10/2/11

¡Es la bola de cristal!



La vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, antes de comparecer en la Comisión no permanente del Pacto de Toledo. | Bernardo Díaz
Foto Bernardo Díez ('El Mundo')

«Te sientas enfrente y es  como en el cine. Todo lo controla. ¡Es un alucine!»

Alucine. ¡Bien por el autor de la letra de esa canción! No hay palabra más ajustada para expresar mi estupor, terminado en carcajada, cuando leo la noticia que da 'El Mundo' en su sección de Economía. No se la pierdan:

REFORMA PENSIONES | Una mejora 'coherente'

Salgado prevé ahorrar 3,5 puntos del PIB en 2050 con la reforma de pensiones



¿A que sí que es un alucine? Empiezas a leer: Salgado prevé ahorrar 3,5 puntos del PIB y piensas: ¡milagro!¡ Lo que vale esta chica! Luego llegas a 2050 y alucinas en colores. 

Primero: ¿Va a ser Salgado la Ministro de Economía de España en 2050?

Segundo: ¿Existirá España, tal como la conocemos hoy en el 2050?

Tercero: ¿Existirá un sistema de pensiones como el actual en 2050?

Podría seguir; pero... ¿para qué? Suponiendo que la respuesta sea sí a todo (bueno, lo de Salgado no puede ser, nació en 1949 y a los 101 años no creo que esté para muchos trotes ministeriales), de aquí a 2050 pueden ocurrir muchas cosas, ninguna de ellas previsibles en este momento.

Sí hay una certeza indiscutible en lo que dice. La reforma de las pensiones hoy, no tendrá ningún efecto en 2050. Ni aunque la criogenicen, puede influir en el PIB. Como «burrada» es de nivel difícil de superar.

Es cierto que si se ejecutan una serie de reformas estructurales, se flexibiliza el mercado de trabajo, conseguimos que se ajuste el gasto, se organice con racionalidad la monstruosa administración que soportamos, aparece una generación de emprendedores existosos, se crean industrias y centros de producción de todo tipo de bienes y servicios, se cuida la agricultura, la ganadería, la pesca, trabajamos mucho y entendemos que tiene que mantenerse siempre un equilibrio perfecto entre ingresos y gastos, tanto en los particulares como en el Estado,  podemos recuperarnos y prosperar.

Es igual de cierto que las reformas que se están haciendo no son las más adecuadas y dependemos de que venga un gobierno más sensato y preparado para ajustarlas bien, dentro de un programa completo destinado a la recuperación. 

Si se reestructura bien todo, volveremos a crecer como lo hicimos a partir del '96, incluso podemos llegar a ser una potencia europea. El crecimiento del PIB va ligado de forma directa a la capacidad para sostener el sistema de pensiones. Si no hubiera casi 5.000.000 de parados en este país, no estaría en peligro el sistema de pensiones. Si impulsamos nuestra economía y nos acercamos al pleno empleo, sea cual sea el sistema, las pensiones estarán aseguradas; porque habrá suficientes trabajadores cotizando para posibilitar que se perciban, incluso en cuantías más altas.

El problema de las pensiones es que no hay suficientes trabajadores cotizando y eso ocurre, no por milagro, sino porque este gobierno destruyó el país a ciencia y conciencia a lo largo de dos legislaturas.

Los parches que van aplicando, tarde y mal, al dictado de Europa no arreglarán el problema. Si el gobierno entrante tras la debacle aplica las medidas adecuadas para relanzar la economía, las pensiones y las prestaciones sociales dejarán de estar pendientes de un hilo. 

En cualquier caso, el 2050 nos queda demasiado lejos. Si no han podido prever los problemas que apuntaban a tiempo, si no fueron capaces de detectar los síntomas que ya percibíamos con claridad muchos españolitos de a pie en 2007. Si se empecinaron en negar la crisis y no quisieron tomar ninguna medida. Si son incapaces aún hoy de prever con rigor cuándo empezará a crecer la economía... ¿Cómo demonios se atreven a vaticinar lo que ocurrirá en 2050?

Están locos estos políticos.

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