23/1/11

Cada vez que veo esos morritos...



La ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, durante su intervención en el acto de presentación de la candidata del PSPV-PSOE a la alcaldía de Alicante, Elena Martín. /Efe
Leire Pajín presenta a la candidata por el PSOE de Alicante (EFE)

Hoy los periódicos son un muermo. La información política aburre a las ovejas y la otra está plana: ningún descubrimiento sensacional, aunque sea Ofiuco, una constelación que sufre descubrimientos periódicos por los astrólogos. Nada.

Ya empiezo a planear una entrada literaria o algo así cuando paso por La Gaceta sin ninguna esperanza y la encuentro allí. Sí, es ella, mi Leire del alma, la que nunca me falla, la que siempre me salva, la que con ese don que los dioses laicos le han dado porque lo lleva en sus genes socialistas, me despierta de mi sopor con sus frases de tienda de chinos y me hace reír a carcajadas con su discurso, erigiéndose en corriente de aire (tal vez un poco rancio, incluso enrarecido) que aventa mi modorra y me pone las pilas. ¡Qué maja es, por Dios!

Y es que tras la apoteosis de lo del PP en Sevilla (que es obvio que fue un éxito, sí, que estuvo muy bien, salió de cine y estamos más que enterados, no hace falta que lo aireen más) y el error del PSOE de intentar eclipsar esa noticia con la reunión de Yupi y sus barones, que pasó totalmente desapercibida, salvo para 'El País', no hay nada, todo son análisis de un tema ya agotado, cábalas, especulaciones, consejos de los analistas a Rajoy sobre lo que debe hacer...

Y entonces, fue Leire y abrió esa boquita de oro y dijo:

«El PSOE es el partido que ha transformado España y la Comunidad Valenciana desde las instituciones».

Lees esto y claro, ¿qué vas a hacer? Completar el párrafo es lo suyo: En efecto, el PSOE es el partido que ha transformado España desde las instituciones en un erial. El PSOE es el que ha dilapidado sin tasa durante cuatro años nuestro dinero, hasta que quedó vacía la caja y empezó a endeudarnos, el que ha puesto en un brete nuestras pensiones, el que ha roto el consenso constitucional, el que ha hecho de la gamberrada y el matonismo una forma de gobierno que no tiene parangón, salvo en Venezuela y algunas otras democracias y dictaduras que no es preciso mencionar.

Ha transformado España, no hay ninguna duda. Y tiene razón mi Leire: lo ha hecho desde las instituciones. Te perdonamos, Leire, porque eres inconsciente al decir esto (fruto, sin duda, de esa infinita ingenuidad intelectual) de la gravedad de lo que has dicho; pero te agradecemos mucho que nos recuerdes que ha sido el aparato del Estado el que nos ha llevado a la ruina con perseverante tesón.

Otra perla cultivada:

«Y el (partido) que ha construido los  pilares  del bienestar más fuertes que ha conocido este país»

También te lo concedemos. Ha construido los pilares del bienestar más fuertes para un grupo de ciudadanos (del que formas parte) que haya conocido nunca este país. Porque me reconocerás, Leire, que hace falta construir bienestar más fuertes de lo que cabe en cabeza humana, para tener una ministra de sanidad e igualdad que construye párrafos carentes de una mínima estructura gramatical, ignora la concordancia y patea el idioma cada vez fluye su verbo florido en una intervención pública, que nadie con dos dedos de frente hubiera considerado en una entrevista de las que debe superar cualquier aspirante a un empleo en la empresa privada, para un cargo de responsabilidad. 

Casi no me atrevo a escribir sobre el bienestar de ese millón largo de familias que no tienen ningún ingreso;  sobre la supresión de la ayuda a los parados de larga duración para sustituirla por una cantidad menor a cargo de las Comunidades Autónomas que no tienen un euro, tampoco, para hacer frente a la prestación de 350 € con los que deben intentar sobrevivir. No creo que esas vidas aprecien ese bienestar más fuertes, como tampoco lo percibirán los empresarios que han tenido que cerrar sus empresas, los jóvenes que no encuentran trabajo tras terminar sus brillantes carreras y cursos de postgrado hablando varios idiomas, con una cualificación que no tendrás tú en mil años que vivas.

Si no supiéramos que tu cerebro es un erial, pensaríamos que tu cinismo no tiene límites; pero sabemos que esa cabecita no alberga mimbres suficientes para tan alta filosofía, que solo te mueve un deseo muy legítimo de poner cuanto está a tu alcance al servicio del éxito de tu presidente, al que estás encadenada, para mantener un estatus que te permite vivir como una reina a costa de nuestros ingresos.

Pero lo que ya es genial es el análisis del Congreso del PP en Sevilla. 

«El PP ha abrazado el pasado»

Vamos a ver, Leire mía: piensa, cabecita loca. Aunque te dirijas a un público que comparte tu odio por Aznar, te lee mucha gente que le odió tanto como tú en su día (yo no le odié; pero me caía bastante mal, así que te entiendo) en las reseñas de prensa, que hoy lo está pasando muy mal y cuando dices que el PP abraza el pasado refiriéndote al abrazo entre Aznar y Rajoy, pasa por nuestras cabezas esta película:

1.- Cuando Aznar llegó al poder, no había ninguna expectativa de que ingresáramos en el euro. Y queríamos ingresar en el euro con todo nuestro corazón.

2.- Cuando Aznar llegó al poder, España era el reino de la corrupción.

3.- Cuando Aznar llegó al poder, la mayoría de los españoles no podía comprar una casa; porque los intereses bancarios estaban en el 14%.

Ese que tú llamas pasado, nos metió en el euro, no hizo la limpieza que debía; pero sabemos (porque si hubierais podido encontrar la más leve irregularidad, la habríais aireado y sólo pudisteis agitar el esperpento de la boda de su hija) que se ocupó de elegir gente honesta y que ni él ni nadie de su entorno incurrió en corrupción; hizo que creciera nuestra economía, que descendiera el paro, que bajaran los intereses y que muchos españoles se compraran una casa, por fin.

Ese pasado se mira hoy como un tiempo de bienestar que contemplamos como el paraíso perdido. Y vas tú y sueltas que el PP abraza el pasado. ¿No te das cuenta que lo que queremos es eso: un gobierno que gobierne, que elija ministros competentes, no cosas como tú, que no tire nuestro dinero, que ponga la economía en marcha, que salde las deudas de vértigo que estáis dejando vosotros como legado estelar a las generaciones futuras, que nos devuelva el peso internacional que tuvimos...?

Y podría seguir escribiendo páginas y páginas. Eres una mina, te lo aseguro y lo agradezco; pero agradecería mucho más no tener un gobierno en el que tenga cabida una persona tan poco preparada en todos los terrenos, un gobierno que no se dedique a descalificar al oponente, a enfrentarnos y dividirnos, a arruinarnos y hacernos vivir con una angustia indecible sobre lo que nos aguarda. 

Espero que dejes de ser una mina lo antes posible, perder de vista esta pesadilla y regresar a ese pasado, si es posible, que tú pareces denostar.

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