25/4/10

Entre Garzón y Valdés

Todo el mundo conoce al Juez Garzón, pocos al Juez Valdés. ¿Qué les une? Ambos tenían un espíritu justiciero que rozaba lo excesivo. ¿Qué les diferenciaba? El Juez Valdés era un profesional excelente.
Es famosa una sentencia del Juez Valdés que requiere una historia previa. Estaba de vacaciones en su solar natal y al entrar, como tantas veces, en la barbería del pueblo, clavó la vista en un almanaque que el barbero tenía colgado en la pared. Hablamos de los años cincuenta y el elemento de la discordia era el típico almanaque con una chica 'ligera de ropa' en actitud provocativa. Vamos, los típicos almanaques de camioneros de la época.
El Juez Valdés empezó a pensar en los indefensos niños del pueblo que venían a cortarse el pelo y verían turbada su inocencia por aquella obscena imagen; en los varones jóvenes, menos jóvenes y ancianos, que caerían en el pecado por culpa de aquella imagen inmunda y ni corto ni perezoso, llamó a la Guardia Civil, hizo que requisaran el almanaque y denunció al pobre barbero en aplicación de alguna de las normas de la época (creo que era la de Orden Público).
Dictó sentencia condenatoria, ¡faltaría más! Leída en la actualidad, muchos de los argumentos que utiliza son asombrosos, incluso hilarantes. Aún así, es una joya jurídica; porque la argumentación, escrita con una redacción brillante, ajustada a la Ley y apoyada en numerosa jurisprudencia, convierten ese exceso en una excelente sentencia.
Si el Juez Garzón hubiera compartido esa brillantez, pese a sus desmanes (similares desde el punto de vista de muchos jueces, fiscales y abogados a la sentencia del almanaque del Magistrado Valdés) no hubiera ocurrido nada de lo que está pasando.
El País y los defensores del Juez, sostienen que no se le juzga porque haya incurrido en delito, sino porque se intenta frenar la aplicación de La Ley de Memoria Histórica y privar a las víctimas del franquismo de recuperar a sus muertos.
La argumentación cae por su peso. Una ley vigente no necesita a un juez concreto para ser aplicada y nadie puede proceder contra un juez por aplicar una norma en vigor.
El problema del Juez Garzón, es que no respeta la ley, la manipula y la vulnera cuando le parece. Ignora la Ley de Amnistía, obliga a buscar la tumba de un poeta, en contra de la voluntad de su familia, pide que se investigue si Franco ha muerto, sumiendo en el más profundo bochorno a todos sus compañeros, a los fiscales, a los abogados y hasta los auxiliares de Juzgado; porque todos saben que los hechos notorios no necesitan ser probados y es una extravagancia esa posición.
Ha abundado en extralimitaciones muy graves, que, como le encanta salir en la prensa, no quedaron ocultas en la intimidad de su despacho, sino que fueron aireadas por los medios con gran repercusión.
Garzón estaba desprestigiando de un modo tan grave a sus colegas, que no hubo más remedio que pararle para que no causara un daño irreparable. Sobran causas para meterle querellas por prevaricación y tiene mucha suerte de que sólo le hayan abierto tres causas. Se me ocurre que los peritos del 11M que sufrieron su talante justiciero, podrían hacerle un roto más entre las decenas de hechos notorios que protagonizó en los últimos años, cuando pareció sufrir una crisis de percepción que le llevó a olvidar que era, ante todo y sobre todo, un servidor de la Ley y creyó que la Ley existía para servirle a él.
Es gravísimo lo que está ocurriendo con el acoso al Supremo; porque lo que están intentando los miembros del Tribunal Supremo es determinar si el Superjuez ha violado la Ley y si es así, proteger las Leyes e impedir que quien las viola con especial gravedad, porque su deber es respetarla y protegerlas, no tenga ocasión de continuar haciéndolo.
No sólo es necesario dejar que hagan lo que tienen que hacer: proteger la Ley, sino que no tienen otra alternativa; porque está creando escuela y ya hay unos cuantos jueces que apuntan maneras siguiendo sus pasos.
Tienen que parar a Garzón para evitar que siga haciendo daño y, de paso, dar un toque de atención a sus emuladores, para que recuerden que son servidores de la Ley y les puede costar muy caro olvidar la esencia de su oficio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es hora de tomar la iniciativa es hora de salir a la calle.
Federica dice en su blog:
Eso de manifestase no solo lo leo aki
Asin lo i leido en un blogs desos cerraus.

Yo tomaré la calle
por sensatez y razón
la tomare con las gentes
del pueblo como soy yo.
Gentes que tan solo quieren
buscar la paz y trabajo
y un mañana mejor
que quieren un país grande
donde cualquier cosa cabe
sin odios y sin rencor.
Maldita sea tu estampa
maldito gobernador
que por mantenerte en alto
envenenas lo que tocas
y destruyes la nación.
Maldito seas mil veces
Zapatero dimisión.

Pos llo lo copio y lo pego
i si molesta mejor
Federica

P:D:

Boy a poner. Zp dimisión en tos mis correos como firma.
Carthago delenda est