22/11/10

Entrevista a José Luis Rodríguez Zapatero en 'El País'

José Luis Rodríguez Zapatero
Lo que existía era la necesidad de comprobar que el Gobierno era capaz de tomar decisiones difíciles


Reconozco que tuve que hacer un ejercicio previo de auto disciplina, forrarme de fortaleza y tomarme tiempo para instalarme en el clima mental necesario para enfrentarme a la vacuidad suma y también, he de reconocerlo, a la sospecha de que la entrevista a mi Presidente seria de guante blanco y me dolería ver a un profesional doblando el espinazo, renunciando a cualquier pregunta comprometida y procurando dar lustre al personaje en lugar de ejecutar una impecable labor periodística.

Pido mis más sinceras disculpas por el prejuicio a Javier Moreno que firma una entrevista excelente. También le felicito por su valor en el interrogatorio. Yo hubiera dudado. No es bueno y está demostrado que siempre se paga, incomodar a don José Luis.

La admiración positiva hacia esa gran pieza de periodismo, tiene el contrapunto en la admiración negativa por la exhibición de desprecio a la inteligencia de los españoles que muestra el Presidente. 

Todos supimos, a toro pasado, que España estuvo una semana en quiebra técnica a principios de mayo y esa situación fue la que obligó a los dirigentes europeos a poner firme al nuestro; porque la quiebra de España hundiría la Unión Europea y al ser preguntado, nuestro ínclito y ubérrimo dice que la confianza de Europa en nuestra economía era total, que sólo querían asegurarse de que él era capaz de tomar decisiones impopulares. 

Ante las afiladas preguntas del periodista, continúa disertando con cara de cemento armado, asegurando que el recorte del salario a los funcionarios no es un recorte social; porque es un recorte duro, pero la percepción del salario en la cuantía acordada no es un derecho social. 

Las preguntas se suceden y nuestro Presidente va perfilando una imagen de sí mismo en la que sus errores son éxitos, en los que los problemas vienen de afuera; pero él es un paladín que los solucionará con el mayor éxito paso a paso; porque está trabajando mucho y en la línea correcta, ahora se lleva mucho mejor con Rajoy y todo va por el camino adecuado. Incluso va a convocar a las 25 grandes empresas del país para formar una Comisión (ojo al parche: comisión = a dietas astronómicas para los miembros = más gastos).

Cuando se saca a colación la colección de mentiras, la respuesta me deja boquiabierta; porque ante la sutil acusación de que nos ha mentido a todos que flota sobre el cuestionario, José Luis le da la vuelta a la tortilla y se pone en el cuarto de la salud. Él no mintió, cumplió la alta misión de todo presidente de gobierno: «en mi visión, un gobernante siempre ha de dar una palabra de estímulo, de confianza». 

Queda explicado todo: cuando muchos españoles, en la campaña de 2008, éramos conscientes de que estábamos en crisis y que había que abrocharse los cinturones, él transmitía una palabra de estímulo, de confianza a sus súbditos, no con el fin de que no peligrara su reelección, sino para no caer en el error grave para la confianza y grave para los intereses de su país y la zona euro. ¡Toma ya!

Todo queda explicado. Para no perjudicar la confianza en la salud de nuestra economía, negó la crisis, acusó a quien la mencionaba de antipatriota y sobre todo, no hizo absolutamente nada para atajarla cuanto antes; porque si tomaba medidas anticrisis, reconocería implícitamente que había crisis y eso perjudicaría mucho a todo el mundo. Todo queda explicado. ¿O no?

Luego asegura que no habrá más recortes; pero con trampa: «No con la situación actual. No con el escenario que contemplamos para 2011. No con las medidas adoptadas. No». Claro que si cambia la situación actual, si la tramoya del escenario modifica el cuadro, si las medidas adoptadas no son suficientes, todo será sí.

La cuestión del Sáhara es digna de ser analizada por un especialista más curtido que yo; pero creo que la referencia más importante para calibrar nuestra situación es recordar dos informaciones recientes: la que habla del malestar de los dirigentes europeos porque Zapatero no ha aplicado las medidas a las que se comprometió y no aceptan que les engañe y la imagen patética que ofreció ayer en la foto de familia de la OTAN encarnando la figura del apestado rechazado por todos. 

Esa desafección es la muestra de que nuestra credibilidad y prestigio no existen, nadie se fía de él, nadie le quiere dar cancha y ese desprecio a nuestro Presidente del Gobierno es el desprecio al colectivo qeu formamos todos, que ha elegido para regir su país en dos ocasiones a una figura tan despreciable a sus ojos. 

Si te engaño una vez, yo tengo la culpa; pero si te engaño dos veces, la culpa es tuya.  La cuestión es si nos engañará en una tercera ocasión.

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