23/1/11

¡Vente a Alemania, Pepe!




21 de enero de 2011: Se celebra en París una reunión franco-española. El señor Sarkozy anima al señor Rodríguez a continuar aplicando sus valientes reformas. Eufemismo que se traduce en román palatino de este modo: España no está aplicando las reformas que necesita, en tiempo ni en forma. Urge que don José Luis se remangue y haga el trabajo; por eso le anima con entusiasmo a dar muestras de valor.

El 3 de febrero se celebrará una reunión hispano-alemana en Madrid. Merkel está tan preocupada como Sarkozy y quiere supervisar en directo el progreso en los deberes que se le han impuesto a Rodríguez, que van mal, es evidente y urge la persuasión de la dama de hierro con guante de terciopelo (tal vez en este caso sin guantes) para que haga de una vez lo que se le ha ordenado.

La verdad es que nos vendría muy bien que le convenciera de que trabajara con urgencia para aplicar unas medidas que han permitido que Alemania crezca este año un 3,7%. Eso se traduce en cifras de empleo para que la economía siga creciendo: necesitan entre 500.000 y 800.000 profesionales cualificados: ingenieros, arquitectos, informáticos y medicina.

Esta la buena noticia de la visita de Merkel. Alemania ha decidido según el diario 'Der Spiegel' buscar esos universitarios cualificados en el sur de Europa. La pertenencia a la Unión Europea simplifica mucho los trámites para la incorporación de esos profesionales y no exige cambiar la legislación en materia de inmigración.

España y Portugal son los países preferidos por Alemania para captar 36.000 ingenieros, el triple de informáticos y reparte el resto de la cifra entre médicos y arquitectos. Esa es la oferta que trae Merkel bajo el brazo para endulzar un poco la tanda de collejas que debe propinarle a nuestro eterno adolescente evanescente.

De este modo, se va a solucionar en parte el problema de la 'generación perdida'; puesto que entre 500.000 y 800.000 titulados universitarios de la más alta cualificación, que ahora están sin empleo y puede que tarden años en encontrar una plaza adecuada a su formación y capacidad, tendrán la oportunidad de ejercer su profesión, mejorar su formación y convertirse en una 'reserva' de profesionales con un alto nivel de experiencia, a la que se podrá recurrir el día que este país consiga superar su devastación y esté en condiciones de recuperar esos excepcionales recursos humanos.

No deja de ser una inmensa suerte. España ha invertido mucho dinero en formar esos profesionales y no puede permitirse que las consecuencias de la crisis malogren ese esfuerzo económico y la calidad de esos estudiantes brillantes que carecen de perspectivas profesionales en este país. 

Se salva un problema muy grave, se reducen un poco las cifras de desempleo en el campo más sensible y lacerante: los jóvenes de alta cualificación cuyo destino natural era hacerse responsables del progreso económico de España desde sus puestos de trabajo.

Ahora sólo toca desear que la señora Merkel le ponga la bota malaya a nuestro presidente, le obligue a aplicar toda la batería de reformas que se le imponen al Gobierno para sentar las bases adecuadas para que, cuando llegue otra crisis, ocurra lo mismo que en Alemania: que se pueda afrontar mediante pactos destinados a preservar por encima de todo el empleo, que se genere un mercado de trabajo flexible que permita que las personas elijan un nivel horario de dedicación profesional acorde con las servidumbres que le imponga su situación personal y nadie tenga que renunciar a un trabajo porque no es posible pasar ocho horas al día en una oficina.

Que la señora Merkel, ya que nosotros hemos sido incapaces de resolver nuestros problemas, nos ampare e ilumine a nuestro iluminado. Amén.

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