19/11/11

Jornada de reflexión






Parecía que no iba a llegar nunca el día en el que terminara la pesadilla de los candidatos en sus mitines; pero, al fin, podremos descansar de este pesado bombardeo de mensajes.

El maratón terminó con una instantánea muy clara: Mariano Rajoy no ha sido capaz de contener su euforia ante el éxito que ha ido percibiendo en cada jornada, avalado por las poco fiables encuestas y ha dejado que se le desbordara la euforia.

Rubalcaba, dejó una instantánea para la historia que rubrica su constante desacierto, intentando hacer un chiste que demuestra que no es consciente de la percepción que tenemos los españoles de nuestra situación: «Rajoy intentó ganar hace cuatro años con la niña y ahora va a intentar hacerlo con la prima».

El chiste no puede tener menos gracia; pero lo peor no es que sea malo: lo grave es que quien lo profiere no es consciente de que los españoles nos angustiamos ante la deuda que estamos contrayendo, que caerá sobre nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, hipotecando nuestro futuro durante décadas y tenemos muy claro que esa prima no es más que el fruto de la pésima política de un Gobierno en el que él fue todopoderoso.

Tanta frivolidad duele. Entendemos que esté saturado, muy cansado, que a cualquiera se le puede calentar la boca; pero hay una cosa evidente: un estadista sabe que las palabras han de ser medidas al milímetro porque son armas que se vuelven contra quien las profiere en cuanto se le da ocasión y que un político de talla no menta nunca un dato que constituye uno de sus peores lastres ante el electorado.

Tanta paz se lleven como nos dejan. Se ha acabado la campaña electoral que se inició en abril y no ha dejado de agobiarnos hasta el día de hoy. Los políticos deberían empezar a comprender que la evaluación de los ciudadanos se gesta durante muchos años, observando los aciertos y errores, las actitudes y aptitudes que han ido mostrándonos unos y otros y que en la campaña, quien no haya hecho bien sus deberes antes, no puede corregir el resultado como los malos estudiantes, con un atracón final, de mitin en mitin. 

Los ciudadanos tenemos muy claro que las promesas de campaña son cebos envenenados, mentiras flagrantes o verdades a medias llamadas a seducirnos y que el único antídoto para contrarrestar el veneno es analizar lo ocurrido cuando unos y otros no se jugaban el voto y ejercían sus responsabilidades ajenos a nosotros.

Dios (incluso los dioses pretéritos, aún los que ya no recordamos que hayan existido, si es necesario invocarlos) proteja a España. Necesitamos milagros para salir de la pesadilla en la que estamos inmersos, sin olvidar que Dios ayuda a quien se ayuda. Como decía un famoso escritor: la inspiración existe; pero debe encontrarte trabajando. Eso es lo que nos espera: trabajar como nunca para generar riqueza, crear puestos de trabajo, pagar nuestra ingente deuda y salir adelante.

3 comentarios:

José Antonio del Pozo dijo...

y la prima Chacón y sus mimitos
saludos blogueros, Carmen

Unknown dijo...

A Rubalcaba no le queda más recurso que el chiste facilón, ante un auditorio del "banquillo" que no asume la derrota y ve su futuro personal tambaleándose , para tener un argumento que esgrimir; es un chiste sin palabras o un chiste de aquellos que decían "perplejidad". La perplejidad que sienten todos los españoles, incluídos los votantes del PSOE, ante la debacle nacional orquestada por un sólo partido, con ayuda de otras fuerzas y otras circunstancias como la mala contrucción de Europa.
Alfredo no puede más y los mítines están pasados de moda porque el verdadero mitin es el día a día en el Gobierno de la Nación.
Un saludo.

Carmen Quirós dijo...

Gracias a ambos por sus comentarios. Un saludo.