30/11/11

¿Expertos? ¿Qué expertos?




Abadía del Valle de los Caídos (wwikipedia.org)

Existe una comisión de expertos que está estudiando el Valle de los Caídos y ayer evacuó sus conclusiones, que se resumen en que hay que sacar a Franco de ahí y cambiar de sitio a José Antonio y transformar el Valle en un lugar de meditación.

Pregunto qué expertos; porque es cierto que el monumento tiene problemas que hay que resolver: humedades, deterioros derivados de ellas, etc.; pero parece obvio que si se tratara de ese tipo de expertos no se meterían en estos jardines. Luego seguro que tienen que ser los de la histérica Memoria Histórica.

¿Quienes son? ¿Cuántos son? ¿Cuánto nos cuestan? Porque por poco que sea un «experto» que concluye que una abadía benedictina (eso es el Valle de los Caídos) debe ser destinada a la meditación resulta carísimo. 

Las siguientes recomendaciones, aún son peores. Siguiendo una vieja tradición que recoge magistralmente Nieves Concostrina en su libro 'Polvo Eres', lo primero que recomiendan es sacar el cuerpo de Franco de allí. Eso entraña promover un expediente de exhumación que exige (si se ajusta a la ley) razones de mucho peso para abrir la tumba, que Sanidad no concede por las buenas, más si lo reclama una Administración Pública. Como su inhumación fue legal de toda legalidad, habría que justificar las razones para remover unos restos en concreto. Y además, tendría que autorizar la familia el traslado. 

Todo es una tontería zapateril clásica. Con los problemas gordísimos que tenemos en España, este asunto resulta ofensivo. Llevamos gastados veintiséis millones de euros en la memoria histórica, la mayor parte de ellos no se usó para abrir fosas, sino que fue a otros destinos que no tienen nada que ver con el asunto.

Sería bueno que entre las normas que se promulguen en el futuro esté una que responsabiliza civil y penalmente a quienes malversen fondos. Me encantaría que el coste de este informe lo pagaran Zapatero y sus ministros.


29/11/11

Van un alemán y un griego (recibido por e-mail)


INSÓLITO E HILARANTE INTERCAMBIO DE CARTAS ABIERTAS APARECIDAS EN EL PERIÓDICO SEMANAL ALEMÁN “STERN”
Hace unos meses, aparece publicada una Carta Abierta dirigida  a “Queridos griegos” por un ciudadano alemán de nombre Walter Wuellenweber, que como título llevaba:
Después que Alemania tuvo que salvar a los Bancos, ahora debe salvar también a Grecia. Los griegos que primero han hecho  alquimias con el Euro, ahora en vez de hacer economías, hacen huelgas.
Queridos griegos:
 
desde 1991 pertenecemos a la misma familia. Nosotros, los alemanes, hemos aportado como nadie otro al Fondo común, cerca de 200.000.000.000 euros, mientras que Grecia ha recibido cerca de 100 mil millones de esa suma, o sea la mayor suma per cápita que ningún otro pueblo de la UE. Nunca ningún pueblo ayudó hasta ahora voluntariamente hasta este grado a otro y por tanto tiempo.
Son Uds sinceramente, los amigos más caros que tenemos.

El caso es que no solo Uds se engañan a sí mismos, sino que también a nosotros. En esencia, Uds nunca demostraron ser merecedores de nuestro Euro. Desde su incorporación como moneda de Grecia, nunca lograron hasta ahora cumplir con los criterios de estabilidad. Dentro de U.E. son el pueblo que gasta las mayores sumas en bienes de consumo.
 
Uds descubrieron la Democracia, entonces deben conocer que se gobierna a través de la voluntad del pueblo, quien finalmente tiene la responsabilidad. No digan entonces, que solo los políticos son responsables del desastre. Nadie los obligó a evadir durante años impuestos, oponerse a cada política coherente para reducir el gasto público y nadie los obligó a elegir los gobernantes que han tenido y tienen.

Los griegos son quienes nos han mostrado el camino de la Democracia, de la Filosofía y de los primeros conocimientos de Economía Nacional. Pero ahora nos muestran un camino equivocado. Y donde Uds ya han llegado, no va más allá!!
 
 
A la semana siguiente, STERN publica una Carta Abierta de un griego, dirigida a Wuellenweber:
 
Querido Walter:
 
me llamo Georgios Psomás. Soy funcionario público y no “empleado público” como despectivamente, como insulto, se refieren a nosotros mis compatriotas y tus compatriotas...

Mi sueldo es de 1.000 euros. Por mes, eh! No vayas a pensar que son por día, como te quieren hacer creer en tu país. Fíjate que gano una cifra que  ni siquiera es inferior en 1.000 euros a la tuya que es por varios miles.

Desde 1991, tienes razón, pertenecemos a la misma familia. Sólo que nosotros les hemos concedido en exclusividad a Uds un montón de privilegios, como ser los principales proveedores del pueblo griego de tecnología, armas, infraestructura (2 autopistas y dos grandes aeropuertos internacionales), telecomunicaciones, productos de consumo, autos, etc. Si me olvido de algo perdóname. Te señalo que dentro de la UE somos los mayores importadores de productos de consumo que elaboran las fábricas alemanas.

La verdad es que no hacemos responsables solo a nuestros políticos por el desastre de Grecia. Contribuyeron mucho algunas grandes empresas alemanas, las que pagaron enormes "comisiones" a nuestros políticos para asegurarse los contratos, para vendernos de todo, y unos cuantos submarinos fuera de servicio,  que puestos en el mar, quedan tumbados  de costado en el mar.

Yo sé que aún no das crédito a lo que escribo. Ten paciencia, espera, lee toda la carta y si no llego a convencerte, te autorizo a que me eches de la Eurozona, ese lugar de la VERDAD, de la PROSPERIDAD, de la JUSTICIA y de lo CORRECTO.

Estimado Walter, pasó más de medio siglo desde que la 2da Guerra Mundial terminó, ES DECIR MÁS DE 50 AÑOS, desde la época en que Alemania debería haber saldado sus obligaciones con Grecia. Estas deudas, QUE SOLO ALEMANIA hasta ahora se resiste  a saldar con Grecia, (Bulgaria y Rumania han cumplido en  pagar las indemnizaciones estipuladas), consisten en :

1.       Una deuda de 80.000.000 de marcos alemanes por indemnizaciones, que quedó impaga desde la Primera Guerra Mundial
2.       Deudas por diferencias de clearing, en el período entreguerras, que asciende hoy en 593.873.000 dólares USA.
3.       Los préstamos obligados que contrajo el III Reich a nombre de Grecia durante la ocupación alemana, que ascendieron en 3,5 mil millones de dólares durante todo el período de ocupación.
4.       Las reparaciones que debe Alemania a Grecia , por las confiscaciones , persecuciones, ejecuciones y destrucciones de pueblos enteros, rutas, puentes, líneas ferroviarias, puertos, que produjo el III Reich,y  que según lo dictaminado por los tribunales aliados, asciende a 7,1 mil millones de dólares, de los cuales Grecia no vio un billete aún.
5.       Las inmensurables reparaciones de Alemania por la muerte de 1.125.960 griegos (38.960 ejecutados, 12.000 muertos como daño colateral, 70.000 muertos en combate, 105.000 muertos en los campos de concentración en Alemania, 600.000 muertos de hambre, etc. etc.)
6.       La tremenda e inmensurable  ofensa  moral ocasionada al pueblo griego y a los ideales humanísticos de la cultura griega.

Sé muy bien, amigo Walter, que no te debe gustar para nada lo que te escribo. Lo lamento, pero más me molesta lo que Alemania quiere hacer conmigo y con mis compatriotas. En Grecia operan 130 empresas alemanas, dentro de las cuales se incluyen todos los colosos de la industria de tu país, las que tienen ganancias anuales de 6,5 mil millones de euros.

Muy pronto Walter, si la cosa sigue así, no podré comprar más productos alemanes, porque cada vez tengo menos dinero. Yo y mis compatriotas crecimos siempre con privaciones, lo vamos aguantar, no te hagas problema. Podemos vivir sin BMW, sin Mercedes, sin Opel, sin Skoda. Dejaremos de comprar productos de Lidl, de Praktiker, de IKEA.
Pero Uds, Walter, ¿cómo se las van a arreglar con  los desempleados que dejará esta situación que por ahí los obligue a bajar su standard de vida, sus autos lujosos, sus vacaciones al exterior, sus excursiones sexuales a Tailandia?

 
Uds (alemanes, suecos, holandeses, y restantes “compatriotas” de Eurozona) pretenden que nos vayamos de Europa, de la Eurozona y no sé también de donde más.
Creo firmemente que debemos hacerlo, para salvarnos de una Unión que es una banda de especuladores financieros, un equipo en el cual jugamos, si consumimos los productos que Uds ofrecen: préstamos, bienes industriales, bienes de consumo, obras faraónicas, etc.

Y finalmente Walter, debemos “arreglar” otro tema importante, ya que vosotros también, sois deudor de Grecia:
 
EXIGIMOS QUE NOS DEVUELVAN LA CIVILIZACIÓN QUE NOS ROBARON!!!

Queremos de vuelta a Grecia las inmortales obras de nuestros antepasados, que guardan en los museos de Berlín, de Munich, de París, de Roma y de Londres.

Y EXIJO QUE SEA AHORA!! Ya que si me muero de hambre, me quiero morir al lado de las obras de mis antepasados.

Cordialmente.

Georgios Psomás

Si yo tuviera una buena escoba



La Casa Blanca


Ayer Barak Obama se reunió con varios mandatarios europeos y les exigió que resolvieran el problema de la economía europea porque, según declaró, nuestras turbulencias están perjudicando la economía americana.

Ayer mismo, el Juez Jed S. Rakov, del distrito de Manhattan, frenó el acuerdo del Citibank con la SEC mediante el cual se cerraban las investigaciones sobre la comercialización de activos tóxicos, causa de la crisis que ahora pagamos todos.

Se ve que Barak Obama se mueve en la misma onda que el PSOE: los problemas que atraviesan uno y otros se deben a que terceras personas hacen las cosas mal. Obvia su incapacidad para llegar a acuerdos con los republicanos para resolver el problema del déficit americano, que está causando serios problemas en los Mercados, del mismo modo que nuestros socialistas son incapaces de reconocer que fueron sus políticas, su gamberrismo institucional durante los siete años de legislatura, los que acabaron pasándoles esta cuantiosa factura. 

Sin crisis hubiera sido igual. Puede que hubiera ocurrido un poco más tarde; pero que estaban llevando al país a la ruina era un hecho incontestable y puede que tengamos que agradecer a Lehman Brothers que hayan desatado el huracán a tiempo para salvarnos.

Si yo tuviera la escoba adecuada, barrería toda esta casta de incompetentes y seguro que procuraría darles algún escobazo bien disimulado durante la operación. Porque se lo han ganado.

28/11/11

Si yo tuviera influencia



Plaza Postdam, Berlín. Cúpula del edificio Soni.

Una de las claves del resultado de las elecciones está en el deseo de la recuperación de los valores tradicionales.

Se ha logrado, en principio; pero es solo un paso. El Gobierno va a tener que atender cuestiones más urgentes para sacarnos del pozo y somos los ciudadanos quienes hemos de trabajar para lograr otros cambios.

Hace un par de semanas, una iniciativa en Twitter ponía en el punto de mira la telebasura y el clamor social lograba que los anunciantes retiraran su publicidad de un programa nefasto.

Si yo tuviera influencia, extendería esa política a todos los ámbitos en los que anida una tendencia de premio a la chabacanería y la deslealtad; donde individuos que no son nadie, que no valen nada, medran gracias a la desvergüenza, el desconocimiento esencial de los principios elementales de la ética, la sustitución de la competencia y preparación por la des inhibición plena a la hora de medrar vendiendo productos infumables envueltos en celofanes oportunistas.

Vale para programas de tele basura. Vale para ministros que, en lugar de esperar a que la técnica avance y presente en el mercado productos competitivos, optan, por ley, por cambios que nos cuestan más de lo que podemos pagar en aras de una supuesta (y falsa) ecología,  ofreciéndonos lámparas de bajo consumo que nos sumen en las tinieblas en poco tiempo o paneles solares que encarecen de forma dramática el precio de algo tan básico para el éxito económico del país como es la electricidad y comprometen para varias generaciones nuestra competitividad.

Si yo tuviera influencia, lograría que los responsables de todos  esos programas que introducen en la sociedad el germen de la perversidad, pagaran por el daño en forma de cuantiosas indemnizaciones. Tan cuantiosas o más que las de los presidentes y ministros que nos arruinaron con políticas de gasto insensato, con operaciones de enfrentamiento, con la inoculación en la sociedad de un veneno que nos informa de que el dinero público no es de nadie (cuando la mayoría de los trabajadores por cuenta ajena dedican, entre tres y cinco meses de cada ejercicio anual a trabajar para aportar al Estado ese dinero «que no es de nadie» que se dilapida sin compasión hacia quienes lo producen) fomentando la política individual de la irresponsabilidad.

Si yo tuviera influencia, haría lo imposible porque los ciudadanos entendamos que cada céntimo gastado en medicinas está sufragado por un grupo de compatriotas que hacen números cada mes (unos con más angustia que otros) para pagar sus cuentas y ajustar sus gastos con el fin de lograr un pequeño ahorro, con lo que, por respeto a su esfuerzo, no deberíamos acudir a los servicios médicos cuando estornudemos; porque hace falta que pase un día o dos en la mayoría de los casos para poder diagnosticar si se trata de un catarro común, que se cura con un ponche y unas aspirinas o estamos ante una infección más grave de las vías respiratorias. 

En muchos casos, el tratamiento prescrito es poco costoso y podemos afrontarlo sin que sufra lo más mínimo nuestra economía. Frente al derecho a la gratuidad, está el deber de proteger el sistema, comprender que esos seis euros del antibiótico para nosotros no son nada, para otros son un mundo y quienes tenemos la suerte de abonar ese costo sin el menor daño, estamos obligados a aligerar en la medida de nuestros recursos las cargas comunes para minimizar los costes.

Si yo tuviera influencia, haría cuanto estuviera en mi mano para que todos comprendiéramos que aunque tengamos derecho a algo, la Hacienda Pública es asunto de todos nosotros y hemos de aplicar criterios estrictos, tanto para exigir una administración rigurosa, como para hacernos cargo de algunos gastos que no nos perjudican nada a nivel particular; pero son vitales para liberar cantidades ingentes de recursos «tacita a tacita». 

Porque tarde o temprano, por desgracia, incluso los que hayamos conseguido ahorrar a lo largo de nuestra vida, contraeremos una enfermedad que supondrá grandes gastos que superarán lo que podemos costear, deberá asumirlos la Sanidad Pública y será bueno que cuando eso ocurra, haya un gran número de ciudadanos empeñados en aligerar de cargas las partidas sanitarias, para que no haya riesgos de que el Estado no disponga de los recursos necesarios para financiar nuestro tratamiento.

Si yo tuviera influencia, trabajaría sin descanso para conseguir que toda España entendiera que todos y cada uno de los españoles somos responsables de «lo público» y debemos empeñarnos en cuidarlo, exigir responsabilidades, colaborar con honradez, trabajar con honestidad para erradicar toda esa casta de vividores que minan nuestra moral en las comunidades de vecinos, los medios, las instituciones, los gobiernos municipales, autonómicos, nacionales, comunitarios e internacionales. 

Si yo tuviera influencia, hasta la ONU tendría que tentarse la ropa y corregir su conducta, consciente de que los ciudadanos vigilan cada uno de sus pasos a través de sus organizaciones cívicas.

Por desgracia, no tengo ninguna influencia, por grande que sea mi voluntad.

27/11/11

Si yo fuera Rajoy





Si yo estuviera en su lugar, no tocaría la prensa ni asomaría a ningún Medio para informarme de lo que se publica: me concentraría en el trabajo diario que diseñé en el periodo en el que contemplé qué medidas tomaría si ganaba las elecciones.

No estaría ajena, sería suicida, a la información; pero tendría un equipo eficiente ocupado en el rastreo de los Medios, que filtraría las noticias de cada día y me haría llegar solo aquellas que me interesan, aislándome de la presión de los que se empeñan en marcarme ritmos que son contrarios, no ya a mis intereses, sino al interés general.

Con ese estricto grupo de noticias válidas, me movería en el diseño de mi estrategia; pero centraría el grueso de mis fuerzas en el análisis de los datos que van recabando mis colaboradores, consciente de que no son del todo fiables, que ocultan partidas y esconden trampas mortales, para elaborar mi proyecto, el que debo presentar en la Sesión de Investidura, que me conviene que sea lo más riguroso que quepa, pese a que sé que ese objetivo, con la tropa que tengo enfrente, es inalcanzable.

Esa es la única vía segura para hacer mi trabajo con tranquilidad, aislada del mundanal ruido, centrada en lo importante, a salvo de las presiones perversas (o bienintencionadas; pero letales en su ingenuidad), que reclaman respuestas y declaraciones extemporáneas en un cabeza de lista que, por ahora, no es más que un potencial; porque cabría que en un acto inimaginable en la realidad, pero posible en la configuración legal del sistema, en el momento clave, un grupo nutrido de congresistas electos por el PP decidieran votar a Rosa Díez, por poner un ejemplo, y todas las expectativas del cabeza de lista naufragaran ante una decisión  posible en el marco de las normas electorales.

Necesitamos como comer recuperar las expectativas legales que nos ofrece nuestro Ordenamiento Jurídico. Clamamos por el respeto a la Ley y las seguridades jurídicas que necesitamos para recuperar la fe en el sistema. La normativa que rige el traspaso de poderes no tacha la filtración previa de las decisiones del presidente electo sobre su equipo; pero deja claro que la buena práctica del respeto a la Ley es aquella que le reserva al Rey la primicia de la formación de Gobierno y es bueno para el extenso colectivo de españoles que sufrimos todos estos malditos años la visión de la vulneración del fondo y la forma de los actos políticos y de Gobierno, incluso de la actividad legislativa, la visión de esta resistencia numantina a las presiones que ejercen Medios «indocumentados», Medios presuntamente perversos y una fauna variopinta, en su mayoría bienintencionada.

25/11/11

La increíble maternidad de Soraya



Soraya Sáenz de Santamaría. (pp.es)


Una de las mayores aspiraciones del feminismo español, plasmado en una normativa legal que permite que los hombres pidan un periodo para atender a sus hijos, fue que los hombres asumieran la responsabilidad del cuidado de sus hijos recién nacidos y no fuera siempre la mujer quien se quedara en casa, perjudicando su carrera profesional.

Soraya Sáenz de Santamaría dio a luz el pasado día once. Su marido, Abogado del Estado, pidió permiso de paternidad y ella, el día veintiuno, estaba ya trabajando con normalidad coordinando el traspaso de poderes. Al parecer, tienen un aya experta que les ayuda en el cuidado del niño. Parece que todo es impecable y que las feministas deberían estar dando palmas con las orejas, ¿no?

Hoy aparecen dos artículos en 'El País' en el que (aunque no formulan una censura abierta), sí dejan clara la cuestión que plantean: la decisión de Soraya va a perjudicar a muchas mujeres anónimas e indefensas ante sus voraces y malvados jefes que las van a obligar a reincorporarse de inmediato alegando que si Soraya pudo, ellas también pueden.

No me digan que no es alucinante. 

23/11/11

Sombras alargadas de otoño






El repaso de la prensa local suele ser descorazonador. Las contiendas que recoge suelen estar asociadas a las subvenciones y clientelismo  institucional  reveladores descarnados de un panorama que evidencia la magnitud del pozo en el que estamos sumidos.

Es vieja la tradición en nuestra tierra de vivir de las instituciones públicas o privadas. El Ingeniero Adaro, hace un siglo largo, ya se asombraba de la escasa iniciativa de los asturianos para aprovechar la presencia de una industria potente para desarrollar actividades de apoyo en torno a su producción, que generarasen una industria complementaria. Mientras los vascos se caracterizaban, por poner un ejemplo, por poner en marcha talleres especializados en reparar las armas defectuosas que salían de la fábrica o idear herramientas sencillas que resolvieran algunos de los problemas que aparecían en la gran empresa y podían ser resueltos con soluciones sencillas, los asturianos rechazábamos todas esas oportunidades y nos conformábamos con obtener un puesto de trabajo en la industria, sujeto a un horario preciso a cambio de un salario tan seguro como modesto y rechazábamos explorar alternativas derivadas de servicios a la gran empresa matriz que podían suponer ingresos muy elevados a cambio, eso sí, de una actividad exigente, sin horarios, orientada en cuerpo y alma a exprimir esa ubre fecunda en beneficio propio.

Asturias tiene un gran potencial; pero no sabe explotarlo. Un ejemplo: hago el mejor chosco del universo mundo y tengo a mano en mi entorno una nutrida red de vecinas expertas en la elaboración de este embutido. No llegan a mi virtuosidad; pero sé que si monto una empresa y dirijo la producción, mi producto será excelente.

Si tengo madera de empresaria de calidad, lo primero que haré será ahorrar o pedir un crédito para que me hagan un estudio de mercado que me oriente sobre los puntos en los que tendrá una acogida favorable mi producto y me informarán de los niveles de producción que debo alcanzar para abrir brecha en el mercado que me acogerá con facilidad.

El siguiente paso es valorar los retornos potenciales que va a proporcionarme ese mercado, para definir el nivel de producción que tengo que afrontar. Eso supone unos costes iniciales de puesta en marcha, créditos a obtener para afrontar las instalaciones de producción y búsqueda de socios que apuesten por mi idea y acepten invertir un capital para sacar adelante el proyecto. 

Si consigo involucrar un grupo de inversores suficiente, no sólo podré poner en marcha la empresa, sino que su continuidad no estará condicionada por los avatares políticos de las Administraciones Públicas. Si acierto y vendo lo que espero en los cálculos más modestos, para cubrir costes y obtener un margen de ganancia que me permita mantenerme, estaré en el buen camino. Basta que el tiempo y el boca a boca o una publicidad modesta y bien elegida, me permita ampliar mi mercado. A partir de ahí, estará en mis manos el índice de crecimiento. Conforme amplíe el abanico de la demanda, con trabajo ingente y sacrificio, mi capacidad de crecimiento aumentará y paso a paso, podré consolidar una empresa floreciente.

El problema es que aquí las cosas no funcionan así. Si tengo  un proyecto de negocio voy a la Consejería correspondiente y me informo de qué tengo que hacer para que me concedan una subvención. Si consigo que me la den, no lucho por independizarme, si logro triunfar, aunque sea modestamente, en el mercado para independizarme incorporando socios particulares que apuesten por mi negocio. Sigo atada a las subvenciones, lo más cómodo y tarde o temprano llegará una crisis que obligue a la Administración a reducir costes con criterios draconianos que reduzcan o eliminen los fondos que venía percibiendo y tendré que cerrar.

Ese es el gran reto de Asturias: que los empresarios modestos que contemplan la puesta en marcha de proyectos, lo hagan relegando a las cotas mínimas la ayuda de la Administración del Principado. Que, aunque acudan a ella para obtener esa primera financiación inalcanzable en otros ámbitos, como la banca, se sacudan lo más pronto posible esa fuente, conscientes de que es más seguro recurrir a la inversión privada que a los estamentos oficiales.

Mientras no liquidemos esa mentalidad proteccionista, que entraña pan para hoy y hambre para mañana, no lograremos despegar como sociedad industrial y estaremos condenados al clientelismo y la parálisis derivada del instituto de la subvención que es la antítesis de creación de riqueza y fomento de la producción estable y duradera.

22/11/11

Reflexiones del día después





Es muy divertido recorrer el análisis que hacen los «politólogos» de la prensa en el día de hoy, emborronando papel cantando las excelencias del presidente electo.

Las hay para todos los gustos, aunque primen las que, olvidando los palos que le dieron por su «cachaza», ven en el día de hoy las excelencias de esa estrategia de desgaste, tan poco lucida; pero tan magistral en su ejecución, que hizo posible volver contra sus enemigos el famoso cordón sanitario y la demonización de la derecha crispadora. Un genio, coinciden todos. Pues vale.

La cuestión, en mi opinión, es más simple. Imagine que es usted muy rico, que tiene tantas propiedades e intereses que necesita un equipo que administre y gestione con éxito el potencial de su fortuna. ¿Elegiría usted a un personaje frívolo, amante de los experimentos, que le ofrece encanto y afabilidad o a un individuo serio, poco imaginativo, tal vez; pero que le garantiza seriedad y rigor en la administración?

Puede que en una etapa de gran florecimiento, esté dispuesto a probar cosas nuevas; pero cuando arrecian las tempestades y su fortuna corre peligro, pasaportará al embaucador y elegirá al que demuestra que es responsable y trabajador, aunque no tenga eso que se llama carisma.

Lo del carisma es engañoso. Los medios de comunicación nos lo venden como una fórmula que aúna una dosis de belleza, una pizca de encanto, un gran lote de capacidad para enardecer a las masas y llevarlas donde pretenda prendidas en su encanto.

Eso es la teoría; pero la práctica es más prosaica. Tiene carisma aquel que, en un momento concreto, reúne todas las características necesarias para convencer a los demás de que es la persona adecuada para alcanzar los objetivos perseguidos.

Hoy muchos intentan explicar por qué se mantiene la prima de riesgo tan alta, pese a los resultados electorales y baja la bolsa. Si se siguen todas las opiniones, se puede componer un abanico muy amplio, casi exhaustivo, de las razones por las que pasan las cosas que están ocurriendo. Si se para uno a analizar los datos, aparece nítida la base del problema.

No hay liderazgos, en el sentido de que, quienes detentan el poder a la hora de tomar decisiones en la coyuntura que afrontamos, adolecen de carencias básicas, pese a que, en algunos casos, reúnan todas las condiciones para ostentar la condición de paradigma de la figura del líder.

El primer factor es el de la carencia de una preparación sólida que permita elegir el mejor equipo para atajar los problemas que aparecen. Los líderes buscan más la afinidad ideológica con los miembros de los equipos que articulan, que con la eficiencia de los elegidos en términos objetivos.

El segundo está en la pérdida de valores en la sociedad. Cada cual busca su fortuna, su minuto de gloria, su lucimiento, no trabaja en interés de la sociedad, sino defendiendo sus intereses. Esto no es malo, es la base del capitalismo; pero hasta hace unas décadas bajo esa postura egoísta y legítima de obtener el mayor beneficio de las inversiones había una postura ética que constituía una garantía de gran  valor; porque los mercaderes (da igual que hablemos de comerciantes, banqueros, intermediarios o representantes de firmas) cifraban el éxito a largo plazo de su negocio en la confianza de sus clientes, en la certeza de estos de que no les ofrecerían nada que entrañara riesgos imprevistos y en el caso de que los hubiera, serían advertidos de antemano para que pudieran decidir si les compensaba correrlos, o no.

Todo eso se ha acabado. En Europa no hay un liderazgo potente formado por dirigentes que tienen una visión amplia de los problemas que afrontamos, de las múltiples variantes que plantean, cómo enfocarlos, cómo reconducirlos para resolverlos con éxito. En Estados Unidos, las cosas no van mejor. Republicanos y Demócratas andan a la greña, más interesados en los réditos políticos que en resolver la delicada situación en la que se encuentran con el problema del déficit. Unos y otros se apresuran a echar las culpas de la crisis a otros, en lugar de concentrarse en analizar qué están haciendo mal, qué errores han cometido, siguen cometiendo y cometerán en el futuro, si no cambian de estrategia.

Ahí estriba la clave del éxito de Rajoy: ofrece la imagen de una persona honesta y sincera, que no entra en contiendas estériles, poco dado a culpar a otros de los contratiempos, que parece tener una idea muy clara de cuáles son los problemas y cuál es el camino que hay que seguir para resolverlos. No ofrece milagros, solo trabajo, fórmulas en las que cree, que saldrán bien o no, el tiempo lo dirá. Lo que no le niega nadie, ni siquiera sus peores enemigos, es la condición de honesto. Hará en todo momento (con acierto o no, insisto), lo que considere que resulta más adecuado para sacarnos del pozo, sin que distorsione su visión la ideología, los prejuicios o el ansia de alcanzar réditos personales, por encima de cualquier otro interés.

Ese es su carisma. Tras tantos años de engaños e ingeniería social, lo que queremos en el Gobierno es un señor con aspecto de contable escrupuloso que sanee las cuentas y nos diga cuáles son los problemas que van surgiendo, su alcance real, los riesgos que entrañan y qué caminos ve para resolverlos. 

No se puede pedir más. Es todo lo que necesitamos; porque los que tenemos que resolver el problema somos los ciudadanos. Los políticos sólo pueden diseñar una escenografía lo más favorable posible para que fluya la trama de nuestra labor sin obstáculos y con la mayor agilidad posible. Parece que ese apartado lo tiene claro y solo nos queda esperar para ver si es capaz de crear ese clima ideal para que nuestro trabajo y nuestro sacrificio corone las metas que perseguimos.

21/11/11

La mentira y la impostura, claves en los resultados electorales






El Partido Popular ha obtenido ciento ochenta y seis (186) escaños en las elecciones celebradas en el día de hoy.

Un grupo de analistas explica la victoria arrolladora de los populares como la obtención de una fruta madura que cae en sus manos sin esfuerzo, limitándose a largar cuerda para que el oponente se ahorque solo. Otros lo explican como el resultado de la paciencia y la perseverancia del candidato.

Yo tengo otras explicaciones. Por un lado, a lo largo de estos larguísimos siete años y medio, frente a la mendacidad y la inconsistencia del equipo que gobernaba España, Rajoy, en sus debates parlamentarios se perfiló una y otra vez como un orador brillante que enfrentaba la sensatez y el juicio certero en el análisis de los problemas a la frivolidad del Presidente pertinaz en el hábito de mentirnos a los españoles por sistema.

Los medios afines pudieron disfrazar la realidad durante mucho tiempo, tachar a Rajoy de muchas cosas y destrozar su imagen ante los ciudadanos; pero llegó la hora de la verdad, el momento en el que la crisis económica demostró que todo lo que vaticinara ese hombre gris y poco carismático eran verdades como puños y que las cosas nos habrían ido menos mal si le hubiéramos hecho caso. 


La otra clave de Rajoy fue la presencia femenina. Cospedal, Mato, Sáenz de Santamaría, Barberá... El Presidente feminista nos abochornó con la cuota: De la Vega: una verdulera infumable, incapaz de hilvanar un argumento, despachaba los trámites entre insultos y descalificaciones, sin responder nunca a las cuestiones planteadas. Magdalena, alias Maleni, el horror. Salgado, una mujer sin personalidad que aparenta un mínimo cociente intelectual, aunque viste muy bien y resulta un florero muy decorativo. Pajín y Aído, una vergüenza insufrible  para toda mujer que se respete. 


El PSOE mostraba su desprecio por las mujeres elevando a las más altas instancias ejemplares impresentables, mientras el PP, enemigo de las cuotas,  nos consolaba seleccionando un plantel de profesionales de tal nivel de competencia, que fueron capaces de sortear todas las trampas del PSOE, poner en evidencia a María Teresa y a Alfredo, diseñar campañas sin errores (al contrario que Valenciano, que ha batido todos los récords) y llenarnos de orgullo a todas las mujeres en igual medida que nos abochornaban las ninfas de cuota del PSOE.

Las circunstancias nos llevaron a entender que es mucho más importante la sensatez y la templanza a la hora de elegir al administrador de nuestro país, que la oferta tan sugestiva y engañosa de unos cambios evanescentes, cuando las maniobras de ingeniería social practicadas por nuestro Gobierno demostraron que nos habían destrozado en todos los frentes: económico, social, institucional e internacional.

Nada quedaba en pie en el imaginario colectivo. La divisa del Gobierno había sido la crispación, el enfrentamiento, las políticas excluyentes, la manipulación del pensamiento y la opinión de los ciudadanos. 

Llegó la campaña y Rajoy optó por dirigirse a los ciudadanos trazando las grandes líneas maestras de su programa. Sin demasiado detalle, consciente de que lo que podía encontrarse cuando tomara posesión del cargo podía ser tan grave que transformaría en quimeras imposibles las promesas electorales más razonables y, sobre todo, que ahora no gobernaría con la independencia normal en todo Presidente de Gobierno, sino que tendría que plegarse a las disposiciones de otros dirigentes; porque estamos intervenidos de hecho.

Frente a esa actitud tranquila, centrada en los temas que nos preocupan a los ciudadanos de a pie, Rubalcaba optó por mantener  las claves de bochorno del electorado femenino con la elección de una incompetente irredenta que le destrozó la campaña y consagró una vez más la estrategia de la crispación. 


No nos habló de su programa, de lo que pensaba hacer si era elegido, optó por explicarnos un supuesto plan oculto del PP, sacó a pasear los mostrencos de lo peor de nuestro pasado, ocultó a quien, a fin de cuentas era su último y más relevante mentor, el que le había otorgado las cotas de poder más altas que había conocido hasta que fue llamado por Zapatero, en una maniobra de deslealtad, no por natural en él menos abrumadora, al exhibir la descomposición orgánica del partido que le apoyaba amén de mantener una línea de continuismo con el «pensamiento Alicia» del gobierno en el que fue ministro plenipotenciario, que nos exasperó.

Me consta que muchos fueron hoy a votar ansiosos de darle una tunda antológica al candidato y su partido. La razón era que su campaña, tratando como idiotas a los votantes, sacando a pasear las consignas felipistas del '96: «que viene la derecha, cuidaos de ese riesgo porque van a aniquilar las prestaciones sociales, dejaros en a la intemperie y necesitáis que nosotros sigamos cuidando de vosotros para protegeros», cuando no podíamos tener más pruebas de que en sus manos corríamos peligro de que quedara aniquilado el estado de bienestar fue una bofetada difícil de soportar.

No se nos dio ocasión de patear a Zapatero; pero la campaña de su heredero generó un odio e inquina aún mayor en muchos estamentos sociales, que el que despierta el aún Presidente. El deseo de partirle la cara al candidato de PSOE nubló demasiadas mentes y eso explica el resultado.

Estoy muy contenta de que haya sufrido una derrota tan apoteósica, la que merece, la que hacía falta para enterrar la carrera política de esa figura oscura y truculenta, que, al final, resultó que ni era listo ni sabe administrar los tiempos ni es digno de temor.

Lo lamentable es que esa crispación, ese deseo de partirle la cara que experimentaron los ciudadanos de España de este a oeste y de norte a sur, resultó clave para que, en Asturias, primara la víscera sobre la razón. Era necesario que el electorado se sustrajera de ese deseo, legítimo e impecable, para considerar los problemas que tenemos con el 'Pacto de la Zorera' y votáramos en masa al único que puede dinamitarlo y devolvernos a la normalidad. 

Por desgracia, no ocurrió; pero sería muy saludable para todos que los políticos del Principado analizaran con lupa los resultados. El PSOE cosechó un éxito relativo. No sufrió un descalabro tan clamoroso como en otros sitios, gracias, entre otras cosas, al votante gijonés; pero deberían considerar que tuvieron que esconder a su líder en campaña.

El PP, en términos absolutos, también sufrió un detrimento en beneficio del Foro en la región. Hay un voto de castigo, discreto; pero evidente, a la actitud que mantienen PP y PSOE aliándose para laminar al Foro.

Se equivocarían mucho si hicieran una lectura de resultados considerando que el sentido del voto de los asturianos se centró en la política local. No tengo ninguna duda de que si Foro convocara dentro de un mes elecciones, el descalabro del PP y el PSOE iba a dejar en mantillas el éxito del PP a nivel nacional, esta vez con Foro como verdugo.

20/11/11

Impostación sentimental



Santiago González. La Esfera de los Libros.

El zapaterismo, tal como nos cuenta Santiago González en su libro, se caracteriza por la impostación del sentimiento al dirigirse al ciudadano. Las palabras, en este universo, como en el de Alicia en el País de las Maravillas (no en vano calificó Gustavo Bueno a Zapatero como el ejemplo vivo del «pensamiento Alicia), están al servicio de la política, o lo que es lo mismo: las palabras significan lo que quiere quien manda. 

Una de las características de la comunicación en este país de fantasía que hemos soportado todos estos años es el uso del pleonasmo a diestro y siniestro. Los usos académicos del lenguaje y la esencia misma de la tendencia de los hablantes es la economía. Lo ideal es usar el mínimo de palabras para expresar las  ideas; pero en el universo socialdemócrata los adjetivos se amontonan en el discurso, se dice ciudadanos y ciudadanas, hombres y mujeres, miembros y miembras, no sólo pateando el idioma, sino creando una escuela de mal uso que, como he sostenido en muchas ocasiones, sólo demuestra la ignorancia del grupo.

Hoy le meto mano a un ejemplo significativo, tanto de las lágrimas socialdemócratas, como del abuso del pleonasmo, a cuento de unas declaraciones de don José Blanco hace unos días. El inefable ministro de Fomento y portavoz del Gobierno, declaró:

«El ministro de Fomento y cabeza de lista del PSOE por Lugo, José Blanco, confesó que se siente "dolido personalmente" porque el empresario Jorge Dorribo, el principal imputado en la conocida como Operación Campeón, le "jugó una mala pasada", al verter contra él "unas falsas acusaciones" en relación a un supuesto cobro de comisiones ilegales a cambio de interceder ante ministerios para obtener subvenciones o agilizar trámites.»

Es obvio que el dolor es algo subjetivo. Cuando otro sufre, se puede sentir compasión; pero por mucho que deseemos aliviarle haciendo nuestro su padecimiento para que descanse, su dolor es personal e intransferible. Nadie puede sentir por él ese dolor, luego decir que está dolido personalmente, es una muestra de pleonasmo de libro; pero... 

Creo que habría que crear en esta figura una sub-especie específica que podría catalogarse como el pleonasmo blanquiano, por el particularísimo y abundante uso que hace nuestro ministro de Fomento de una figura que en su «pico de oro» adquiere dimensiones nada literarias.

Para los que me leen desde otros lugares del mundo les dejo un poco de información de las causas por las que el ministro está dolido personalmente

Todo empieza con la llamada 'Operación Carioca'. De esas investigaciones nace un nuevo sumario: el 'Caso Campeón'. Como consecuencia de la delicada situación procesal del empresario Jorge Dorribo decide colaborar con la Juez, cuenta todo lo que sabe, muestra documentos que concuerdan con el contenido de conversaciones que recogió la Policía que investiga el caso en las escuchas que se hicieron bajo autorización judicial durante la investigación. Cuando considera que los indicios de criminalidad son suficientes y dado que la condición de aforado del ministro obliga a que toda investigación de sus actividades presuntamente delictivas sea competencia del Tribunal Supremo, la Juez Estela San José da traslado al Supremo. 

Es normal que esté dolido, muy dolido personalmente con el empresario. Y, además, debería de estar muy furioso personalmente porque esto, sea cual sea el desenlace final, ha supuesto un duro revés en su carrera política. También es posible aventurar que estará muy preocupado personalmente por las consecuencias penales que puedan derivarse del sumario, si la gravedad del marco en el que arranca la operación es una muestra representativa de los problemas que, presuntamente, puede encarar personalmente cuando concluya la investigación del Supremo.

Le deseamos un feliz desenlace, señor Blanco. No tanto por usted, como por la salud de nuestro sistema político; porque el honor de España está en manos, sobre todo, de sus hombres públicos.

19/11/11

Jornada de reflexión






Parecía que no iba a llegar nunca el día en el que terminara la pesadilla de los candidatos en sus mitines; pero, al fin, podremos descansar de este pesado bombardeo de mensajes.

El maratón terminó con una instantánea muy clara: Mariano Rajoy no ha sido capaz de contener su euforia ante el éxito que ha ido percibiendo en cada jornada, avalado por las poco fiables encuestas y ha dejado que se le desbordara la euforia.

Rubalcaba, dejó una instantánea para la historia que rubrica su constante desacierto, intentando hacer un chiste que demuestra que no es consciente de la percepción que tenemos los españoles de nuestra situación: «Rajoy intentó ganar hace cuatro años con la niña y ahora va a intentar hacerlo con la prima».

El chiste no puede tener menos gracia; pero lo peor no es que sea malo: lo grave es que quien lo profiere no es consciente de que los españoles nos angustiamos ante la deuda que estamos contrayendo, que caerá sobre nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, hipotecando nuestro futuro durante décadas y tenemos muy claro que esa prima no es más que el fruto de la pésima política de un Gobierno en el que él fue todopoderoso.

Tanta frivolidad duele. Entendemos que esté saturado, muy cansado, que a cualquiera se le puede calentar la boca; pero hay una cosa evidente: un estadista sabe que las palabras han de ser medidas al milímetro porque son armas que se vuelven contra quien las profiere en cuanto se le da ocasión y que un político de talla no menta nunca un dato que constituye uno de sus peores lastres ante el electorado.

Tanta paz se lleven como nos dejan. Se ha acabado la campaña electoral que se inició en abril y no ha dejado de agobiarnos hasta el día de hoy. Los políticos deberían empezar a comprender que la evaluación de los ciudadanos se gesta durante muchos años, observando los aciertos y errores, las actitudes y aptitudes que han ido mostrándonos unos y otros y que en la campaña, quien no haya hecho bien sus deberes antes, no puede corregir el resultado como los malos estudiantes, con un atracón final, de mitin en mitin. 

Los ciudadanos tenemos muy claro que las promesas de campaña son cebos envenenados, mentiras flagrantes o verdades a medias llamadas a seducirnos y que el único antídoto para contrarrestar el veneno es analizar lo ocurrido cuando unos y otros no se jugaban el voto y ejercían sus responsabilidades ajenos a nosotros.

Dios (incluso los dioses pretéritos, aún los que ya no recordamos que hayan existido, si es necesario invocarlos) proteja a España. Necesitamos milagros para salir de la pesadilla en la que estamos inmersos, sin olvidar que Dios ayuda a quien se ayuda. Como decía un famoso escritor: la inspiración existe; pero debe encontrarte trabajando. Eso es lo que nos espera: trabajar como nunca para generar riqueza, crear puestos de trabajo, pagar nuestra ingente deuda y salir adelante.

18/11/11

Comederos



Pulse para ver el video
Manifestación por el fin de los recortes en la TPA. (Mario Rojas para 'El Comercio')

El coste de la televisión pública del Principado de Asturias (TPA) ascendía a cuarenta millones de euros, en números redondos, anuales. 

Los trabajadores del ente audiovisual ganan muy poco y están muy inquietos con la situación de recortes que aboca al cierre; pero cuando hablas con ellos y hurgas un poco te ofrecen esta información:

El problema de los costes radica, ante todo, en un abanico de productoras. No son los equipos propios de la TPA quienes se encargan de rodar los productos que exhiben, aunque tienen capacidad para ocuparse de la mayoría, sino una serie de empresas que venden a la cadena sus productos. Esas productoras están muy vinculadas a las formaciones políticas principales del Principado, en especial al PSOE (insisto en que transmito lo que me cuenta una persona que trabaja en el medio) y si el coste de la producción, por citar una cifra, es de dos euros, lo vende a diez a la TPA.

No me sorprende. He tenido ocasión de escuchar testimonios sangrantes pidiéndome consejo profesional ante una situación de nepotismo escandalosa. Envíe usted a su hijo a estudiar a un centro privado en el que lo forman en periodismo audiovisual y medios. Costéele un posgrado en un prestigioso centro, pongamos americano, que le da ocasión de trabajar con primeras espadas y adquirir una experiencia extraordinaria. El chico vuelve a Asturias con su santa inocencia, monta una empresa, convencido de que con sus referencias se comerá el mundo y descubrirá que no tiene opción ni  a vender fotografías para folletos; porque el coto está copado y no se le va a dar entrada en el festín, salvo que tenga contactos potentes con quien tiene mando en plaza.

La lista de cotos es interminable. Ese es el problema que enfrenta Cascos. Intenta romper esta dinámica de nepotismo y se encuentra, como es lógico, ante una oposición en la que PSOE, PP, e IU (en menor grado; pero también como parte del reparto de prebendas) ponen patas contra pared frente a una política que amenaza un tejido clientelar muy elaborado.

El Niemeyer, al que espero dedicar una entrada o más, cuando termine de reunir datos, es el último episodio de una trama en la que las instituciones públicas son utilizadas con fines privados para beneficio de unos pocos en el Principado de Asturias.

17/11/11

Tañido de campanas




Aumenta el temor a una escisión de ETA
Zugarrabeitia, miembro de ETA. (EFE para ABC)

Quienes hemos sufrido a ETA en directo, mantenemos una suerte de cordón umbilical con su devenir. Aunque estemos lejos de su ámbito de destrucción, no olvidamos y sabemos que nada de lo que diga es fiable. Todo responde a una estrategia que será modificada cuando las condiciones lo exijan.

Cuando la banda emitió su último comunicado, el escepticismo fue absoluto, por mi parte. Recordé lo que ocurrió años atrás, cuando ETA político-militar decidió abandonar la lucha armada. No supuso la desaparición de ETA, sino una escisión en la que los que decidieron continuar «luchando» se revelaron como más sanguinarios y crueles aún que el tronco del que procedían.

Ante este anuncio, era fácil suponer que la historia podía repetirse. Los más viejos tienen una experiencia y razones para concluir que su lucha sólo conduce a detenciones, condenas, una vida azarosa que, llegada cierta edad, se hace dura, más si se llega a la conclusión que lo que han venido haciendo no va a lograr el objetivo: la independencia de Euzkadi.

Los más jóvenes tienen otra visión. Aún están embriagados por ese sentimiento que les hace sentirse algo cercano a los dioses: la facultad de matar a alguien a su capricho. Disponer de una vida, no sólo es emocionante por la tensión que generan los preparativos, la sensación que experimenta el comando ejecutor mientras avanza hacia el objetivo, temiendo ser descubierto en el camino, temiendo no poder escapar tras el atentado, mientras avanzan hacia escenario de la acción. Cuando logran llegar sin tropiezos y abatir a la víctima, la sensación es tan potente que no ven la hora de verse comisionados para ejecutar a otra víctima, no por razones ideológicas, sino por las mismas que otros hacen puenting: el placer que sienten corriendo un riesgo y el añadido de ejecutar a su víctima. Es algo tan gratificante, una sensación de poder tan extrema, que no admite parangón.

Esa facción aún no ha atentado lo suficiente para que desaparezca la sensación placentera. Llega ese momento, como ocurre con los consumidores de droga; pero para ellos no ha entrado en escena aún esa fase de cansancio y hastío que provoca la rutina del atentado, de hartura de la clandestinidad, si han logrado evadirse o ser liberados, tras cumplir su condena o por razones políticas (tenemos unos cuantos casos en la etapa Zapatero).

Hoy, ABC recoge la noticia de un sentimiento de temor en las FFCCSS del Estado, ante la más que probable escisión de ETA. Los veteranos renuncian a los atentados, los más jóvenes quieren continuar la lucha.

Ya lo vislumbrábamos muchos. Es la crónica de una eventualidad anunciada por la historia; pero nuestros políticos han querido vendernos una paz infame y engañosa, nos han desarmado y en cualquier momento, siempre tras las elecciones, el núcleo duro puede dar un golpe sobre la mesa para demostrar que puede y quiere derrotar a la Democracia a placer, situar a los suyos en las Instituciones y continuar atentando; porque los políticos, con tal de presentar éxitos ante los electores, están dispuestos a aceptar que la serpiente que nos ha bañado en sangre, se ha transmutado en una Hermana de la Caridad a la que debemos todas las consideraciones y reverencias.