27/11/11

Si yo fuera Rajoy





Si yo estuviera en su lugar, no tocaría la prensa ni asomaría a ningún Medio para informarme de lo que se publica: me concentraría en el trabajo diario que diseñé en el periodo en el que contemplé qué medidas tomaría si ganaba las elecciones.

No estaría ajena, sería suicida, a la información; pero tendría un equipo eficiente ocupado en el rastreo de los Medios, que filtraría las noticias de cada día y me haría llegar solo aquellas que me interesan, aislándome de la presión de los que se empeñan en marcarme ritmos que son contrarios, no ya a mis intereses, sino al interés general.

Con ese estricto grupo de noticias válidas, me movería en el diseño de mi estrategia; pero centraría el grueso de mis fuerzas en el análisis de los datos que van recabando mis colaboradores, consciente de que no son del todo fiables, que ocultan partidas y esconden trampas mortales, para elaborar mi proyecto, el que debo presentar en la Sesión de Investidura, que me conviene que sea lo más riguroso que quepa, pese a que sé que ese objetivo, con la tropa que tengo enfrente, es inalcanzable.

Esa es la única vía segura para hacer mi trabajo con tranquilidad, aislada del mundanal ruido, centrada en lo importante, a salvo de las presiones perversas (o bienintencionadas; pero letales en su ingenuidad), que reclaman respuestas y declaraciones extemporáneas en un cabeza de lista que, por ahora, no es más que un potencial; porque cabría que en un acto inimaginable en la realidad, pero posible en la configuración legal del sistema, en el momento clave, un grupo nutrido de congresistas electos por el PP decidieran votar a Rosa Díez, por poner un ejemplo, y todas las expectativas del cabeza de lista naufragaran ante una decisión  posible en el marco de las normas electorales.

Necesitamos como comer recuperar las expectativas legales que nos ofrece nuestro Ordenamiento Jurídico. Clamamos por el respeto a la Ley y las seguridades jurídicas que necesitamos para recuperar la fe en el sistema. La normativa que rige el traspaso de poderes no tacha la filtración previa de las decisiones del presidente electo sobre su equipo; pero deja claro que la buena práctica del respeto a la Ley es aquella que le reserva al Rey la primicia de la formación de Gobierno y es bueno para el extenso colectivo de españoles que sufrimos todos estos malditos años la visión de la vulneración del fondo y la forma de los actos políticos y de Gobierno, incluso de la actividad legislativa, la visión de esta resistencia numantina a las presiones que ejercen Medios «indocumentados», Medios presuntamente perversos y una fauna variopinta, en su mayoría bienintencionada.

2 comentarios:

Rubín de Cendoya dijo...

Buen artículo Doña Carmen, y lo mejor es que parece que así se hará.

Carmen Quirós dijo...

Esperemos que sí Rubín. Un saludo.