31/5/11

Las habilidades de Rubalcaba

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Alfredo Pérez Rubalcaba



El PSOE eligió el pasado sábado a Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato a la presidencia del Gobierno en las elecciones que, en principio, se convocarán en marzo de 2012.

La leyenda que se ha fabricado en torno a su persona le ha otorgado los apodos Maquiavelo o Fouché; pero sometamos esa leyenda a la prueba del algodón.

La característica de los dos personajes con los que se le compara es su habilidad para arrimarse al poder, ventear los efluvios de las tendencias, en especial en el caso de Fouché y situarse en la órbita de los sucesores en el poder antes de que llegaran los cambios. 

Veamos a Rubalcaba. Tras su nombramiento como ministro de Educación en el año '92, Felipe González le nombra ministro de la Presidencia y las Relaciones con las Cortes, en el año '93, cargo que ocupa hasta el '96. Son los años de plomo del felipismo, protagonizados por el GAL y la corrupción.

Tras la derrota frente al PP, el PSOE tiene que reinventarse, como en la actualidad. Rubalcaba entra en el equipo de Almunia y gana José Borrell que fuerza unas primarias. Se le atribuye la dirección de la encarnizada campaña de demolición de la figura política del catalán tras ganar en primarias y acompaña a Almunia en el mayor desastre electoral del PSOE. 

En el año 2000 integra la candidatura de José Bono, vencida por nueve votos por la de un desconocido: José Luis Rodríguez Zapatero.

Apoyó en dos ocasiones a Trinidad Jimenez para la alcaldía de Madrid. En ambas fue derrotada.

Protagonizó entre el 11 y el 13 de marzo de 2004 la página más negra de la historia de nuestro país, utilizando los atentados del 11M para dar un vuelco a la intención de voto y se instaló la etapa oscura y demencial del Gobierno de Zapatero entre nosotros.

Fue elegido como vicepresidente para frenar el efecto de la política de Zapatero en las pasadas elecciones de mayo, bajo la premisa de que su «prestigio» minimizaría los daños que se preveían en las elecciones autonómicas y municipales. El PSOE cosechó en ellas la mayor derrota de la etapa de la democracia en España.

Ahora es elegido como candidato para el mismo fin. Tiene diez meses, en teoría, para embarrar el terreno y tratar de dar un vuelco a los resultados; pero esos meses son vitales para España. Estamos en una situación de crisis aguda. Necesitamos un gobierno fuerte y resolutivo, no juego sucio y maniobras cuyo único objetivo que siga en el poder el PSOE.

Los españoles, incluso los más confiados, hemos visto ya el pelaje del personal y estamos hartos de inventos y juego sucio; pero eso no es lo más preocupante. La clave es que en estos meses, la estrategia previsible de Rubalcaba será letal para España y complicará aún más la recuperación que todos necesitamos.

29/5/11

Las mujeres: escudos humanos para José Luis Rodríguez Zapatero



María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia; María Jesús San Segundo, ministra de Educación; Elena Salgado, ministra de Sanidad; Carmen Calvo, ministra de Cultura; Magdalena Álvarez, ministra de Fomento; María Antonia Trujillo, ministra de Vivienda; Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente, y Elena Espinosa, ministra de Agricultura posan para Vogue en 2004. 
(Imagen tomada del blog de Santiago González)


Es la hora de analizar lo que han supuesto todos estos años de zapaterismo y la trayectoria real de su aventura política. 


Con el tiempo, averiguamos que para nuestro aún presidente, la imagen, la foto, era lo esencial. Así lo fue desde el primer día. Creó un personaje específico para convencer a los votantes: un idealista que había accedido a la política para hacer realidad su visión de lo que debía ser nuestro país: para practicar la igualdad, la fraternidad, la paz y la concordia entre todos los hombres y entre todas las mujeres, por supuesto.


Hoy barruntamos su programa real: debilitar las instituciones y el tejido social en todos sus estratos para conseguir una ciudadanía pasiva, maleable, que respondiera a consignas y votara con las vísceras, no con la razón, para perpetuarse en el poder el tiempo necesario para realizar su programa de transformación de España en una república federal, quizás con vistas a integrar, al final del camino, a Portugal, incluso a Andorra, y ser el gobernante, tal vez perpetuo, del país, Iberia, con mucho más peso que España en Europa.


Era una labor complicada; primero no tenía mayoría absoluta y sin la menor duda, el Partido Popular iba a presentar una oposición frontal a sus pretensiones. El primer objetivo que tenía que coronar era neutralizar ese formidable obstáculo. Ya lo tenía preparado mediante pactos con separatistas e independentistas; pero no era suficiente.


Necesitaba ahogar la voz o al menos los argumentos del PP en el Congreso y el mejor camino en todos los órdenes era enfrentar a sus enemigos a voces y figuras femeninas. De este modo, toda crítica sería transformada de inmediato en una tacha de machismo y el PP tendría que rebajar el tono; porque toda exigencia tonante sería abucheada tachando al diputado de poco respetuoso con las mujeres.


¿Cómo olvidar las intervenciones de su portavoz, María Teresa Fernández de la Vega? Imposible, sobre todo si eras mujer. Zafia, maleducada, malencarada en todo momento, nadie pudo acusarla nunca de responder con un argumento inteligente a ninguna cuestión. Cada comparecencia o intervención suya era un tormento.


Inolvidable Carmen Calvo, en cultura, afirmando que el dinero público no es de nadie, ocupándose de ejecutar uno de los muchos actos destinados a crispar la situación, abrir debates enterrados, reavivar el clima previo a la Guerra Civil, con el traslado de los papeles del Archivo de Salamanca. 


Inolvidable Maleni. Tampoco es para olvidar nuestra ex-ministra de Fomento Magdalena Álvarez y los infinitos sofocos de vergüenza ajena que nos hizo pasar. 


Cristina Narbona, la ministra de Medio Ambiente perdió la excelente reputación que tenía como persona competente y muy profesional en el ara de Zapatero. Fue el ariete con el que derribar «manu militari» el trasvase del Ebro, aprobado y dotado, para invertir una fortuna en desaladoras que no resolvieron el problema y nunca llegaron a funcionar bien.


La ejecución de los disparates de Zapatero fue soportable mientras había dinero; pero vació las arcas en el primer mandato y la crisis, no reconocida a tiempo le pasó factura en su segundo mandato. 


La crisis y una buena maniobra estratégica del PP que nombra a Soraya Sáenz de Santa María el 31 de marzo de 2008 portavoz del Partido Popular en el Congreso. Más fotogénica, joven, mejor preparada y sobre todo, con un nivel de oratoria superior al de De la Vega, cosa fácil porque se enfrentaba a la nada. La Vicepresidenta, privada de la posibilidad de tachar de machista la crítica del oponente al enfrentarse a otra mujer, sufrió revolcones constantes en la cámara. Comprobado que estaba desactivada como portavoz, fue sacrificada por el presidente el 21 de octubre de 2010 y enviada al Consejo de Estado.


Elena Salgado no conseguirá nunca un reconocimiento como economista; pero su figura, tras la caída de Solves, fue clave para que Zapatero pudiera ejecutar por persona interpuesta su política económica, hasta que fuimos intervenidos y luego ejercer ante la UE como cortafuegos ante la inacción del presidente, reacio a acometer las políticas que se le exigen.


El último escudo humano en caer es Carmen Chacón. Una independentista catalana era una figura que encajaba a la perfección en los planes de transformación de la estructura política del país: de Reino de España a Confederación de Repúblicas de la Península Ibérica. Sin méritos conocidos, fue nombrada ministra de Vivienda y luego de Defensa, en un desafío a las Fuerzas Armadas que quedaban a las órdenes de una independentista y pacifista confesa, incompetente y enemiga de su labor. Empeñada en ejecutar con rigor ejemplar el papel de la voz de su amo, no dudó en negar honores militares a nuestros soldados caídos en escenarios bélicos para sostener la tesis de que España estaba allí en misión de paz. 


Era la sucesora in péctore, la niña de Zapatero y de Felipe González. Eso creía; pero no: era una herramienta, como todas las demás, que usaba Zapatero para alcanzar sus fines. Cuando tuvo que elegir entre continuar en el poder hasta marzo o arriesgarse a un congreso extraordinario que supondría su destitución, no dudó en entregar su cabeza en bandeja de plata, como hizo antes con De la Vega.


Nunca fue feminista; porque trató con absoluto desprecio a las mujeres eligiendo ejemplares sin preparación ni dotes para ocupar el cargo y las que las tenían, fueron obligadas a ejecutar políticas que las llevaron al fracaso y la pérdida de su fama profesional y política. Humilló a las ministras y a todas las mujeres a través de ellas, usándolas como escudos humanos para parar los golpes de la oposición y cuando ya no le sirvieron, las apartó sin un pestañeo.


No sabemos para qué necesita este periodo de gracia. Parece imposible, tal como están las cosas que logre cerrar en este plazo los flecos de su programa y deje a sus sucesores abocados a la federación perseguida. Tal vez su sucesor lo ha convencido de que le allane el camino apurando los plazos para aplicar las medidas más impopulares a marchas forzadas, liberándolo de los decretos más impopulares, mientras él pone en marcha un plan que le permita ganar las elecciones y terminar de ejecutar el programa en el que ha colaborado de forma activa.

España gafada o maldita






Ya son diez las personas muertas en Alemania por consumir pepinos contaminados con la bacteria Escherichia coli. Al parecer se ha detectado también en Francia.

Una vez más, se han saltado todos los protocolos. La noticia salta a la prensa antes de que esté determinado el origen de la partida contaminada, de que se localicen las partidas contaminadas, se inmovilicen y se fije con exactitud el lugar y origen de la contaminación. La primera  llamada de atención sobre la epidemia la da una senadora de Hamburgo en una rueda de prensa. 

Los análisis de técnicos de la Junta de Andalucía en las instalaciones productoras, no encuentran rastros de esta bacteria en ellas.

Aún así, aunque se demuestre que la contaminación no se produjo en origen, sino algún punto de la distribución fuera de España, el daño está hecho.

Nos crecen los enanos. Rubalcaba es aclamado por unanimidad como futuro candidato a la presidencia del Gobierno, cosa que da un poco de miedo; porque para lograr el vuelco que se persigue tienen que pasar cosas muy graves y uno de los pocos sectores que estaban funcionando en nuestra maltrecha economía, sufre una crisis muy grave que compromete a  todo el sector.

Ocurra lo que ocurra, nada podrá borrar el daño que ha caído sobre nosotros. ¿Qué más nos puede pasar? Prefiero no hacer cábalas, para proteger mi salud mental.


28/5/11

No escupas al cielo...



Símbolo del partido. Cuadrado rojo con un puño y una rosa en blanco.
Logo del PSOE (Web del PSOE)

... Te caerá en la cara (reza el refrán). 

Esto es lo que le ha ocurrido al PSOE. Pasó siete años afeando el método de designación de Mariano Rajoy y, al final, ha reproducido el escenario reivindicando la mendacidad y engaño que son su sello.

No censuro la medida. Es esencial para todos los españoles, incluidos los que detestan a este partido y su ideología, eliminar procesos que le causen un daño aún más severo del que le causó su secretario general y las urnas el domingo pasado.

Creo que la democracia es un buen sistema en un escenario concreto y nefasto en otros. A nadie se le ocurriría, por poner un ejemplo que creo ajustado, que cada vez que una empresa quiere cubrir un puesto, tuviera que difundir entre el conjunto de su plantilla los currículums de los aspirantes, darles un tiempo para convencer a todos sus futuros compañeros de que son la mejor opción e instalar urnas para que el conjunto de los empleados voten por quien les ha gustado más.

Si ha sonreído al leer el párrafo anterior, es porque, al igual que yo, considera que la elección de la persona más adecuada para ocupar un puesto ha de recaer en un equipo restringido, preparado para realizar una evaluación certera de las condiciones del candidato y decidir quién es el o los que se ajustan mejor al perfil que requiere el puesto.

Pienso que la selección del aspirante a Presidente del Gobierno ha de recaer en un equipo que examine la trayectoria de los eventuales candidatos para elegir el más adecuado; a correr el riesgo de que el más seductor, el que prometa el oro y el moro a quienes le voten, el más hábil, que no competente, se alce con un cargo para el que no está preparado. Claro que esto exige que el equipo que elige sea muy objetivo; pero me inspira, en todo caso, más confianza esta opción que la votación «democrática».

Lo que censuro es que, quienes condenaron un sistema de elección como quintaesencia del nepotismo, abanderaron un proceso interno de «primarias» como «prueba del algodón» de su condición de demócratas, hayan maniobrado para eliminar alternativas, para presentar un único candidato posible al cargo.

Un error más del PSOE. Todos somos conscientes de que abrir un proceso de primarias en un momento tan delicado es malo para el partido; pero también para España, que necesita ese partido para disponer de opciones potentes en cada llamada a las urnas. Hubiéramos entendido sin ninguna dificultad la situación, si hubieran reconocido con toda honestidad, que lo último que pueden permitirse en este momento es el enfrentamiento intestino inherente a las primarias.

Lo que es intolerable es que pretendan vendernos este golpe de timón como lo que no es. Una vez más nos tratan como estúpidos. Ya han visto el 22M el coste que tiene esta costumbre que han adoptado y no han aprendido.

Y lo peor, siguen anteponiendo sus intereses de partido, la conquista de un tiempo en el que ellos esperan que ETA se porte bien y enjugue sus errores con una declaración de renuncia a la «acción armada», que les permitiría presentar un éxito sin precedentes ante los españoles.

Dudo que ETA haga eso, no gana nada. En el caso de que lo hiciera, no hay garantías de que lo mantenga y lo más importante: su «éxito» está basado en un programa en el que se borran miles de atentados, unos con resultado muerte, otros fallidos, otros que han dejado víctimas con graves secuelas. La vía para la «pacificación» no es la que queremos una mayoría de españoles. Ni hay garantías, ni el «armisticio» llegará del modo deseado: con la derrota de ETA y la consagración de las víctimas del terrorismo y de todos los españoles como los vencedores sobre nuestros verdugos.

Poco rédito electoral supondría este escenario y no veo ningún otro que pueda mejorar los resultados del 22M para el PSOE en unas elecciones generales. Todo apunta a que el voto de castigo será más rotundo; porque en las autonómicas y locales, pesa mucho la bonhomía, eficacia y querencia del electorado hacia una persona que ha trabajado bien. 

Esta dilación no va a tener otra consecuencia que empeorar aún más la situación de España, en especial si quiebra Grecia. El PSOE tiene ya poco que perder en sus juegos de poder; pero para España representan un suicidio colectivo y si se produjera el peor de los escenarios, temo que la entrega de las armas por parte de ETA sea una mera anécdota ante la factura que los españoles pasaremos al candidato de ese partido que antepuso sus intereses a los del conjunto de la nación.

27/5/11

El PSOE se desangra y nos tritura



Lo que Carme «quería» o cómo irse sin haber llegado
Carmen Chacón en su comparecencia de hoy (EFE para ABC)


El lenguaje gestual de la Ministro de Defensa en su comparecencia ante la prensa para anunciar que no se presentará a las primarias, transmitía disgusto, frustración y rabia (intuí que había un problema de incomodidad derivada del uso de lentillas), junto con una clara demostración de sus infinitas deficiencias en materia de comunicación. No sé cuándo aprenderán los políticos que lo de leer, salvo casos muy concretos, resta muchísima fuerza a su mensaje; pero su terror escénico, o tal vez su deficiente capacidad oratoria les hace aferrarse a la lectura de forma sistemática.

Todos los medios se han hecho eco de la guerra intestina del PSOE con amplia cobertura y sea cual sea su tendencia ideológica, en general no están muy contentos con el espectáculo que están dando los de la rosa.

Mi mente está dividida. Por un lado, la parte menos responsable de mi naturaleza asiste al espectáculo con enorme diversión. El presidente Rodríguez lucha con todas sus fuerzas para imponer las primarias, única vía que le permitiría ajustarse al calendario y seguir hasta marzo en la Moncloa. Patxi le lanza el órdago: lo mejor es un congreso extraordinario. El zapaterismo no quiere ni contemplarlo como hipótesis: supondría elegir un nuevo secretario general y echar al actual de la Moncloa, con convocatoria de elecciones, con toda probabilidad, para el mes de octubre.

El baile de propuestas, declaraciones, ecos de la debacle del domingo pasado y demás movimientos que muestran cómo quienes apoyaron sin fisuras, participaron de forma activa o por omisión en la demolición del país en todos los órdenes, ahora que han visto las orejas al lobo en forma de desastre sin paliativos, se transforman en miembros de banderías diversas: unos defienden su cargo e intentan prorrogarlo lo posible; otros piden la cabeza de quien presentan como único culpable de todos sus males y nos están dando un espectáculo apasionante, plagado de diversión y sorpresas.

La parte sensata de mi cerebro está aterrada. Mientras ellos se enfrascan en los asuntos de partido, sea cual sea el escenario que resulte de lo que acuerden el día 28, la solución será mala para España. 

Si se opta por la «línea Zapatero», primero primarias, después congreso ordinario y elecciones en marzo de 2012, viviremos un vacío de poder suicida para un país devastado, que necesita un gobierno hiperactivo que aborde los problemas, trabaje en la adopción de las medidas necesarias para resolverlos; porque cada día cuenta y cada fecha perdida agrava los problemas, incrementará la deuda, debilitará el frágil tejido económico y empresarial y alejará la salida de este túnel.

Si se opta por la «vía Patxi» las cosas no cambiarán de forma significativa; porque con las elecciones a la vuelta de la esquina, poco interés habrá en tomar medidas impopulares, mejor dejar que las aborden los que vengan y los plazos nos van a llevar a mediados de noviembre, como muy pronto, antes de tener un gobierno recién aterrizado (si es que gana el PP como prevén los analistas) que tendrá que empezar por ponerse al día, hacer auditorías para conocer cómo están las cuentas en realidad y los recursos con los que cuenta, a la vez que tendrá que improvisar una Ley de Presupuestos a uña de caballo, que no es lo más recomendable para la situación actual.

Así es que en el caso más favorable, no tendremos un gobierno operativo, por lo menos, hasta principios del año que viene. En circunstancias tan dramáticas como las que vivimos, en especial los millones de parados que, tal vez sufran un receso con el empleo temporal unido al verano y el turismo; pero que volverán a su drama al final del verano o de la campaña agrícola, incrementándose con la destrucción de empresas ahogadas en el pantano de los últimos estertores de nuestro gobierno actual, cualquiera de los dos plazos es letal para el país.

La tercera parte de mi personalidad, la que me mueve a aceptar que cuando todo se muestra adverso y no hay solución posible, lo mejor es tomar la realidad con resignación y temple y procurar huir de la desesperación y sus dañinas consecuencias a través de la visión más positiva de lo que ocurre. 

La única visión positiva posible en este escenario, es sentarme a disfrutar del espectáculo de la lucha por el poder, ver cómo se mueven las marionetas, intentar adivinar quién mueve los hilos, quién elabora el guión de la función y regodearme (aunque jamás lo reconoceré) en una estimación: los grandes culpables de que mucha gente esté sin trabajo van a ser desalojados. Sin duda, encontrarán acomodo, no van a quedarse en la calle; porque han montado muchos chiringuitos que viven del presupuesto para recolocarse y no sufrir penurias. Aún así, todos ellos comparten tal hambre por el poder, tanta necesidad de ser «figuras relevantes» que perder el cargo es más doloroso de lo que cabe imaginar.

Con esto me consuelo, me divierto e intento no pensar en los inocentes que van a convertirse en víctimas colaterales de esa lucha fratricida en el seno del PSOE.

26/5/11

El error de Felipe González




Puebla-24-05-2011
Viñeta de Puebla para ABC


Todos los analistas políticos coinciden en un diagnóstico: los resultados globales de las elecciones municipales y autonómicas celebradas en España el pasado domingo, denotan un clamor generalizado, el hartazgo y la furia de los españoles. 

Tres son las figuras que polarizan esa ira: el presidente del Gobierno, los ministros que han formado parte de sus gobiernos y el PSOE. 

Sin duda, lo que debió ser un plebiscito local estricto, fue visto por los ciudadanos como la oportunidad de oro para castigar a José Luis Rodríguez y no dudaron en aprovecharla propinándole un varapalo electoral a tono con el nivel de desesperación que ha inoculado con su política demente en la población.

Por mucho que intenten desligarse de ZP quienes se perfilan como delfines en la sucesión, Carmen Chacón y Alfredo Pérez, los resultados demuestran que el hartazgo es tan intenso que elegir miembros del equipo que formó parte de su gobierno conduce a una segunda debacle en las próximas elecciones. Sólo una cara nueva, ajena al cuadro de protagonistas de estos siete años de pesadilla; pero sobre todo, de los del segundo mandato marcado por la crisis, tendrá una posibilidad remota de lograr una débil mejora en los resultados de unas elecciones generales. 

Remota, insisto, porque por mucho que se desmarcaran algunos varones cuando percibieron síntomas inequívocos de desastre en vísperas de las pasadas elecciones y renegaron del líder, los españoles, incluso los afines al PSOE, tienen claro que todo esto pudo ocurrir si y sólo sí, esa política demencial obtuvo, si no el apoyo decidido de la plana mayor del partido (que se lo dio en una buena parte), sí la condescendencia de todos ellos, que no hicieron nada por poner coto a sus desmanes y le dejaron campar a sus anchas.

Viene a mi mente la imagen de Felipe González, en el arranque de la precampaña, cuando todos, incluso los más fieles, teníamos claro que Rodríguez nos conducía al abismo, con la crisis asolando un país impotente que veía caer empresas en cadena, crecer el número de parados y clamábamos por la presencia de una figura de autoridad que le metiera en varas, dirigirse a los socialistas (bajo la mirada de todos los desahuciados, de los que aguardaban su turno de ingreso en el grupo, de los que lo tenían más lejano; pero, aún así percibían la amenaza de que si se mantenía esa derrota, acabarían peligrando sus trabajos), apelando al cierre de filas, a la disciplina de partido, mostrando una elección insultante entre los intereses de España y sus ciudadanos y los de su partido, llamando al cierre de filas en apoyo de Rodríguez, por encima de toda consideración.

Fue un error grave, incomprensible en alguien que ha ostentado la máxima responsabilidad política y debería (en teoría) tener claro que, si se enfrenta a los electores arrasados por la crisis global, pero también doméstica, protagonizada por una política irresponsable que dilapidó con absoluta alegría los ahorros que le legó el gobierno anterior pensando que eran ilimitados y que estaban agotados cuando apareció la crisis y resultaron imprescindibles para capearla, lo último que puede hacer es tocar a rebato en defensa del partido sobre los intereses de los ciudadanos.

Eso fue más grave que la demente política de Rodríguez. El mensaje, en momentos de grave emergencia, demostró a los ciudadanos en general y en particular a los simpatizantes del PSOE, que los intereses del partido les ignoraban. Solo les importaba mantenerse en el poder, contra viento y marea, aunque el precio fuera la ruina de España.

El cierre de filas dio oxígeno a un gobierno desnortado. Le proporcionó una ilusión de firmeza y capacidad que, aunque ilusoria, permitió que los dementes cerraran su ciclo diabólico prestando lo que los ciudadanos consideramos (tal vez de forma injusta) una presión del Gobierno sobre el Tribunal Constitucional para que enmendara la plana al Tribunal Supremo y los terroristas tuvieran vía expedita para concurrir a las elecciones.

El legado ZP no hubiera sido posible sin la aquiescencia del PSOE en su conjunto. Por mucho que clamen que el presidente de Gobierno arrinconó a los históricos, es indiscutible que si hubieran alzado la voz, censurado la estrategia de ruptura con los pactos de la transición, atacado los aspectos de su política más dañinos, no sólo para España, sino para el propio PSOE, que, quisiera o no, figuraba como su valedor, no estaríamos donde estamos.

Rodríguez ha demolido todas las estructuras de referencia para los demócratas a lo largo de siete años, antes de conquistar el poder, con la violación de la jornada de reflexión del 13M de 2004, al tiempo que hundía, día a día, al PSOE como referente de las libertades democráticas. Jugó desde el primer momento, el rol de destroyer. Pisoteó con descaro el respeto a las Instituciones democráticas sin que nadie, desde su partido, censurara su actitud. El PP le denunció una y otra vez con la máxima discreción, sin hacer más ruido del necesario, consciente de que el plan de Rodríguez era resucitar los enconos previos a la Guerra Civil para desencadenar una segunda edición del conflicto.

Ningún varón carismático del socialismo entró en escena en ese momento para afear o censurar una estrategia antidemocrática, llamada a eliminar del mapa político al partido votado por diez millones de españoles. Felipe González llamó de forma explícita e inequívoca a los militantes de su partido a arropar sin fisuras los desatinos. 

Estoy convencida de que esa llamada fue la que colmó el vaso de muchos españoles; pero, sobre todo, de muchos socialistas o simpatizantes con suficiente sentido crítico para comprender que la política de Rodríguez era la tumba del socialismo y su respuesta quedó plasmada en los resultados de estas elecciones. 

Gracias a Rodríguez y al PSOE, se ha hundido nuestra economía, soportamos un grado de endeudamiento que tardaremos medio siglo (en las condiciones más favorables) en liquidar. Avanzamos a paso firme hacia una cifra de paro que supera los cinco millones. Nuestra política internacional nos ha convertido en el «hazme reír» de Occidente, no tenemos ningún peso. Se han reabierto las heridas de la Guerra Civil. Ocupamos un escalón rayano en la ruina; pero nuestro tamaño como nación es tan considerable que, si se hiciera necesario un rescate, la Unión Europea colapsaría.

Todos los conservadores y gran parte de los progresistas, han sabido interpretar la influencia de José Luis Rodríguez, la actitud sumisa de sus gobiernos y su partido en esta debacle y la  percepción del desastre, profetizado por las encuestas, siempre complacientes con el poder, se ha traducido en datos objetivos e incontestables emanados del recuento de los votos en las urnas.

El PSOE afronta un reto. Ha sufrido una derrota sin paliativos. Los éxitos que ha cosechado obedecen más al tesón y servicio de personalidades concretas cuya actitud de servicio, entrega y capacidad personal para implicar un amplio espectro en su política, les ha llevado a arrasar o conseguir un éxito arrollador en su circunscripción.

Urge un   replanteamiento global en las formaciones; porque es un hecho, al examinar los datos, que la ideología está subordinada a la eficacia de los dirigentes.

Tengo una querencia especial por un concejo (municipio) asturiano. Su alcalde PSOE, se presentaba a la reelección. Se le ofreció la oportunidad de  encabezar listas más influyentes; pero declinó la proposición de gloria envenenada que se le ofrecía, consciente de que los personalismos de la golosa circunscripción propuesta era un avispero mortal y tuvo la honestidad y clarividencia necesaria para resistir sin inducir una sordera destinada a combatir los cantos de sirena, renunciando a la quimera tentadora que le ofrecían, conformándose con la condición de una figura irrelevante al frente de un municipio pequeño e ignoto, a cambio de la recompensa que supone  conocer con nombres y apellidos  a   todos los vecinos de su circunscripción, poner cara a cada uno de ellos y, por encima de  todo, ofrecerles unos resultados de gestión contundentes en términos inmediatos, que priman la condición de liderazgo personal sobre los resultados globales.


Hoy quedó claro en el cruce de mensajes la irreparable división que abrió en el PSOE la debacle. Puede que si Felipe González hubiera sido más clarividente, si los barones hubieran superado el complejo guerrista de «quien se mueve no sale en la foto», si hubieran mostrado que les importan más los intereses de España que los de su partido, la crisis actual no se hubiera producido.

24/5/11

El gran secreto de Asturias: el «paisano»




Cascos recibe el aplauso de los miembros del comité directivo de Foro, con Enrique Lanza en primer término.
Fotografía tomada de httpe://www.lne.es./



Trece periódicos. Son mi fuente de datos, si no diaria, cotidiana, en mi intento de informarme en amplio espectro. Líneas editoriales conservadoras y progresistas, diarios económicos y locales. Lo que abunda no daña, aunque pueda saturar un poco en ocasiones.

Hoy ocurre eso: estoy saturada. Tenía claro desde ayer que hoy tocaba entrada local, análisis (en la modesta medida de mis posibilidades) de los resultados de las elecciones en Asturias. He leído mucho al respecto;  llegué a sentirme saturada de sesudas informaciones de expertos analistas con una categoría que no alcanzaré yo en mil vidas; pero me sentí muy insatisfecha; porque ninguno entró en el meollo de la cuestión.

Asturias no ha querido ser, menos aún reivindicarse (aunque fuera por pura estrategia de marketing) como una comunidad con rasgos diferenciales. Ningún asturiano tolera esa política y prueba de ello es que el Partido Asturianista tiene tanto futuro como un vendedor de hielo en el polo.

Lo innegable es que cada provincia, región o comunidad de este país tiene unas características propias, que suelen plasmarse en arquetipos. A los asturianos nos definen como nobles, socarrones, y acogedores. Creo que es ajustado el cliché; pero requiere matizaciones. Es cierto que somos nobles, solemos ponernos en la piel de otros, procurar ser honestos con nosotros mismos y con los demás y somos sinceros por naturaleza (con las numerosas y obligadas excepciones a la regla) aunque esa franqueza no sea siempre entendida, valga Fernando Alonso como ejemplo.

La socarronería es un humor refinado que se sustenta en una mirada crítica, un tanto escéptica, un punto ácida, que nos lleva a contemplar con agudeza lo que se intenta ocultar, para comentar que «el rey está desnudo» con enorme regocijo y ningún pudor a la hora de desvelar las vergüenzas.

Somos acogedores. Procuramos arropar a los que se trasladan por trabajo u otras razones a nuestra tierra; quizás porque pensamos que si fuera nuestro caso, sería muy duro vernos lejos de nuestra tierra, nuestra familia, nuestra gente y nos lanzamos a enjugar esos sentimientos abriendo nuestras casas, nuestras peñas de amigos, mimando al extraño en un intento de consolarle del paraíso perdido, a base de afecto, atención e integración, pese a que en muchos casos esos sentimientos imaginados no tengan nada que ver con la realidad.

En Asturias hay ideologías, como en todas partes. Hay gente que se ha adscrito a la corriente conservadora y gente que se ha alineado con la de izquierdas en todo su espectro. Cuando votan son fieles a sus idearios; pero es importante introducir un matiz. Por encima de ideologías y fidelidades, hay una figura en el imaginario asturiano que concita una unanimidad de aprobación capaz de superar la ideología y ese tótem es «el paisano».

El paisano en Asturias no es un individuo que ha nacido en el mismo lugar que otro, que vive y trabaja en el campo o que no es militar ni religioso, tal como reza en la definición del término en la RALE. En la jerga interna, paisano es un hombre (o mujer) cabal, honesto con los demás, más allá de sus flaquezas puntuales (que sea mujeriego o sufra la tacha de vicios menores). La clave del concepto «paisano» es la honestidad frente al mundo, el alarde constatado de una conducta preclara en el respeto a los compromisos adquiridos que convierten su mera palabra en un acta pública, su honradez intachable en el desempeño de sus funciones, su honorabilidad contrastada, que, pese a las debilidades evidentes que haya demostrado, garantizan que responderá con total honradez a la confianza depositada en él.

Francisco Álvarez-Cascos conquistó en su fase de Ministro de Fomento esa imagen de paisano ante los asturianos. Por eso clamamos por él y por eso castigamos a Gabino de Lorenzo por oponerse a aceptarlo como líder tras apoyarlo con todas sus fuerzas en la fase inicial. Gabino ha recibido un voto de castigo por esa mudanza que percibimos los asturianos como una muestra de defensa del «duernu» que tanto nos exasperaba; pero que no es extrapolable a resultados futuros una vez que ha recibido su castigo.

El resultado de las elecciones en el ámbito autonómico es una respuesta a la figura mítica del paisano. Vimos en Cascos el paradigma y lo votamos por esa razón. Dieciséis escaños: diez arrebatados al PP, seis entregados por la izquierda; porque el paisano está por encima de la ideología en el imaginario popular.

Es ni más ni menos, alguien de palabra, alguien en el que se puede confiar y tanto la derecha como la izquierda en esta comunidad en la que estamos tan ahítos de magüetos y mazcayos, que necesitábamos un paisano: alguien, pese a que nos desagradaran algunos aspectos de su personalidad, que nos ofreciera la mayor confianza en su palabra, su honradez y su capacidad.

Esa es la clave del prodigio que asombra a los extraños: Francisco Álvarez-Cascos, con todas sus debilidades, conquistó ante el electorado la condición de paisano y por eso, sólo por eso, aglutinó un montón de votos que antepusieron a su ideología la condición de persona cabal, competente, de fiar y merecedora de un voto de confianza rotundo. El electorado asturiano decidió que, sólo un paisano podría quebrar la dinámica de pactos secretos de las fuerzas vivas locales que intuíamos (tal vez sin base) como el más potente foco de corrupción, única explicación para el «Caso Marea» y decidiéramos que nuestro líder era el paisano.

No hay ningún misterio digno de protagonizar sesudos estudios del fenómeno. Todo se reduce a algo simple y familiar para nosotros: tropezamos un paisano y nuestros genes nos obligaron a votarlo. Ni más, ni menos. 

23/5/11

Del DRY, pasando por el fin del mundo, al FAC



José Luis Rodríguez Zapatero, durante su comparecencia tras conocer los resultados. | Afp


Hoy es un día para la historia. Es la primera vez desde el comienzo de la democracia que no ganan todos los partidos que se presentaban a las elecciones.  Ese hecho, por sí mismo, es un hito histórico.

La verdad es que daba entre risa y grima, convocatoria tras convocatoria, escuchar las declaraciones de los perdedores sobre lo buenos que habían sido sus resultados. Por una vez, el PSOE, por boca de su Secretario General declara que han perdido las elecciones. ¡Campeón!

En lo que no aprueba es en el arranque de los agradecimientos. Una vez más ha querido resaltar que las elecciones se celebraron con absoluta normalidad,  sin incidentes. ¿Se imaginan a Merkel, Sarkozy y Obama diciendo eso a sus votantes? Creo que pensarían que se habían fumado algo.

Además no eran unas elecciones convocadas en un clima normal, que muchos españoles estaban aterrorizados. Bueno, españoles y no españoles, que había noticias fidedignas y dignas de todo crédito de que iba a acabarse el mundo ayer mismo. ¡Menudo susto! Y además... ¿Esto es  normalidad? ¿Y esto? 

Lo que más me preocupaba a mí del fin del mundo era que nos iba a privar del gustazo de darle un buen par de cachetes bien dados al Presidente y sus cuates. Hoy los analistas que cubrían las elecciones, incluso el propio Zapatero, achacaban los resultados a la crisis, a la gestión de la crisis, al paro, a las circunstancias... Puede que tengan razón, pero mi motivo para alegrarme de la debacle de la banda del desgobierno es LA FRIVOLIDAD. Se portaron desde el principio como una banda de adolescentes gamberretes, siguieron haciéndolo cuando cayó sobre nosotros la crisis y siguen en ello, sin pensar que sus gracias suponían y siguen siendo causa de  desgracias dramáticas para cientos de miles de familias. 

España les ha dado hoy una manta de votos que les ha dejado deslomadosLo que disfruté viendo los resultados no está escrito, aunque parezca que sí. Hubiera sido muy triste que se hubiera acabado el mundo ayer, privándome de darme este gustazo y lo peor: me imaginaba al divino cejas riéndose de mi y de otros muchos por toda la eternidad y diciendo: «¿Ves como daba lo mismo?» La verdad, hubiera sido una faena.

Estos días pasados tuvo mucho eco y se analizó por activa y por pasiva la aparición del movimiento DRY y su eventual influencia en las urnas. Al final no ha quedado nada claro que hayan tenido ninguna influencia en los resultados. La participación fue similar, quizás unas décimas inferior a la de 2007, así que no  hay motivos para atribuirle resultados a favor o en contra. Lo que apenas se habló es de algo parecido, en cuanto al deseo ferviente de un cambio en Asturias, cuando se barajaba la elección de candidatos a estas elecciones, que dio lugar a un movimiento mucho más pequeño y discreto que paso a contarles. 

Asturias quería a Francisco Álvarez-Cascos como candidato y tras una batalla campal entre las taifas del PP nacional y el PP asturiano (no unas contra otras, sino todas a un tiempo), nos metieron a una señora concejal del Ayuntamiento de Oviedo con una imagen de incompetencia que puede que estuviera de todo punto injustificada; pero nos cayó el alma a los pies viéndonos en manos otra vez de políticos incapaces de hacer la 'o' con un canuto, carentes de la experiencia profesional necesaria para ofrecernos un mínimo de confianza en que serían capaces de trazar una política capaz de sacarnos de la crisis de '73 (sí no leen mal, hablo de la del siglo pasado) de la que aún no nos hemos recuperado. 

Entonces, un pequeño grupo de asturianos en el que había algunos abogados, montaron un partido: «Foro Asturias», llamaron a Cascos, se le eligió en asamblea como candidato por el partido y se pusieron a trabajar. No tuvieron mal  olfato. Muchos pensábamos que el único capaz de ilusionar a una mayoría, al margen de derechas, izquierdas, centro y libres por la vida, era él. 

Bien. Puede que el DRY no haya tenido ningún efecto en los resultados de las elecciones. El FAC sí lo ha tenido. Ese grupo de hombres y mujeres que, como los resistentes de Covadonga del 722 dijeron: «estamos hartos de que nos toméis por el pito del sereno, nos friáis a impuestos, no resolváis nada y solo traigáis gastos y problemas» y se alzaron en armas contra los emires del sultanato. 

El resultado es que ha ganado las elecciones, ha superado en un escaño al PSOE, por séis al PP, gobernará, sin duda, en coalición con ellos; pero Asturias, nos guste o no el carácter y las formas de Cascos, ha elegido su candidato, que es lo que importa en democracia.

Ahora nos queda rezar para que el ex-general secretario del PP  no nos decepcione mucho más de lo necesario. Veremos lo que pasa; de momento, tenemos a nuestra Mater ancestral, nuestra protectora, esa Virgen de la cueva que es más que un símbolo religioso, que es la protectora de los asturianos creyentes, agnósticos, ateos, blasfemos o píos. Le rezaremos con todo nuestro corazón y que salga el sol por Antequera. Les dejo con su himno, merece la pena escucharlo y leer el texto. Al menos a mí, me emociona.





21/5/11

El DRY se perfila como el arranque del agitprop



MONTORO
Viñeta de Montoro ayer en 'La Razón'

Conforme pasan los días y se suceden los acontecimientos, parece que quienes veían en el DRY un movimiento orquestado desde la izquierda al que se habían unido un montón de ingenuos e idealistas desnortados, va ganando. 

Me resisto a creer que todo esto sea una maniobra más del señor Rubalcaba; porque conozco un poco las dificultades que entraña poner en marcha un movimiento y, aunque reconozco la trayectoria de nuestro aspirante a Maquiavelo, la realidad, en mi opinión, es que no pasa de ser ese niño malo que cuando se le acusa injustamente de una fechoría, calla y aprieta los dientes ante el castigo; porque sabe que la condición de «malo» le da prestigio entre quienes admiran a estos tipos y prefiere la injusticia a deslucir su imagen. 

Un manipulador pata negra, mueve las fichas sin que nadie barrunte quién está tras las jugadas. A nuestro pobre ministro se le descubren todas, incluso se puede vaticinar (se ha hecho muchas veces) qué pasos va a dar. No le doy tanto crédito a sus capacidades para montar esto, como a su habilidad para usar las de otros y camuflar tras ellos sus intenciones a medio y largo plazo.

La figura que emerge, según van apareciendo las noticias, es la de la izquierda «extrema» de Cayo Lara, que da la cara como paladín de los DRY. Sin duda, puede ser la pantalla de nuestro ministro plenipotenciario, que, a cambio de la colaboración, le ofrece en bandeja la colecta de votos que pueda obtener entre los acampados. 

Bildu ha hecho suyas las peticiones de los indignados. Tomás Gómez les tira los tejos. Zapatero no se queda atrás. Pese a que la Junta Electoral Central, (secundada por las resoluciones de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo), ha declarado que no puede mantenerse la acampada en Sol en la «jornada de reflexión» el Ministerio del Interior no va a hacer lo necesario para ejecutar lo ordenado por estas instituciones

No sería acertado meter en un cesto a todos los movilizados. Hay gente que no tiene nada que ver con esos grupos aunque asume parte de su ideario; pero lo que nos importa es comprobar, siguiendo los movimientos del último momento, cómo están las cosas y por dónde van los tiros.

Uno de los problemas que ofrece nuestra prensa es que nunca considera en las declaraciones de los políticos, cuando les sorprenden, el ámbito al que se dirigen. Hace semanas Mariano Rajoy declaró, con gran sorpresa para los medios, que si a los seis meses de llegar a la Moncloa no le habían hecho tres huelgas generales es que no lo está haciendo bien. Cierto que todos somos conscientes de que la paz social actual desaparecerá si el PP gana las elecciones; pero también sabemos que tras la calma chicha de estos años, la movilización necesita un tiempo para calentar motores y no se daría ese logro, si no hay un movimiento previo. Ahora vemos que era una advertencia a los socialistas, tal vez a Rubalcaba, haciéndole ver que espera y está preparado para la ofensiva.

Mayor Oreja, ex ministro de Interior con Aznar y hombre con una gran capacidad de análisis, que siempre ha sido certero en sus dictámenes, ve en el movimiento una estrategia del PSOE contra el PP. Pero la prueba del algodón está en lo ocurrido hoy en los Mercados.

Analicemos la noticia y en particular este párrafo:

«Pero no se trata sólo de la situación de Grecia, ya que la percepción de España se había deteriorado claramente en los últimos días como consecuencia de los movimientos sociales que vive nuestro país, con epicentro en la Puerta del Sol de Madrid».

¡Si es poco menos que un movimiento hippie, por Dios! ¿Cómo puede influir en la confianza de los mercados en nuestro país?

Muy simple. No es lo que está pasando hoy, es lo que presagia. Los analistas intuyen que si gana el PP el PSOE va a lanzar una campaña de agitación en todos los frentes contra el nuevo gobierno. Eso significa grandes pérdidas para la economía española, inestabilidad, dificultad, si no imposibilidad absoluta, para tomar las medidas necesarias para enderezar nuestra economía.

Puede que sean ingenuos, desnortados e idealistas independientes; pero todo indica que quienes observan no lo ven así o, al menos, perciben que esa masa, más o menos heterogénea es el germen de algo mucho más peligroso que espera el devenir de las urnas para poner fin al periodo de paz social. 

Puede que esté analizando mal los signos; pero el voto de confianza inicial, aunque no queda eliminado, se debilita. Sigue vigente la génesis que analicé en la pasada entrada; pero parece que la decepción que perpetró Zapatero está siendo bien canalizada para usarla, con el  tiempo, en interés del PSOE.