El País coincide con el resto de la prensa en que la respuesta a la llamada a huelga en el sector público apenas tuvo repercusión.
Pienso que no fue casual que en vísperas lejanas, la prensa ventilara información de los caudales que el Gobierno entregaba a los sindicatos pocos días después de aprobar los recortes: 16mm de euros.
Hoy algún periódico alaba la transparencia con que actúa el señor Barreda, proporcionando los datos de las subvenciones a los sindicatos de Castilla - La Mancha, destinadas a la «formación» de sus liberados: 308.618 para CCOO, 225.267 para UGT y el resto de la subvención, hasta los 600.000 € que se repartían las diez organizaciones sindicales con derecho a esas cantidades, para los otros ocho sindicatos.
No tengo un dato directo del importe de esas subvenciones para formación en las distintas Comunidades. Imagino que el importe total de la tarta se repartirá en función del número de afiliados, por tanto de liberados, con los que cuenten los Sindicatos en cada una de ellas.
Aún así, aceptemos que esos 600.000 € son la cantidad que reciben los sindicatos en cada una de las Comunidades, multiplicamos por 15 y tenemos 9,000.000 € destinados a la formación de los liberados sindicales. Nueve millones de euros. (Estoy rumiando el dato, no pasa nada).
Ésta es sólo una de las partidas. Hay muchos organismos oficiales en los que los sindicatos tienen una cuota de participación. Hace un tiempo hablé aquí del Fondo Económico y Social, que es uno de los muchos comederos en los que los sindicalistas completan sus retribuciones con sueldos estupendos como miembros de diferentes Consejos.
Aunque no se conozca con detalle la cantidad ingente de dinero público que consumen los sindicatos, el ciudadano de a pie sabe que los sindicalistas oficiales viven como marqueses, sin dar un palo al agua a costa del sindicato y de los Presupuestos del Estado.
Zapatero fue mucho más hábil que Thatcher. Después de usar las fuerzas sindicales para generar un agit pro contundente en los últimos años del gobierno de Aznar, los sentó a su derecha, mostró su enorme aprecio, fue filtrando en la sociedad la información sobre las ingentes cantidades de dinero que les destinaba y cuando llegaron las vacas flacas, aún fue más intensa la filtración del potente apoyo económico que recibían del Gobierno. No se dijo nunca que fuera para mantenerles quietos ante el temor de que les quitaran tantas prebendas y subvenciones; pero la gente no es tonta y entiende.
Así se explicó y sigue explicándose que, con la que está cayendo, con los millones de parados en crecimiento constante, con las medidas de austeridad que se toman sin consultar a nadie, a golpe de Real Decreto cocinado no se sabe cómo ni por quién, nada se haya movido en el sector sindical y es normal que la gente vea a esos individuos como meros lacayos del poder que ni les representan, ni quieren ser representados por Méndez y Toxo.
Y hoy mismo, cuando es evidente que el poder de convocatoria de los sindicatos está destrozado, se filtra una nueva noticia: Zapatero ha pactado con Géminis (Méndez y Toxo) que la huelga general se retrasa hasta septiembre.
Tras esta información, si la convocan, en el caso de que la convoquen, temo que el corte de mangas que van a recibir los sindicatos por parte de los trabajadores (que no van a ser compensados por las arcas sindicales del descuento que se produce en la nómina de los que se suman a la huelga) va a ser de tal calibre que quedará demostrado que han sido desactivados.
Sólo quedará darles la puntilla respondiendo al «clamor popular» de que las medidas de contención del gasto pasen por eliminar o minimizar al máximo las subvenciones a los movimientos sindicales y dejar que sean sus afiliados los que sostengan esa estructura.
Ya son el malo de la película y no van a tener ninguna fuerza para atacar esas medidas. No vieron que estaban recibiendo el abrazo del oso de «uno de los suyos» y ya es tarde.
Creo que Méndez y Toxo van a pasar a la historia del sindicalismo español como grandes artífices de su debacle, tal vez su desaparición total.
Puede que sea un drama; pero me uno a la grey de los que piensan que los beneficios que puedan haber generado los sindicatos son muy inferiores a los daños que han causado en épocas de crisis terribles, desatando huelgas generales que sólo perseguían fines políticos, sin importarles que esas medidas fueran la puntilla para empresas en crisis y enviaran al paro a miles de trabajadores.
Puede que sea una más de tantas personas que han caído bajo la estrategia de Zapatero y sea su propaganda, no el resultado de un análisis lúcido, lo que hace que sienta que lo mejor que nos puede pasar es que desaparezca esa casta de paniaguados que usan a los trabajadores sólo como excusa para derivar fondos suculentos del presupuesto que se nutre con el dinero que me quitan en forma de impuestos directos e indirectos.
Aún a riesgo de estar abducida por la propaganda zapaterina, estoy encantada de que los españoles impongamos la razón sobre la manipulación y nos aprestemos a reducir costes desactivando esta máquina infernal que engulle fondos a espuertas. Descansen en paz.
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