19/1/11

Conjunción inquietante

El ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, durante su intervención en los desayunos organizados por la agencia Europa Press
Ramón Jáuregui en su intervención en los desayunos organizados por la agencia Europa Press
(La Razón)

Jáuregui ha salido a la palestra para anunciarnos que el Gobierno está preparando la creación de un órgano regulador sobre el comportamiento de los medios de comunicación. El Consejo Estatal de Medios Audiovisuales tendrá atribuida, por la Ley General de Comunicación Audiovisual, capacidad sancionadora sobre los medios.

La información es escueta, está llena de lagunas, abre muchas incógnitas y no proporciona ni siquiera el marco básico que va a regir el funcionamiento de ese órgano regulador, estableciendo cuándo actuará y los límites insobornables con los que nacerá en sus funciones de control, para garantizar la libertad de información.

Don Ramón ha dejado caer que el Gobierno considera necesario que se tome esta medida; porque, aunque las emisiones deberían sufrir una autorregulación en sus contenidos, esta no opera y se está produciendo una banalización del debate público, presentando como modelos sociales personajes de escaso mérito, etc., amén de una preocupante agresividad en debates llenos de descalificaciones e insultos.

Una persona ingenua podría pensar que ese órgano va a terminar con Belén Esteban, María Antonia Iglesias y toda esa caterva de impresentables que nos alejan de la televisión como de la peste; pero hace tiempo que nos obligaron a dejar de ser ingenuos. 

Este proyecto es, en román palatino, la resurrección de la censura franquista. Es un paso más en el control de los Medios. Ahora ya no es un control basado en la libertad total del Gobierno para otorgar licencias a Medios afines y dejar fuera a los incómodos. Es una vía directa para controlar los medios audiovisuales, imponer un modelo de 'corrección política' que amordace las voces críticas. 

Si sumamos esta ley a la que comenté semanas atrás, la Ley de Igualdad de Trato y no Discriminación, tendremos operando dos herramientas temibles de control sobre los ciudadanos. 

El futuro cercano se llena de nubarrones muy oscuros; pero hay algo bueno, como siempre, en lo malo. Una de las herramientas más fructíferas, la que hizo que el previsible erial intelectual del franquismo se transformara en una etapa muy rica en el área de las artes, en especial en la Literatura, fue la censura franquista. 

Nada es tan estimulante para el ser humano como lo prohibido. Aún lo es más cuando las prohibiciones se perciben como arbitrarias e injustas. Cuando el poder intenta limitar el ámbito de lo que el ciudadano puede decir, aparece un maravilloso despliegue imaginativo para burlar la norma, ceñirse a sus aspectos formales y transgredirla en el fondo, para transmitir el mensaje salvando los obstáculos.

Quedémonos con esta esperanza; porque en el tiempo que le queda al Gobierno hasta las próximas elecciones, va a desplegar una política de mordaza, miedo e inseguridad de tal calibre para perpetuarse en el poder, que nuestras libertades, nuestros derechos y nuestra convivencia ciudadana, van a quedar destrozadas hasta niveles que no podemos ni imaginar.


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