18/5/10

Cajón desastre

Leo en la prensa que el Presidente Rodríguez ha aprobado una partida destinada a inversiones de calado en la política de austeridad y cambios en el mercado laboral que está iniciando.
Son sólo 14.000.000 de euros, poca cosa, destinados a los Sindicatos que tienen que acometer una política sindical de gran calado encaminada a una profusa y variada campaña de concienciación, no sólo de sus bases, sino de toda la población trabajadora; para que entiendan que, pese a que parece que toca sublevarse, lo que hay que hacer es asimilar que existe una gran crisis, que aunque derive de las infinitas lacras del capitalismo, hay también un poquitín (muy poco, eso sí) de culpa (no, borra eso), de fallos estructurales en la política del Gobierno, de todo punto comprensibles, porque la herencia del PP era envenenada y las buenas gentes no son capaces de identificar tanta maldad y esos errores nimios, fueron inducidos por la taimada malicia de Aznar; pero haber habíalos y ahora que han sido detectados, hay que ayudar al Presidente a sacar adelante el país.
Es una Cruzada, después de todo y los Sindicatos necesitan fondos adicionales para financiar esa complejísima operación, pertrecharse de todo lo que necesiten para llevarla a buen puerto, con el único objetivo de salvar la patria. ¿Qué son 2.324.000.000 de las antiguas pesetas ante el peligro que nos acecha?
Dice Leire Pajín que el Presidente ha adoptado las medidas necesarias para salvarnos de la quiebra, tal vez de la expulsión de la UE, pensando en lo que nos conviene a todos, no en lo que le conviene a él en términos electorales y estoy de acuerdo con ella; pero de pronto, me asalta una inquietud ante esa afirmación.
Damos por descontado que el Presidente Rodríguez ha tomado todas y cada una de sus decisiones de gobierno poniendo por encima de todo el interés de España y sus ciudadanos. No cabe otra opción en un Presidente. No sólo se debe a sus votantes, ha de gobernar para todos los ciudadanos, buscando lo mejor para ellos. Es tan obvio que tiene que ser así, que ante esa reivindicación me alarmo.
¿Cabe la posibilidad de que el Presidente del Gobierno de España haya tomado alguna decisión en algún momento, por esporádico que fuera, pensando más en sus intereses electorales que en los de los ciudadanos? ¿No cuenta doña Leire que pudo ocurrir que hubiera (o hubiese) pensado nuestro Presidente de sonrisa angelical y mirada transparente (a veces vacía) en sus intereses electorales por encima de los intereses de la Nación (concepto discutido y discutible)? ¿Podemos albergar la remota e imposible sospecha de que, cuando negaba la crisis en el periodo electoral, no se debiera a que estaba poco informado o interpretaba mal los síntomas, sino que estaba anteponiendo sus intereses electorales a los de los ciudadanos para ganar las elecciones?
Tengo que haberla interpretado mal. No puede haber pasado eso en ningún caso. No es posible que Bambi haya sucumbido al hambre de poder hasta un extremo tan repugnante. Es lo que pasa con Leire, que a veces, le juega una mala pasada su temperamento y dice cosas que pueden parecer terribles, porque su genio genial e incomprendido (con tanta frecuencia) la lleva a elegir con poca fortuna los argumentos y no acierta con la forma ; pero eso no quiere decir que la abyección de fondo que se deduce de una interpretación precipitada de su argumento, responda a la realidad.
Ahora ya no nacen niños, sino criaturas. No hay bebés, sino criaturas. El nasciturus es una criatura no nacida, protegida desde el momento de la concepción por el Código Civil, que salvaguarda sus derechos hereditarios desde el momento en que es sólo un óvulo fecundado de viabilidad imprecisa. Pero según Bibiana, el feto no es un ser humano, luego no puede tener derechos y el nacido es una criatura, como el nasciturus. Está entrando en grave crisis mi neurona. Creo que es hora de dejarlo antes de que colapse.