Viñeta de don Antonio Mingote (ABC 23/03/2011)
Leda, la esposa del rey Tíndaro de Esparta (aunque otros autores le señalan como rey de Lacedemonia), fue seducida por Zeus trasmutado en cisne y esa misma noche yació con su esposo. Como consecuencia puso dos huevos de los que nacieron cuatro hijos: Elena y Pólux, hijos de Júpiter e inmortales y Clitemnestra y Cástor, hijos de Tíndaro,mortales.
Pólux era amante de los caballos, bondadoso y amable, de acuerdo a su naturaleza divina. Cástor era su reverso. Ambos, tras la muerte de Cástor, están unidos eternamente en la constelación Géminis.
Y la mitología se hizo carne y habitó entre nosotros. Hace siete años, un querubín con cara de no haber roto un plato, enarboló la bandera pacifista y condenó la guerra de Irak, convocó manifestaciones, desfiló tras la pancarta cuando nuestras tropas estaban ya camino de Irak, condenando la decisión del gobierno presidido por Aznar.
Entonces, muchos españoles (ya avisados por el episodio de la bandera de Estados Unidos, que pasaba ante la tribuna en el desfile del 12 de octubre, se quedó sentado ofendiendo a los estadounidenses que no asimilan la bandera a un presidente o una política, sino a la Unión) quedamos horrorizados. Era una muestra más de que el querubín tenía tanto sentido de Estado como el tonto del pueblo y era un peligro muy grave poner en sus manos una nación.
En aquella guerra no participábamos como combatientes. El tirano había sido derrocado y nuestros soldados tenían una misión clara y concreta: colaborar en la pacificación y reconstrucción del país. Además, en aquellos tiempos nuestra economía era floreciente y podíamos permitirnos el coste de la intervención.
Encaramado sobre los cadáveres de ciento noventa y dos españoles, en el peor atentado de Europa, el 11 de marzo de 2004, desde el minuto uno, el querubín maniobró para inclinar de su lado la balanza de las elecciones y consiguió su objetivo en uno de los espectáculos más tristes, bochornosos e inicuos de la historia de España.
En su discurso de investidura, condenó la guerra, habló de sus ansias infinitas de paz, extendió su manto pacifista por todo el hemiciclo y casi nos ahoga a todos los españoles con sus cursis arengas sobre su infinita bondad y pacifismo.
Tras siete años sufriendo su azote, nuestras arcas están vacías, nuestra deuda externa es ingente, nuestro tejido industrial y empresarial está devastado, tenemos más de cuatro millones de parados y un millón de ellos no reciben prestaciones porque no hay recursos. Se ha bajado el sueldo a los funcionarios, se han subido los impuestos, han encarecido los alimentos, la electricidad, los combustibles...
En los dos últimos años ha arrasado toda su política social. Su necio empeño en negar la crisis ha puesto a España al borde de la intervención y ahora es la Unión Europea la que dicta la política interna. Hemos desaparecido del panorama internacional, se ríen de nosotros hasta las gallinas y no tenemos crédito como país, gracias a la actitud cambiante de un presidente que se salta las normas a la torera, genera inseguridad jurídica y política y nadie sabe qué nueva ocurrencia nos traerá mañana.
Pólux, el que compareció en el hemiciclo para enarbolar la defensa de los desfavorecidos, la faz del pacifista, la lucha por eliminar las desigualdades y llevarnos al Edén en aquel lejano discurso de investidura, ha mutado en Cástor. Se ha convertido en un azote apocalíptico y para cerrar su ciclo agonizante, se embarca y nos lleva a una guerra que no podemos pagar, en la que no se nos ha perdido nada y que, dadas las condiciones en que se plantea, no puede ser ganada.
El genial Mingote lo resume a la perfección en su viñeta de hoy. Con un poco de suerte, mejor, con un golpe de suerte increíble, quitarán de un modo u otro a Gadafi del poder. La cuestión es: ¿Cómo podemos librarnos nosotros de este Cástor redivivo antes de que nos hunda por completo y arrase la UE?
4 comentarios:
Magnífico artículo:
"Era una muestra más de que el querubín tenía tanto sentido de Estado como el tonto del pueblo y era un peligro muy grave poner en sus manos una nación."
Así es, doña Carmen.
Castor et Pollux
Aún no comprendo por qué le votaron los españoles de buena fe. Quien quisiera mirar podía ver que era un "borderline". En fin... Con estos bueyes tenemos que arar.
Tiene usted toda la razón, Carmen, y veo con agrado que se maneja en mitología griega con total soltura. Zapatero dista mucho de ser un "dioscuro" y nunca tendrá una constelación en el cielo, como los héroes míticos. Como mucho será una estrellita, de magnitud N, en la constelación del Canis Minor,o una nebulosa en el cinturón de Orión como "caballo" en una cacharrería que es. Una "enana roja" que consume su poca energía política hasta convertirse en un agujero negro olvidado.
Un saludo, amiga.
Un saludo, Jano.
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