5/6/11

Taza y media de campaña electoral







Creo que era un sentimiento generalizado en España: el de que llegara de una santa vez el 22M para que terminara la campaña y los políticos dejaran de darnos la vara; pero no ocurrió.

El desastre del PSOE nos privó de ese deseado descanso. Alfredo Pérez Rubalcaba, CIU y el PNV han garantizado un plazo de campaña que se prolongará hasta el mes de marzo. Les cedo esa foto de la cabecera, si les inspira serenidad, para capear la hartura que nos espera con renuncia expresa a derechos de autor y autorización para difundirla sin más condición que la cita de la fuente.

Llámame Alfredo ya está en campaña con un sólido e inamovible proyecto de oferta electoral: dedicar todos estos meses a ridiculizar a Mariano Rajoy para que no alcance la mayoría absoluta. Va a resultar insoportable.

Rajoy dijo que tendríamos el Estado de Bienestar que podamos (permitirnos). La afirmación es de una lógica aplastante. Hemos dilapidado dinero a espuertas, hemos contraído deudas particulares y públicas sin pensar que habría que devolver ese dinero y que convenía ser prudentes; porque las cosas podían cambiar, de hecho ya había indicios en '07 de que entrábamos en crisis.

Llámame Alfredo salta a la palestra a ridiculizar esa sensata y honrada respuesta de Rajoy. Como acaba de renacer para la política, no recuerda que era  ministro cuando se produjo el recorte más cruel de derechos de nuestra historia y que si hemos de sufrir recortes en el Estado de Bienestar es porque un equipo de irresponsables, del que formó parte, arruinó el país de norte a sur y de este a oeste con una política basada en el enfrentamiento, el desgobierno y la prodigalidad más insultante para quienes entregábamos meses de salario al Estado y veíamos cómo tiraban ese dinero que tanto nos costó ganar.

La verdad es que no sé si voy a poder soportar tantos meses de campaña, de insultos a la inteligencia del electorado, de juego sucio y de abandono de las funciones de gobierno, cuando necesitamos como nunca personas entregadas en cuerpo y alma a gestionar, corregir y luchar contra las circunstancias que caen como rayos sobre la maltrecha economía del país para que no naufraguemos en este via crucis electoral.

Yo no sé ustedes; pero, por mi parte, lo que me pide el cuerpo es apagar la televisión, la radio, no mirar la prensa y dedicar todas esas horas que ocupa el equipo de demagogos que nos azota a la lectura, el paseo y el disfrute de la familia y los amigos; para no verme infectada por la gastroenteritis política que, sin duda, se va a desatar como una epidemia de proporciones trágicas de aquí a marzo. 

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