13/5/10

El glosador del viento

La tierra no es de nadie, salvo del viento. Agradezco al señor Presidente que hoy haya optado por dejar de lado su vena poética para hablar como una persona sensata, que comprende que hay un problema y hace lo que tiene que hacer aunque no le guste, no quiera, incluso le cause dolor o sufrimiento.
No creí que fuera capaz de hacerlo. Nunca consideré que se le pudiera catalogar como un hombre valiente y sin embargo hoy lo fue. El hecho de que no tuviera alternativa no obsta para que haya que reconocerle que, tras el discurso que ha venido manteniendo desde que fue elegido Presidente, hace falta mucha valentía para anunciar de una tacada recortes en los salarios de los funcionarios. Unos lo son porque eligieron esa opción. Otros porque si querían ejercer su profesión (caso de los médicos) no tenían otra alternativa. Las pensiones van a formar parte de las medidas de control del gasto público y ese era otro sapo difícil de tragar para un hombre que ha puesto un empeño especial en cultivar la imagen de 'ángel custodio'.
No es éste el momento de recordar que si hubiera tenido el valor que tuvo hoy hace año y medio, la situación sería muy diferente. Es cierto; pero es estúpido llorar por el agua derramada. Lo importante es que se da un paso para el control del gasto y eso es tan urgente que es lo único que hay que considerar.
No estoy de acuerdo, en mi infinita ignorancia de economista doméstica, que sea el chocolate del loro eliminar Ministerios, reducir la plantilla de altos cargos y arañar gastos aquí y allá. Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero, dice el refrán y es rigurosa esa máxima.
No es de recibo que pida a los funcionarios que acepten que se reduzca su salario y que mantenga órganos de Gobierno que suponen un elevado coste a cambio de un escaso, si no nulo, servicio.
No se trata sólo del coste económico de un Ministerio como estructura que genera salarios y gastos corrientes. Cada ministro y todos los altos cargos de su organismo correspondiente, son reclamados de forma constante para que asistan a eventos que no aparecen en la prensa; pero que existen. Pasan más de la mitad de la semana desplazándose, no ya por el país, sino asistiendo a actos y eventos en países, a veces muy lejanos, acompañados de un séquito nutrido, con todos los gastos pagados a cargo del Presupuesto.
Y todo esto es insuficiente de todo punto, si no se arranca en otro acto de valentía y comparece una vez más para anunciar la puesta en marcha de reformas estructurales encaminadas a relanzar la economía, crear empleo y ajustar las estructuras económicas del país.
Sin eso, todo lo acordado hoy se queda en el sacrificio de los de siempre, no servirá de nada y las cosas irán a peor con la pérdida creciente de empleo y capacidad adquisitiva.
Así que hoy es un día para respirar con alivio; pero no con optimismo, salvo que quepa que vengan nuevos tirones de orejas que obliguen al glosador del viento a hacer lo que tiene que hacer.

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