25/1/12

La mejor noticia



La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, durante su comparecencia ante la Comisión Constitucional del Congreso
Soraya Sáenz de Santa María en su comparecencia ante la Comisión Constitucional del Congreso.
(EFE para 'La Razón')


Hoy anunció la vicepresidenta del Gobierno en su comparecencia, cuando ya estaba dando fin a la sesión, que el Gobierno modificará el sistema de elección del órgano de gobierno del Consejo General de Poder Judicial para que doce de los veinte jueces que la componen sean elegidos por la propia magistratura y se rebaje a ocho el número de los elegidos por el Congreso.

Jáuregui protestó por la forma (y eso que no les insultó, ni nada, como solía hacer la anterior vicepresidenta), porque la noticia había sido filtrada a la prensa, ellos se enteraron porque en lugar de estar a lo que tienen que estar, estaban vigilando Twitter y Pedro J. había adelantado la noticia en uno de sus mensajes y porque lo contó a última hora, en la despedida, cuando ya no disponían del uso de la palabra, porque estaba cerrada la sesión y era un trámite de despedida.

No sólo  hizo constar su enérgica protesta para que constara en acta, sino que luego entró en directo en el programa de Alsina para explicar que es un escándalo, que cómo van a permitir que los Jueces puedan elegir sus órganos, que hasta ahí podíamos llegar, que esa designación tiene que hacerse en el seno de la soberanía nacional.

Bueno... Todos sabemos que a la sede de la soberanía nacional le interesan bastante más sus comisiones, sus prebendas y sus sillones, que el bienestar de España y la limpieza de la democracia. La realidad es mucho más espuria y sonrojante.

El Consejo General del Poder Judicial no es un mero órgano de Gobierno de los Jueces. Es el órgano de Gobierno de los Jueces.

No se me queden ojipláticos, se lo explico. Tenemos un poder ejecutivo, un poder legislativo y un poder judicial. La cúpula del ejecutivo es el Gobierno. Se elige un Presidente en el Congreso y él elige a su equipo. En las cámaras, se elige a un Presidente, una vicepresidencia y otra serie de órganos, de acuerdo con lo establecido en sus respectivos reglamentos, que rigen ese proceso, siempre entre diputados o senadores electos, que han tomado posesión de su escaño. ¿Qué dirían si les exigiéramos que el Poder Judicial interviniera en la elección designando a los miembros del Gobierno o a los de las cámaras entre los miembros de una lista? Les parecerá una locura y me dirán que es inadmisible. Pasen y vean:

En el Poder Judicial, los jueces tienen que elevar una lista al Congreso,  formada por treinta y seis miembros del Poder Judicial elegidos mediante votación por las asociaciones profesionales. De esa lista, el Congreso designará a seis y el senado a otros seis, por mayoría de tres quintos. Los otros ocho, serán elegidos por las cámaras entre juristas de reconocido prestigio, Abogados (Gay, por ejemplo, o María Teresa Fernández de la Vega, si se tercia) o juristas procedentes, por ejemplo, de la Universidad. 

Este sistema garantiza la no independencia del Poder Judicial; puesto que sólo serán designados aquellos jueces que garanticen que no darán guerra o que la darán solo cuando le interese al partido que ostenta el Gobierno, como hemos visto estos años. Todo magistrado que muestre un perfil inclinado a la defensa a ultranza del tercer poder será eliminado, por perniciosa que resulte esta política para el prestigio de la Justicia.

Aún está por ver cómo articulan esta normativa; pero por lo que le he escuchado a la excma. sra. Sáenz de Santa María, se tratará de regular que esos doce jueces sean elegidos por el propio Poder Judicial y se reserve a las Cámaras la designación de los ocho restantes.

Si se hiciera así, no digo que quedaría garantizada la independencia del  Poder Judicial, porque hay muchos  otros factores; pero sería más viable que en el sistema actual la aparición de una cúpula fuerte que no tolerara la injerencia de los políticos y preservara la esencia de la institución.

No es raro que el Partido Socialista, que tanta aplicación puso en el control de Poder Judicial y celebró la quiebra con las exultantes palabras de Alfonso Guerra: «Montesquieu ha muerto», se resista como gato panza arriba a que le desmonten la bolera. Esperemos que la mayoría absoluta se use y no se caiga en cantos de sirena de consensos, para eliminar unos vicios que tanto daño hacen al órgano más valioso del Estado; porque podemos tener un buen gobierno sin cámaras. De hecho las leyes las elaboran juristas expertos. Podríamos vivir sin Gobierno, bastaría un Jefe de Estado que usara la cúpula de la Administración para evaluar las necesidades, invertir los recursos con orden y sacar adelante el país. De hecho Italia y Bélgica han estado sin Gobierno durante largos periodos y no pasó nada. 

Pero sin Poder Judicial, que dirima las contiendas entre particulares, controle la actividad de los poderes públicos, protegiendo al ciudadano de sus atropellos y juzgando si una ley o una disposición se ajustan o no a la Constitución, no podemos mantener una civilización.

Ese es el miedo que les inspiran los jueces a los políticos. Su poder es inmenso, si lo ejercen y la jugada es tenerles domesticados para que no cumplan las funciones que la ley les otorga y exige y les dejen campar por sus respetos a placer. Confiemos que esto sea el principio del fin de esa oscura etapa.

6 comentarios:

maralhino dijo...

Querida Carmen,para mí ha sido la mejor noticia del día.De un día bastante nefasto,porque ver todo el circo alrededor de Garzón es tremendo.Un abrazo y no te entristezcas con el remo. Ha habido mucho positivo.
No se si viste el regalito que te dejé.

Carmen Quirós dijo...

Una persona de bien no debe darle cancha nunca a un etarra, aunque sea un mero simpatizante.

La singladura de ayer ha sido un ejercicio de incorporación al grupo del etarra. Así son los protocolos en este medio. Volverá un día tras otro, como un remero más. Andan visitando los foros en los que se habla del País Vasco, ampliando su campaña de propaganda en el medio.

No he visto nada, Mara. Cerré asqueada y no vi nada. Voy a ver...

Unknown dijo...

Pues sí, Carmen, que es una inmensa alegría haber resucitado al Barón de Montesquieu tras haberle exhumado de la fosa socialista por el milagro de Santamaría pero, como contaba en otro blog, ahora tenemos que poner a trabajar a los jueces de este país "por L´Esprit des Lois" para que los ciudadanos nos sintamos protegidos por leyes justas y con la suficiente "ergonomía" jurídica para que el país funcione en el estado de derecho; con unos jueces funcionarios de carrera y dignos que no antepongan sus ínfulas y privilegios y se preocupen más por la resolución de los problemas de los ciudadanos, por pequeños y vulgares que sean. Habrá que dotar a los jueces que así vivan su profesión, de unos instrumentos legales que les permitan impartir justicia sin cortapisas ni politiqueos, y sin la coacción política y mediática que las actuales leyes, la ineficacia del propio sistema y la ineptitud de muchos magistrados arrastran sus togas por el fango.
Saludos, Carmen.

Carmen Quirós dijo...

No solo legales, Jano. Necesitan medios. Los juicios, por imperativo legal, se gravan en cintas de vídeo, pero cuando las pasas, suponiendo que encuentres un reproductor, resulta que no se ve nada, que apenas se oye, que se entrecorta el sonido...

Los programas de sus ordenadores están hechos por Pepe Gotera y Otilio. Son incompatibles con casi todo. No hay cursos de formación continuada para los jueces. Una videoconferencia en un juzgado es una aventura de incierto final...

Pero bueno. Lo importante es que se empiece por lo primordial. Lo demás, se irá resolviendo.

Un saludo.

Unknown dijo...

Carmen:
En mi trabajo, cuando nos impusieron la utilización de ordenadores para escribir nuestros dictámenes, estábamos con una dotación de ordenadores antiguos que no soportaban la nueva aplicación. Nos trajeron otros ordenadores, de Justicia, que eran aún peores que los nuestros (la mayoría no funcionaban) y al final nos dotaron con ordenadores nuevos.
No nos hagamos ilusiones: el sistema informático del Principado funciona fatal y ya no es cuestión del ordenador, también de la red informática, que es tercermundista.
Saludos, Carmen.

Carmen Quirós dijo...

Esa es otra, la red. Un saludo, Jano.