducido a esta condición, en pocos meses, tal vez a comienzos de verano, las primarias en el PSOE elegirán al o a la cabeza de lista en las generales. Y aún nos quedarán ocho o nueve meses para salir de esa situación tan grave ante una crisis como la que padecemos, salvo que sea ajustada la previsión del PNV de que las elecciones serán en otoño.
Al escuchar su anuncio, lo primero que me vino a la cabeza fue el artículo de Ernesto Elkaizer en Público: «¿Comeback Kid?» el 23/01/2011. Al releerlo, siento de nuevo escalofríos. ¿Volveremos a tener un marzo marcado por una catástrofe de grandes dimensiones en vísperas de la fecha de la votación?
Este es el único aspecto preocupante para los españoles del anuncio que hizo hoy el presidente. Quiero creer que no se atreverán. Quiero creerlo con todo mi corazón.
1 comentario:
Dª Carmen, el enlace no le rula. Voy a probar yo: ¿Comeback Kid?
No leí en su día el artículo de Ekaizer, pero tiene usted razón, produce escalofríos.
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