A.P.R. tras la sesión del Consejo de Ministros en la que se aprobaron las medidas transitorias de ahorro energético. (Cadena SER)
El pasado 25 de febrero el Consejo de Ministros aprobó una serie de medidas de ahorro energético. Ante la inestabilidad en los países productores de petróleo, nuestro previsor Gobierno quiso adoptar cuanto antes las medidas necesarias para reducir el consumo de combustibles derivados del petróleo por lo que pudiera suceder. Ese fue el mensaje inicial.
Se armó la marimorena con la medida y quedó acreditado que la reducción de diez kilómetros por hora, en un trayecto de cien kilómetros por autovía, si no hay retenciones, claro, supone ahorrar aproximadamente dos litros de gasolina. Entonces empezaron a hablar de seguridad, de que en EEUU van a esa velocidad y no pasa nada, etc.
En fin, que nos vamos a gastar una pasta en pegatinas; pero eso sí, tendremos que salir antes para llegar a tiempo en trayectos largos porque hay que ir más despacio y rezar porque no se produzcan retenciones, porque no sólo van a cabrearnos mucho, sino que gastaremos más gasolina. Esto no es todo.
José Blanco en el 'Forum Europa Tribuna Galicia'. (EFE)
Nuestro flamante Ministro de Fomento tiene también planes: va a cambiar todas las bombillas de las farolas y poner bombillas de bajo consumo para ahorrar en electricidad y en combustible; porque parte de esa electricidad se produce con derivados del petróleo y la crisis de los países productores (no hay que perder ese dato de vista) obliga a tomar todas las medidas posibles para reducir consumos.
Veamos esa medida. Como pueden comprobar en el enlace, si lo abren, el alumbrado de nuestras autopistas no proviene de lámparas incandescentes, sino que proviene de lámparas de descarga. Si no quieren leerse el texto enlazado, se lo resumo: son lámparas que utilizan gases de mercurio, sodio, etc., de la familia de las bombillas de bajo consumo del ministro Sebastián o los fluorescentes de toda la vida.
El ministro Blanco quiso decir otra cosa. No hablaba de bombillas de bajo consumo, propiamente dichas: ha decidido cambiarlas por LED, que tienen un consumo muy bajo; pero que no son bombillas.
Ahorraremos en gasto de energía; pero el precio de los LED es muy alto aún y el coste de sustituir todas las luminarias por modelos nuevos va a ser otro pico. Al margen de que se necesitará mucho tiempo para hacer ese cambio y para entonces puede que la crisis se haya superado o que estemos inmersos en una crisis apocalíptica y sumar la machada de pagar las luminarias nuevas va a ser sangrante.
Lo mejor es que Blanco ha terminado por contárnoslo todo. Hacen todo esto para que no suban los costes de las hipotecas. ¿A que es un genio? Pero esto no es todo.
José Luis Rodríguez Zapatero y Bej Caid Essebi (Zoubier Souissi Reuters)
Todos sabemos que el gran estadista que nos gobierna ha salido de gira por Oriente Medio, ha visitado los países del Golfo y hoy ha tenido una reunión con el primer ministro tunecino.
Era de vital importancia esa gira, ha conseguido unos eurillos por el camino para nuestras maltratadas Cajas de Ahorro, hundidas por el mangoneo de los jeques, quiero decir de los políticos autonómicos y hay que salvarlas.
Además de gran estadista, nuestro presidente es un amantísimo esposo que detesta dormir fuera de casa y procura evitarlo. Ayer voló de los Emiratos a Madrid, para descasar en su cama y hoy emprendió viaje a Túnez para entrevistarse con su homólogo, hablar de su abuelo y declarar el ferviente apoyo de los españoles a la democracia tunecina.
Eso supuso, (en estos tiempos atribulados de febriles búsquedas de métodos para ahorrar en productos derivados del petróleo) un desplazamiento extra del avión del presidente de dos mil quinientos (2.500) kilómetros, que se traducen en veinte mil (20.000) litros de queroseno o lo que es lo mismo: nos costó una cantidad que ronda los quince mil (15.000) euros el descanso nocturno del presidente. ¿A que les ha gustado tener un presidente tan casero? Ahora sí. Esto es todo.
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