30/12/10

Miguel Sebastián y el café





Sebastián minimiza la subida de la luz porque es «más o menos como un café»


Hace meses que pronostiqué que el nuevo mantra zapaterino sería la responsabilidad. Hoy lo ha invocado de nuevo el ministro Sebastián, para justificar una subida de los recibos de 'la luz', haciendo ver a los ciudadanos, mediante un cálculo peregrino, que en realidad el incremento equivale al coste de un café. Basta con que dejemos de ir al bar a tomar café  y ya no notaremos la subida. Claro que, si somos empresarios, el incremento del gasto de energía de nuestra fábrica no se va a resolver prescindiendo del café de media mañana. 

Me ha sentado tan mal la nueva falacia del gobierno, que voy a entrar en una de las causas de la subida de la luz y demostrar el grado de responsabilidad del Gobierno. 

Todo empieza aquí. El RD 661/2007 es la madre del cordero. En su art. 2 establece un régimen especial para la producción de energía eléctrica basada en a) cogeneración, b) energías renovables no consumibles, c) residuos con valoración energética no contemplados en el grupo b).

Pasamos al artículo 36 que regula las tarifas para la categoría b y miremos las primas que establece para la categoría b1 (energía solar). 


Una precisión: en la norma se regula el precio del kWh; pero no perdamos de vista la idea de que un MWh son mil kWh. 

Observemos, también, que se fija una tarifa para los primeros veinticinco años y otra ligeramente inferior a aplicar a partir de los 25 años, sin límite temporal, con lo que si la instalación se mantiene cien años, sean cuales sean las circunstancias, estas centrales recibirán esa retribución. Como machada no está mal. 

Han eliminado este segundo apartado en el RD 1565/2010 para las centrales cuya potencia sea inferior o igual a 100 kWh, a las que  no lleguen a 10MWh y las que no lleguen a 50 MWh; pero se mantiene esa tarifa ilimitada, pase lo que pase para las instalaciones de la categoría b.1.2., que son plantas solares a las que se les permite generar energía con diesel, en los casos en los que no haya suficiente irradiación solar para que entreguen la cantidad acordada. 

Eso quiere decir que esas plantas solares privilegiadas, pueden generar, de acuerdo con la ley, parte o toda su electricidad con un motor que consume diesel y cobrar como si la produjeran con energía solar por los siglos de los siglos; porque a éstas no se les quita la prima a partir de los 25 años como a las otras y tampoco se establece plazo final para el derecho a cobrar la prima. Las primas a la eólica van en el apartado b.2.

Centrado el tema, vayamos con la historia. En el momento en que nace esa ley, la energía fotovoltaica apenas existe en nuestro país y nuestro divino rojo quiere ser adalid de la causa medioambiental. Su sueño era lograr entre 300 y 500 MWh de energía producida mediante paneles solares en el año 2011.

A finales de 2007 (fíjense que el RD es del 25 de mayo) Red Eléctrica envía una nota al Ministerio. Como las plantas fotovoltaicas necesitan conectarse a la Red para volcar en ella su producción, tienen que tramitar el enganche y declarar el volumen de energía que prevén producir. En ese momento hay solicitados 2000 MWh y sigue subiendo. 

No dan crédito, es tan aterrador que no lo consideran posible. Pero la realidad es tozuda y tienen que tomar medidas en 2008. Avisan de que sólo podrán acogerse a esas tarifas, por decirlo de modo gráfico, los que ingresen en la Red energía producida en sus plantas antes de finales de año.

Quejas y protestas, los procedimientos son lentos, Red Eléctrica no les provee de enganches a tiempo para cumplir ese plazo, etc., etc. Los expertos avisan: lo que exige el Gobierno es que se produzca energía en algún momento antes del plazo señalado, no que la planta esté operando con normalidad. Eso significa que un productor puede producir una cantidad de energía, por cualquier medio, enviarla a la Red y detener su actividad poco después. Habrá cumplido la exigencia y no habrá forma de saber si la produjo la planta o unos motores Diesel.

La solución es obvia: basta vigilar esas plantas para ver si están realizando una operación fraudulenta. La dura realidad vuelve a azotarles. Hay entre 40.000 y 50.000 plantas. Es imposible controlarlas todas. Ocurrencia brillante: «¡Que se encarguen las eléctricas de vigilar!» Como es obvio, las eléctricas, que no tenían ningún interés en este sector; porque fueron conscientes de que esas primas eran una barbaridad que no se podría sostener, pusieron patas contra pared y se negaron en redondo a ejercer de vigilantes.

El resultado es que en este momento, la energía producida por una central convencional oscila entre los 37 y los 50 € el MWh. Para la eólica, entre los 60 y los 70. La fotovoltaica tiene un precio de 400 € MWh, que se mantendrá los próximos 28 años para las plantas que han entrado en operación antes del RD 1565/2010, bajará a un coste entre los 250 y los 300 € cuando cumplan 29 años y se mantendrá el resto de su vida útil, porque la eliminación de la prima hecha este año no puede afectar a las que ya operaban antes de ser promulgado el RD y sólo afectará a las que entren en operación ahora. 

No voy a reiterar los costes que vamos a soportar los españoles ante esta medida. Ya los conté en otra entrada.

Como ocurre siempre con el Gobierno, no supo valorar el efecto que iba a tener esa medida y ahora tiene un volumen de producción de energía eléctrica superior a los 2000 MWh que cuesta 400 € el MWh, un precio que dispara los costes de producción y encarece la energía de un modo insoportable. Por eso han tenido que subir el recibo. Esa es la responsabilidad del Gobierno, la real; pero no la única.

Una razón para este estallido de actividad estuvo en la bajada del precio de los paneles solares en 2007. La apuesta del Gobierno tenía la vista puesta en una empresa española, pensaron que ayudarían, no solo a que prosperara esa empresa con el volumen creciente de demanda de paneles, sino que aparecerían otras si las cosas iban bien y proliferaban las plantas.

No fue así. Los productores compraron paneles a los chinos, que son más baratos. No sólo no prosperó la empresa de producción española, sino que tuvo que cerrar, hundida por la competencia china y, por supuesto, no se creó otra. Los puestos de trabajo que pueda crear la fotovoltaica son los derivados del mantenimiento; pero los interesantes, los que generan riqueza real con la aparición de fábricas, mejora de la tecnología de fabricación, creación de una gama extensa de puestos de trabajo, esa está en China, que sin duda está muy agradecida a nuestro Gobierno por el impulso que les ha dado a sus fábricas. 


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